El vítor o víctor, además de la interjección usada para vitorear (equivalente al ¡viva!), es un símbolo derivado del crismón del Bajo Imperio romano. Fue adoptado por algunas universidades españolas desde el siglo XIV, especialmente la de Salamanca, la de Alcalá de Henares, la de de Sevilla y las de Indias, como emblema conmemorativo de quienes obtenían el título de doctor, en inscripciones murales con pintura roja o negra que se conservan hoy en día. Simbolismo del vítor El vítor, también conocido como Víctor, es un símbolo proveniente del Bajo Imperio Romano que se utilizaba para representar la interjección o expresión de “¡viva!”. Este símbolo consiste en la combinación de las cinco letras V, I, C, T, O y R en color rojo, sin patrón determinado. De esta forma, la forma en las que estas se combinan dependen del pintor o escriba. Se cuenta que en un comienzo no se utilizaba la letra “C”, pero que esta fue adoptada cuando se hicieron populares los blasones, a manera de un creciente estilizado. Este símbolo se pintaba en la época del Imperio romano con pigmentos vegetales y animales, y actualmente se hace con las tecnologías contemporáneas para todo tipo de elementos, como emblemas, letreros y demás. La popularidad del vítor en el Imperio romano tuvo su origen luego del Edicto de Milán, también conocido como La tolerancia al cristianismo, que tuvo su promulgación en el año 313. Este edicto fue impulsado por Constantino I el Grande y por Licinio, emperadores de Roma en Occidente y Oriente, respectivamente. Según este, el imperio le otorgaba la libertad de culto a sus ciudadanos, con lo cual dejaron de perseguirse a varias comunidades religiosas que eran tachadas como enemigas del imperio, como los cristianos. Tras esto, como un símbolo del edicto, el vítor comenzó a aparecer en las monedas y los estandartes romanos, hasta que finalmente fue incrustado en los escudos de los legionarios. Según cuenta la leyenda, mientras el emperador Constantino I dormía en su tienda antes de emprender la batalla del Puente Milvio, tuvo un sueño en el que vio una cruz con las palabras latinas «In hoc signo vinces», que podrían traducirse como “con este símbolo triunfarás». Al despertarse, el emperador cambió el águila del imperio que adornaba los estandartes por el labarum o por el crismón y consiguió la victoria. La cristianización del emperador también fue responsabilidad de su madre, quien ya se había convertido al cristianismo anteriormente. El vítor permaneció en el imperio hasta su disolución, siendo adoptado por los visigodos y los demás pobladores de la antigua Hispania. Las Universidades españolas desde el siglo XIV, han entregado emblemas con forma de vítor a las personas que se graduaban como doctores; además de que se pueden encontrar murales y representaciones gráficas en las paredes de algunas de estas con pintura negra y roja. |
Santoral del miércoles 27 de octubre.
Hoy, miércoles, 27 octubre 2021 son muchos los santos que se festejan con motivo de esta tradición cristiana que tan intrínseca está en nuestra cultura diaria. Celebrar el santo es festejar la vida ejemplar de aquellos cristianos que nos precedieron y que llevan nuestro nombre. Y, aunque cada vez tiene menos repercusión en la sociedad comparado con épocas anteriores, son muchos los que aún disfrutan de manera activa este día.
San Bartolomé de Bragantia se celebra en el día de hoy, miércoles 27 de octubre del 2021 según el calendario del santoral cristiano, entre otros nombres. De familia noble, nació en el 1200 en Italia, en la región de Vicenza. Sus estudios fueron en Padua y muy joven ingresó en la Orden de Predicadores, admitido por santo domingo. Se dedicó primero a la enseñanza, pero después se le destinó a la predicación popular, la cual ejerció con gran éxito. De este modo fundó en 1233 la Milicia de Cristo. Gregorio IX le llamó para que acudiera a Roma, por lo que fue penitenciario apostólico y un maestro de la teología. Inocencio IV lo consagró en 1252. |
Frumencio de Etiopía. Frumencio de Axum, conocido como San Frumencio (ge'ez ፍሬምናጦስ frēmnāṭōs) (fallecido en 383), fue el primer obispo de Axum y se le atribuye la conversión al cristianismo del reino de Aksum.1 Era un griego sirio- fenicio nacido en Tiro, Líbano.
De acuerdo con el historiador del siglo IV Rufino de Aquilea (x.9), quien cita a Edesio, el hermano de Frumencio, como su autoridad, cuando era niño (circa 316) Frumencio y Edeso acompañaron a su tío Metropio en un viaje a Etiopía. Cuando su barco paró en uno de los puertos del mar Rojo, las personas de las proximidades masacraron a toda la tripulación con la excepción de los dos muchachos, que fueron llevados como esclavos al Rey de Axum. Los chicos ganaron pronto el favor del rey, quien los elevó a cargos de confianza y poco después de su muerte les concedió la libertad. La reina viuda, no obstante, los retuvo en la corte para asistirla en la educación del joven heredero, Ezana, y la administración del reino durante la menor edad del príncipe. Decidieron quedarse y utilizaron su influencia para extender el cristianismo, animando a los mercaderes cristianos presentes en el reino a practicar abiertamente su religión. Posteriormente también convirtieron a algunos de los nativos. Al llegar la mayoría de edad de Ezana, Edesio volvió a Tiro, donde permaneció siendo ordenado sacerdote. Frumencio por otra parte, anhelando la conversión de Etiopía, acompañó a Edesio a Alejandría, donde pidió a Atanasio, patriarca de Alejandría, que enviara un obispo y algunos sacerdotes a Etiopía. Este, por cuenta propia (en Epistola ad Constantinum), pensó que Frumencio era la persona más adecuada para la misión y le consagró obispo, según la tradición en el año 328, o de acuerdo con otros, entre 340-346. Frumencio volvió a Etiopía, erigió su sede episcopal en Axum, bautizó al Rey Ezana, que mientras tanto accedía al trono, construyó muchas iglesias y extendió el cristianismo en Etiopía. El pueblo llama a Frumencio por las advocaciones de Kesate Birhan (Revelador de la luz) y Abba Salama (Padre de la paz), y se convirtió en el primer Abuna — título que recibe el cabeza de la iglesia ortodoxa etíope. Existe una carta del emperador Constancio II al rey Ezana y su hermano Saizanas, en la que le pide en vano la sustitución del obispo arriano Teófilo por Frumencio. |
Namancio de Arvernia.
En Arvernia, de Aquitania, san Namancio, obispo, que construyó la iglesia catedral (c. 460). El nombre de Namancio, Namatius, de sonido latino pero seguramente de origen gálico, se ha perdido incluso en Francia, donde se lo encuentra solamente en registros de la Alta Edad Media. El obispo de lo que es hoy Clermont-Ferrand tenía una esposa. Era normal en aquel momento: el obispo era elegido entre los ancianos más dignos de la comunidad cristiana, es decir entre los «presbíteros» (en griego: ancianos), tal vez convertidos recientemente, pero que ya hubieran dado garantía de seriedad y sabiduría; ancianos no tanto de edad, cuanto de sensatez y virtud. No se daba el caso de que fuese elegido obispo un anciano cuya esposa no tuviese un cierto grado de sabiduría y elevación moral (aunque a veces ocurrían casos como el de san Volusiano). Debe añadirse que, después de la elección, marido y mujer interrumpían la vida matrimonial y se dedicaban por entero a la vida religiosa y a las obras de caridad. Comenzó su pontificado a mediados del siglo V. Los obispos de aquellas épocas dedicaban gran atención a la fundación de iglesias, pero en este caso se da que también su esposa se aplica a lo mismo. Así que Namancio fundó la catedral de Arvernia (hoy Clermont-Ferrand), un edificio imponente, que san Gregorio de Tours, que quizás lo conoció personalmente, describe: 45 metros de largo, 18 de largo, 15 de alto, 42 ventanas, 70 columnas, 8 puertas; se podía experimentar allí, nos cuenta Gregorio, «a la vez el terror y la gran claridad de Dios», y había allí como ráfagas de perfume. Estaba adornada de mármoles y mosaicos, y fue terminada en el año duodécimo del gobierno de Namancio. estaba dedicada a los santos Vital y Agrícola, cuyas reliquias hizo traer de Italia. Mientras tanto la esposa dirigió la construcción de una basílica suburbana dedicada a san Esteban, con una peculiaridad interesante para la historia del arte religioso: ella leía en voz alta un libro de historias, e indicaba a los pintores las escenas que debían representar, de modo que tenemos de primera mano los comienzos de lo que se llamó muchas veces «la Biblia de los iletrados»: las escenas de la historia sagrada representadas en las paredes de los templos. Sobre ella cuenta también Gregorio que vestía tan humildemente, que un día, mientras oraba en el templo, entró una mujer pobre y, creyéndola de su misma condición, ofreció a la esposa del obispo un pan, que ésta no rechazó sino que, por el contrario, agradeció y comió hasta terminarlo, para no olvidar cuál era ante Dios su auténtica condición. La catedral construida por Namancio fue destruida por Pipino el Breve en el 760, así que sólo nos queda el recuerdo de lo que san Gregorio nos transmitió. Nada más sabemos sobre este obispo, que murió hacia el año 460. |
Columba o Colomba (Gartan, 7 de diciembre de 521 - Iona, 9 de junio de 597), llamado también en ocasiones Columba de Iona o, en irlandés antiguo, Saint Colm Cille, Columbkill o Columcille (que significa «Paloma de la iglesia»), fue una destacada figura entre los monjes misioneros gaélicos que reintrodujeron el cristianismo en Escocia a comienzos de la Edad Media. Es una de las figuras más importantes en la iglesia celta.
Era hijo de Fedlimid y Eithne, del clan Uí Néill, y nació en Gartan, cerca de Lough Gartan, Donegal. Por línea paterna era descendiente de Niall de los nueve rehenes, un rey irlandés del siglo V. Profesó como monje y fue ordenado sacerdote. Según la tradición, hacia 560 se vio envuelto en una disputa con San Finnian acerca de un salterio. Columba copió el manuscrito en el scriptorium siguiendo órdenes de San Finnian, quien pretendía quedarse con la copia. La disputa fue la causa de la batalla de Cúl Dreimhne, que se libró en 561 y en la que hubo numerosas bajas (la copia del salterio mencionada en esta historia se identifica tradicionalmente con el Cathach de San Columba). Como penitencia por esas muertes, Columba decidió marchar como misionero a Escocia para convertir a tantas personas como habían muerto en la batalla. Se exilió de Irlanda, a donde solo regresaría en una ocasión, varios años después. Escocia En 563 viajó a Escocia con doce compañeros. De acuerdo con la leyenda, desembarcó en la punta sur de la península de Kintyre, cerca de Southend. Sin embargo, como todavía tenía a la vista su tierra natal, se dirigió hacia el norte, a la costa occidental de Escocia. En 563 le fue concedida tierra en la isla de Iona, que se convirtió en el centro de su misión evangelizadora entre los pictos. Además de sus tareas dirigiendo el único foco de cultura letrada de la región, adquirió una gran reputación como hombre santo gracias a su actividad diplomática entre las tribus; se cuentan también varias historias de milagros realizados por él en su afán por convertir a los pictos. Visitó al rey pagano Bridei I, rey de Fortriu, en su sede de Inverness, y consiguió ganarse su respeto. Desde entonces jugó un importante papel en la política del país. Fue muy enérgico en su predicación del evangelio y, además de fundar varias iglesias en las Hébridas, trabajó para convertir su monasterio de Iona (la Abadía de Iona) en una escuela para misioneros. Fue un renombrado hombre de letras, al que se le atribuye la composición de varios himnos y la copia de su propia mano de más de 300 libros. Una de las pocas veces, si no la única, que dejó Escocia tras su llegada fue hacia el final de su vida, cuando regresó a Irlanda para fundar el monasterio de Durrow. Murió en Iona y está enterrado en la abadía que él mismo fundó. Legado Columba es considerado un personaje fundamental en la revitalización del monaquismo. Sus logros ilustran la importancia de la iglesia celta en la recuperación del cristianismo en Europa occidental tras la caída del Imperio romano. Vita Columbae La principal fuente de información sobre la vida de Columba es la Vita Columbae, escrita por Adomnán, noveno abad de Iona, que falleció en 704. Tanto la Vita Columbae como Beda el Venerable refieren la visita de Columba a Bridei. Mientras que Adomnan solo explica que Columba visitó a Bridei, Beda relata una tradición más tardía, quizá de origen picto, según la cual el santo llegó a convertir al rey de los pictos. Otra fuente temprana es un poema en alabanza de Columba, probablemente compuesto también en el siglo VII, que tiene 25 estrofas de cuatro versos de siete sílabas cada uno. El ejemplo más antiguo registrado del nombre Arturo en un documento británico se encuentra en la Vita Columbae escrita por Adomnan, donde aparece como Arturius. Se refiere a un príncipe escocés, hijo de Áedán mac Gabráin, rey de Dál Riata desde 574, bastante lejos del lugar en que suele situarse al legendario Arturo, en el sudoeste de Gran Bretaña. La Vita Columbae suele aducirse asimismo como la primera referencia conocida al monstruo del lago Ness. Según Adomnan, Columba encontró a un grupo de pictos que estaban enterrando a un hombre que había matado el monstruo, y salvó a un nadador haciendo el signo de la Cruz y con la imprecación «No irás más lejos», que aterrorizó a la bestia, para asombro de los pictos reunidos, que glorificaron al Dios de Columba. Independientemente de la veracidad que quiera concederse a este incidente, el texto de Adomnan afirma específicamente que el monstruo habitaba en el río Ness (que desemboca en el lago), más que en el lago propiamente dicho. Gracias a la reputación de su fundador, y su importancia como centro de enseñanza, Iona se convirtió en un lugar de peregrinaje. Una red de cruces célticas marca la ruta que conduce a su sepulcro en Iona. Columba ha sido históricamente reverenciado como santo guerrero, y a menudo era invocado para pedir la victoria en la batalla. En 849, sus reliquias se dividieron entre los reinos de Alba e Irlanda. Los ejércitos escoceses llevaban ante sí algunas de ellas, en un relicario confeccionado en Iona a mediados del siglo VIII, llamado el Brecbennoch. Según la leyenda, el Brecbennoch fue llevado a Bannockburn por un ejército escocés mucho menor en número que sus enemigos, y la intercesión del santo ayudó a la victoria. Suele identificarse este objeto con el Relicario Monymusk. «O Columba spes Scotorum...» («O Columba, esperanza de los escoceses»), comienza una oración del siglo XIII en el Antifonario de Inchcolm, conocido como la «Iona del este». La festividad de San Columba se celebra el 9 de junio. Junto con San Patricio (17 de marzo) y Santa Brígida (1 de febrero), es uno de los tres santos patrones de Irlanda. Antes de la batalla de Athelstaneford, era el único patrón de Escocia. Igualmente es venerado como santo por la Iglesia ortodoxa. La iglesia luterana también le dedica el día 9 de junio, de acuerdo con el Calendario de Santos Luterano. |
Trásea de Esmirna.
En Esmirna, en Asia, san Trásea, obispo de Eumenia de Frigia y mártir (c. 170/180). Thraseas se menciona en Polícrates de Éfeso y Eusebio de Cesarea. En consecuencia, fue obispo en Eumenia en Frigia . Se volvió contra los montanistas y se menciona en la disputa de Pascua como representante de los cuartodecimanes. En Esmirna fue ejecutado como parte de la persecución de los cristianos. Según una carta de Polícrates de Éfeso al obispo romano Víctor I , el martirio se sitúa entre el de Policarpo de Esmirna (hacia 155) y el de san Ságar (o Sagaris) (166/67). Trásea es venerado como un santo; su fiesta es el 5 de octubre . |
Gaudioso de Nápoles o Gaudiosus el Africano fue un obispo de Abitinia (en la provincia de África) durante el siglo V. Abitina era una pueblo cercano a Cartago en lo que ahora es Túnez. Septimius Celius Gaudiosus, abandonó el norte de África durante las persecuciones de Genserico en un barcaza que llegó a Nápoles junto con otros religiosos incluido el obispo de Cartago, al que llamaron Quodvultdeus. Llegando sobre el 439, se estableció en la acrópolis de Nápoles. La introducción de la Regla de san Agustín en Nápoles se le atribuye a él junto a la introducción de algunas reliquias de santos, como las de santa Restituta.Las reliquias de Gaudioso fueron enterradas en las catacumbas de san Gennaro en el siglo VI. Uno de los cementerios de esas catacumbas tiene el nombre de San Gaudioso. |
San Vicente, Santa Sabina y Santa Cristeta de Talavera, conocidos como los Santos Mártires de Talavera. Vicente, Sabina y Cristeta de Talavera (Talavera de la Reina, España, siglo III - Ávila (España), 304), conocidos como los Santos Mártires de Talavera, fueron tres hermanos que son venerados como mártires y santos por la Iglesia católica. Los tres murieron martirizados en Ávila durante la Persecución de Diocleciano. Hagiografía. San Vicente de Talavera, Santa Sabina de Talavera y Santa Cristeta de Talavera, como son conocidos individualmente, según las fuentes de que se disponen, quedaron huérfanos tempranamente, siendo Vicente, el mayor, quien se encargó del cuidado de sus hermanas. Según los textos, los hermanos eran de Ebura (Ebura de Carpetania o Aebura), aunque hay quien les asocia con Évora (Portugal). Según la tradición fue Publio Daciano, prefecto romano de Hispania y gobernador de la Bética a quien se relaciona con la aplicación en Hispania del decreto de Diocleciano. Y la tradición le achaca directamente el martirio infligido a los tres hermanos de Talavera. Publio Daciano llegó a Talavera de la Reina tras pasar por Barcelona, Zaragoza y Toledo aplicando el decreto de persecución de los cristianos. Allí Vicente fue denunciado como cristiano y presentado ante el prefecto. Confesó que era cristiano y fue requerido para que abjurara de su fe e hiciera sacrificios a los dioses del imperio. Dice el acta del martirio de los santos que Vicente contestó: Carecería de sólido entendimiento si, menospreciando al Dios verdadero que creó el cielo y formó la tierra, penetró los abismos y ciñó los mares, diese culto a los falsos dioses de leña y piedra, representados en estatuas vanas. Júpiter a quien tú invocas, fue un hombre inútil cuyas maldades y torpezas publican vuestros mismos libros, pero mi Dios es Santo e inmaculado, uno en esencia y trino en personas, quien por su infinito poder y suma bondad hizo las obras admirables, que en el cielo y la tierra vemos y sabemos, las cuales por todas partes publican su divinidad. Enviado al templo de Júpiter para que ofreciese el pertinente sacrificio, dice la leyenda que, al pisar templo, la piedra se ablandó como cera bajo sus pies, dejando marcadas en el suelo las huellas de sus plantas y del báculo en que se apoyaba. Hoy día se venera en Talavera de la Reina una losa con dos pies y un hoyo circular marcados atribuidos a aquel episodio. Amedrentados, los guardias se van despavoridos. Vicente recoge a sus hermanas Sabina y Cristeta en su casa y los tres huyen a través de la Sierra que hoy lleva su nombre. Otra versión dice que fueron los arúspices del templo quienes consideraron el hecho de la piedra un mal augurio y pidieron al prefecto que encerrara tres días a Vicente para ver si se retractaba. Encerrado, fue visitado por sus hermanas que le pidieron que escapara con ellas para poder cuidarlas. Ayudados por centinelas huyeron. En la Sierra de San Vicente, término municipal de Hinojosa de San Vicente (provincia de Toledo) se encuentra la cueva donde estuvieron ocultos los santos Vicente, Sabina y Cristeta durante la búsqueda ordenada por Daciano para su captura. Prosiguen su huida y son capturados cerca de Ávila y martirizados con crueldad. Sus cuerpos, inicialmente abandonados en el campo, fueron recogidos por un hebreo, que convertido al cristianismo, los llevó a la ciudad y edificó la primera iglesia a ellos dedicada. El Sepulcro de los Santos Mártires en la basílica de San Vicente de Ávila, destinado a conservar sus restos.
Para preservar las reliquias de la invasión musulmana, y según recoge la Crónica de Alfonso X el Sabio, sus restos se llevaron de Ávila al Monasterio de San Pedro de Arlanza en 1063. Posteriormente, tras la desamortización y abandono del monasterio, en 1835, se trasladaron a la iglesia de San Cosme y San Damián de Covarrubias y luego a la Capilla de los Mártires de la catedral burgalesa, donde permanecieron hasta que se autorizó el traslado de una parte a Ávila en 2002. En 1638 la villa de Talavera pidió al monasterio burgalés de San Pedro de Arlanza que se le concediese alguna parte de tan venerandos recuerdos, a lo cual accedió aquella comunidad, según se detalla en un pergamino guardado en la misma arquita en que las dichas reliquias se custodian en la Colegial de Talavera. Leyenda La única fuente histórica sobre estos tres hermanos mártires es el himno Huc vos gratifice, plebs pia convocat (anterior al siglo IX, se cree que de época visigótica) cuyo asunto trata hechos anteriores a la invasión musulmana de la península ibérica (711). Se cantaba en Ávila, que custodiaba las reliquias de los tres santos, elogiando el martirio, pero no mencionaba sus hechos. A partir de estos textos se elabora la leyenda que se relata en su hagiografía. |
Huc Vos Gratifice, Plebs Pia Convocat. Posted on September 26, 2018 by Noah Este himno se utiliza para las Vísperas y Laudes de la Fiesta de los Santos Vicente, Sabina y Chrysteta, Mártires (27 de octubre en el uso mozárabe) en el Breviario Mozárabe. Huc vos gratifice, plebs pia convocat Virtutum Dominus, testium atria Conferte dapibus vota calentia, Cælorum locet in intima. Iuncti Martyribus iungite gaudia; VINCENTII teneat munera vox pia: SABINA recinat cælica littera, CHRYSTETES bona æthera. Hi mundi misera, lucra per ardua, Spernunt hominum vafra dolentia: Cædunt punicea colla per omnia, Rex Christe, tibi laureantia. Simplex ac Trinitas te Deus unitas Rogamus, precibus horum ut audias, Quæ ipsi petimus: corda calentia, Immense bone, proroga. Sit Trina Deitas, ac tibi gloria, Qui unus retinens omnia, iudicas Large continua perpetim sæcula: Sed ultra bene prosperans. Amen. Words: Mozarabic Breviary. Tune: Chant tone unknown. Meter: 12.12.12.8 |
Premio Nobel de Literatura.
Heinrich Theodor Böll
(Colonia, 21 de diciembre de 1917-Langenbroich, 16 de julio de 1985) fue un escritor alemán, figura emblemática de la literatura alemana de posguerra, también llamada "literatura de escombros".
En 1972 le fue concedido el Premio Nobel de Literatura. La Academia Sueca destacó que «por su combinación de una amplia perspectiva sobre su tiempo y una habilidad sensible en la caracterización ha contribuido a la renovación de la literatura alemana».
Escoge la carrera de Literatura alemana que compagina con un trabajo en una librería. Su trayectoria literaria comienza en la década de los años cincuenta, cuando empieza a escribir pequeñas narraciones que hablan de lo absurda que resulta la guerra. Sus historias resultan realistas y críticas. Aborda situaciones familiares cuando no escribe novela de época. Sus personajes son gente inconformista que critica la sociedad en la que vive.
Es autor de obras como "Y no dijo ni una palabra", "Opiniones de un payaso", "Retrato de grupo con señora" o "El honor perdido de Katharina Blum", una respuesta personal a la pérdida de libertad individual. Como ensayista también hizo una dura crítica del panorama social que le tocó vivir. Siempre trabajó en defensa de los grupos más necesitados. Como escritor empleó un lenguaje sencillo capaz de llegar a todos los públicos. |
San Franco de Assergi.
Eremita, 5 junio Martirologio Romano: Cerca de Assergi, en los Abruzos, Italia, san Franco, eremita, que se construyó una pequeña celda en una cueva entre abruptas rocas, donde llevó una vida de austeridad y sencillez († s.XII).
Fecha de beatificación: Su culto fue confirmado por el papa Benedicto XIV en 1757. Biografía Natural de Roio (L’Aquila, Abruzzos), en el seno de una familia de campesinos ricos. Bajo la dirección de un sacerdote de su pueblo, Palmerio, realizó los primeros estudios. Ingresó como benedictino en el monasterio de San Giovanni Battista de Lucoli, donde vivió 20 años, después se retiró para vivir como eremita. El primer periodo lo paso en los bosques de Lucoli, comiendo "herbulis, glandulis et agrestibus pomulis". En el segundo, el más incierto, vagó aquí y allá sobre la cadena montañosa del Apenino abrucese, que culminó en las faldas del Velino; después pasó a la cadena montañosa del Gran Sasso. El tercer período lo pasó sobre los montes de Assergi: cinco años en Vasto, quince sobre los montes Sabinos. En Vasto eligió un lugar pintoresco, pero árido y sin refugios, construyó una choza, según el sistema tradicional de los pastores y por sus oraciones manó agua de la roca; hoy esta fuente, a 1800 m. sobre el mar, se la conoce como "el agua de san Franco"; los peregrinos la beben para obtener la curación de las enfermedades, especialmente de la piel. Pasó a los montes Sabinos para huir de los visitantes, y se quedó en la localidad cercana de Assergi, más agreste, donde, según la leyenda, una osa con tres oseznos lo guió a una gruta y durante mucho tiempo le hizo compañía. En las fiestas principales del año se acercaba a Assergi para recibir la Comunión, quizás en la iglesia de Santa Maria en Silice.
Aquí sucedió el episodio en el que salvó a un niño de las fauces de un lobo. Cuando el eremita por su mala salud, presintió su próximo fin, quiso recibir los últimos sacramentos, después se le dejó solo con los brazos en cruz. Por la noche, las campanas de Santa Maria en Silice repicaron solas antes de la hora señalada y los gallos del pueblo cantaron al mismo tiempo. La población se despertó, miró en dirección de la gruta y vio una luz: allí se encontraron al eremita muerto. Con gran veneración su cadáver fue llevado al pueblo y sepultado en la cripta de la iglesia del monasterio. |
Premio Nacional de Literatura.
Edgardo Garrido Merino. (n. en Valparaíso el 1 de noviembre de 1888 - m. en Santiago de Chile 5 de julio de 1976), fue un escritor chileno. Cónsul de servicio exterior honorario en San Feliú y posteriormente en Málaga, Barcelona y Madrid. Cónsul en Nueva York. Fue Presidente y Vicepresidente de la Sociedad de Autores Teatrales. Miembro Honorario de la Academia Chilena de la Lengua. Obtuvo el Premio Camilo Henríquez de la Sociedad de Escritores de Chile. Premio Roma. Premio Municipal de Literatura. Premio Academia de la Academia Chilena de la Lengua (1966). Premio Ricardo Latcham (1969). Premio Nacional de Literatura (1972). El gobierno de Ecuador lo condecoró con la Orden al Mérito en el grado de Caballero. Biografía Estudió en el Liceo de Valparaíso. Vivió en Buenos Aires y en España. Inició sus actividades periodísticas en el diario El Chileno (1906). Colaboró en El Mercurio, en diarios y revistas nacionales y extranjeras. Fue delegado en 1913 al Congreso Científico de Temuco.
Después de terminar sus estudios en su ciudad natal, se trasladó a Santiago donde participó de la vida artística y teatral de la época. En este mismo período ingresó al Ministerio de Relaciones Exteriores. En 1913 fue nombrado cónsul honorario de Chile en San Feliú, España. Esta designación fue el inicio de una destacada vida diplomática que lo llevó a distintas ciudades españolas y Nueva York; y lo mantuvo lejos de Chile por más de treinta años. Su estada en España fue significativa en su creación literaria, dotándola de otras formas y procedimientos literarios, sobre todo el influjo de la generación literaria del 98. En este período Edgardo Garrido Merino conoció a Pío Baroja, Miguel de Unamuno, Juan Ramón Jiménez y Azorín. En 1910 se dio a conocer como dramaturgo con Mis pantalones. Sin embargo, la crítica especializada no reparó en sus obras hasta 1919, cuando se estrenó su obra teatral El chalaco. Ambientada en la vida de la zona del salitre, esta pieza tenía un profundo sentido social y provocó polémicas con los grupos anarquistas de la capital. Más tarde escribió La partida, Para todos sale el sol y Siempre Caín. En 1921, asumió la presidencia de la Sociedad de Autores Teatrales, donde desarrolló sus inquietudes artísticas y gremiales. Su producción narrativa alcanzó a seis volúmenes: El barco inmóvil (1928), La estirpe (1926), El hombre en la montaña (1933), La saeta en el cielo (1934), Perfil de Chile (1956) y María de los Ángeles (1966). La novela El hombre en la montaña es considerada por la crítica nacional su obra más destacada. La primera edición de esta novela fue publicada en Madrid, en 1933. Al año siguiente, esta obra ganó el concurso literario de la Municipalidad de Santiago, lo que permitió que fuera publicada en Chile. Su permanencia en España determinó la atmósfera de esta narración. La crítica destacó el lenguaje limpio y cuidado de este texto, al mismo tiempo que subrayó que los espacios narrativos y personajes no correspondían a la realidad nacional. El escritor Enrique Volpe estimó que el autor supo penetrar en el alma de la tierra y del hombre de España, interpretándoselos en la plenitud de una potencia de creación y en un lenguaje elegantemente castizo que en fragmentos logró calidad de himno a la naturaleza, o más bien, de una oración a la fuga del tiempo. El destacado crítico nacional Raúl Silva Castro la catalogó como una de las grandes obras de la narrativa chilena y la definió como una novela de pasiones. |
El premio Oscar.
El padrino (título original en inglés: The Godfather) es una película estadounidense de 1972 dirigida por Francis Ford Coppola. La película fue producida por Albert S. Ruddy, de la compañía Paramount Pictures. Está basada en la novela homónima (que a su vez está basada en la familia real de los Mortillaro de Sicilia, Italia), de Mario Puzo, quien adaptó el guion junto a Coppola y Robert Towne, este último sin ser acreditado. Protagonizada por Marlon Brando y Al Pacino como los líderes de una poderosa familia criminal ficticia de Nueva York, la historia, ambientada desde 1945 a 1955, cuenta las crónicas de la familia Corleone liderada por Vito Corleone (Brando), enfocándose en el personaje de Michael Corleone (Pacino), y su transformación de un reacio joven ajeno a los asuntos familiares a un implacable jefe de la mafia ítalo-estadounidense.
Paramount Pictures compró los derechos de la novela por el precio de ochenta mil dólares, antes de que ganase popularidad. Los ejecutivos del estudio tuvieron problemas para encontrar un director; sus primeros candidatos rechazaron el puesto antes de que Coppola firmara para dirigir la película. Ellos y Coppola no estuvieron de acuerdo sobre quién interpretaría a varios personajes, en particular, Vito y Michael. El rodaje tuvo lugar principalmente en Nueva York y en Sicilia, y se completó antes de lo previsto. La partitura musical fue compuesta principalmente por Nino Rota, con piezas adicionales por Carmine Coppola. La película fue una de las películas más populares de 1972, y fue por un tiempo la película más taquillera jamás realizada, con un ingreso bruto de alrededor de 245–286 millones de dólares en la taquilla. La película recibió elogios de la crítica y el público, con un reconocimiento a las interpretaciones de su elenco, particularmente de Brando y Pacino, la dirección, el guion, la cinematografía, la edición, la partitura y la representación de la mafia. La película revitalizó la carrera de Brando, que estaba en declive durante la década de 1960 antes de protagonizar éxitos como El último tango en París, Superman y Apocalypse Now, y lanzó las exitosas carreras de Coppola, Pacino y el resto de los actores. En la 45.ª ceremonia de los Premios Óscar, ganó los Premios Óscar por mejor película, mejor actor (Brando) y mejor guion adaptado (para Puzo y Coppola). Entre sus otras siete candidaturas al Oscar estuvieron las de Pacino, James Caan, Robert Duvall (a mejor actor de reparto), y Coppola a mejor director. Desde su estreno, la película es ampliamente considerada como una de las mejores y más influyentes películas de la historia, especialmente en el género de cine de gánsteres. Fue seleccionada para su conservación en los EE. UU. por el National Film Registry de la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos en 1990, al ser considerada «cultural, histórica o estéticamente significativa» y se clasifica como segunda mejor película del cine estadounidense (detrás de Ciudadano Kane) por el American Film Institute. |
Marlon Brando. (Omaha, Nebraska, 1924 - Los Ángeles, 2004) Actor de cine estadounidense, considerado uno de los mayores mitos de la historia del cine. Marlon Brando era el tercero de los hijos del matrimonio formado por Dorothy Pennebaker, de sangre irlandesa, y Marlon Brando, descendiente de franceses que americanizaron su apellido original, «Brandeau».
Su padre, un hombre de carácter muy fuerte perteneciente a la Iglesia episcopaliana, era representante de una fábrica de productos químicos, por lo que, según su destino, la familia cambió de residencia en varias ocasiones (Illinois, California, Minnesota), antes de establecerse definitivamente en una granja de Libertyville, Illinois, en 1937. De su madre, artista aficionada y principal impulsora de un grupo teatral de Omaha (por el que a fines de los años veinte pasaron unos aún desconocidos Dorothy McGuire y Henry Fonda), heredaron, tanto él como sus hermanas, Joselyn y Frances, su atracción por la escena. La notoria incompatibilidad del matrimonio se tradujo, al cabo de poco tiempo, en una batalla constante que en plena ley seca llevó a la mujer al alcoholismo y a los hijos a emanciparse desde muy jóvenes. Brando se enteró de la muerte de su madre, en 1954, en un set de rodaje. Su padre, que pronto volvió a casarse, murió en 1965.
Rebelde desde la niñez, el joven Bud (era su sobrenombre familiar) ingresó con dieciséis años, en contra de su voluntad, en la Shattuck Military Academy de Fairbult, Minnesota, donde lejos de «enderezarse», fue expulsado dos años después por insubordinación. Obligado entonces a trabajar en lo que encontraba, fue albañil y conductor de excavadoras mientras sus hermanas se independizaban y partían a Nueva York para probar suerte en el teatro. A comienzos de 1943 se fue a vivir con su hermana Joselyn con el mismo objetivo, aunque para ganarse la vida tuvo que encadenar una sucesión de trabajos eventuales (vendedor de refrescos, lavaplatos, botones, ascensorista en unos grandes almacenes) mientras esperaba su oportunidad. Una recomendación lo condujo ante Erwin Piscator, director del Dramatic Workshop en la New School for Social Research, embrión del Actor’s Studio. Allí asistió a las clases de Stella Alder, quien gozaba de gran prestigio por haber sido alumna, en Moscú, de Konstantin Stanislavski, cuyas técnicas aplicaba. Una decena de obras entre 1944 y 1947 (Molière, Shakespeare, Ben Hecht, Jean Cocteau, Bernard Shaw...) foguearon su talento, y le bastaron dos frases para convencer a Tennessee Williams de que se hallaba ante el intérprete ideal para encarnar por primera vez al Stanley Kowalski de Un tranvía llamado Deseo. Con el beneplácito del dramaturgo y la dirección de Elia Kazan, Marlon Brando fue un Kowalski nunca superado, y de la noche a la mañana consiguió que todo Broadway hablara de él. El éxito rotundo del montaje propició su versión cinematográfica. Y el actor, que ya había debutado en Hombres (1950), de Fred Zinnemann, supo trasladar a la pantalla toda la fuerza y los matices con que había dotado a su personaje en la escena, aunque su poder de seducción se multiplicó. Con Un tranvía llamado Deseo (1951), Marlon Brando no sólo adquirió una inmediata fama mundial: con ella nació el mito. Un icono que imitaron sus contemporáneos y que más de medio siglo después aún no se ha extinguido. Según cuenta en sus memorias, Las canciones que mi madre me enseñó, él no era consciente entonces del alcance de su imagen ni del efecto de su rebeldía, que sin pretenderlo afianzó en otros títulos, como ¡Salvaje! (1954), de László Benedek, o Piel de serpiente (1959), de Sidney Lumet. Otro filme destacable de aquellos años fue El baile de los malditos (1958), que permitió a Brando dar muestra de su versatilidad interpretativa al encarnar el papel de un capitán de la Wehrmacht alemana, al que dio un carácter más humano, que difería del imperante en los filmes bélicos de la época. En el Brando de aquella época prevalecía, por encima de cualquier otra consideración, su prestigio como actor. En seis años de carrera había sido candidato al Oscar en cinco ocasiones, y aunque lo podría haber ganado por ¡Viva Zapata! (1952), de Elia Kazan, o Julio César (1953), de Joseph L. Mankiewicz, lo obtuvo por La ley del silencio (1954), en la que encarnó al contradictorio Terry Malloy (el ex boxeador que merodea por los muelles de Nueva York), un álter ego del director del filme, Elia Kazan, atormentado por el fantasma de la delación después de haber contribuido a la siniestra caza de brujas liderada por el senador Joseph McCarthy denunciando a sus camaradas. El actor dudó mucho antes de aceptar su papel en esa especie de filme-expiación, pero debía mucho a Kazan, y el personaje olía a premio. En realidad Brando, que encarnaba el inconformismo frente a otras pusilánimes estrellas de Hollywood, creía que trabajaba contra el star-system, a espaldas de la industria, y ocurría, en cambio, que su personaje convenía a la gran fábrica de sueños: era el mejor vendedor de sus productos. Es verdad que rechazaba muchas ofertas de Hollywood, pero más por saturación que por ideología. Así se entiende mejor su trabajo en títulos de género diverso y desigual calidad que, aparte de demostrar su versatilidad, no contribuyeron a aumentar su prestigio. Esto sucedía ya en la década de los cincuenta, cuando estaba en la cumbre, y, con el tiempo, se hizo cada vez más patente. Puede decirse que esa primera etapa se cerró con su único trabajo como director, El rostro impenetrable (1961), un western crepuscular que marcó las pautas por las que desde entonces se rigió el género, pero que en su momento no fue justamente valorado. Un decenio después, rescatado de la medianía por Bernardo Bertolucci y Francis Ford Coppola, quien con El padrino lo llevó a un nuevo Oscar -recogido en su nombre por una falsa india sioux como protesta por el trato a los indígenas norteamericanos-, en el Brando renacido pudo más la codicia, y con Superman (1978), de Richard Donner, con un salario de 14 millones de dólares, inauguró los trabajos manifiestamente mercenarios y olvidables que caracterizaron la última etapa de su trayectoria. Dicen sus biógrafos que actuó así obligado por las deudas. En efecto, su economía quedó maltrecha por sus inversiones en Tahití (poseía el atolón Teti’aroa desde 1966) y por las secuelas y obligaciones que le deparaba su exótico, dilatado y dramático historial sentimental (la falsa hindú Anna Kashfi -en realidad Joanna O’Callaghan, galesa-, con quien litigó años por la custodia de su primer hijo, Christian, el cual fue condenado en 1990 por el asesinato del novio de su hermana Cheyenne, quien a su vez se suicidó en 1995-; la mexicana Movita Castaneda, la tahitiana Tarita Teriipia y, entre 1988 y 2001, su asistenta guatemalteca María Cristhina Ruiz, madre de sus tres últimos hijos). No obstante, poco después de su muerte se hizo público el testamento en el que dejaba un patrimonio de unos 22 millones de dólares y reconocía a diez de sus hijos habidos de todas sus relaciones. De ellos, los mayores repartieron sus cenizas, cumpliendo la voluntad del actor, en su isla de Tahití y en California, en el Valle de la Muerte. |
Investidura.
Ceremonia de investidura como Abogado en la Corte Suprema de Justicia, el 4 abril de 2010, en el Palacio de los Tribunales de Justicia de Santiago de Chile es el edificio que alberga a la Corte Suprema de Justicia de Chile. Está ubicado en la capital chilena, en la calle Compañía, entre Morandé y Bandera, frente a la plaza Montt Varas.
El edificio fue construido en dos etapas, entre 1905 y 1930, y declarado «Monumento Histórico Nacional» por el Ministerio de Educación de Chile en 1976.
12 años como Abogado.
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DESTINO
El caminante sobre el mar de nubes (en alemán, Der Wanderer über dem Nebelmeer), del pintor romántico alemán Caspar David Friedrich, ha sido considerada como una de las obras maestras y más representativas del Romanticismo. Data del año 1818. Se trata de un óleo sobre tela que mide 74,8 centímetros de ancho por 94,8 centímetros de alto. Actualmente se conserva en el museo de arte en Kunsthalle de Hamburgo (Alemania). La obra representa a un viajero, al que se ha identificado con el propio Friedrich, que se encuentra de pie en lo alto de una montaña elevada, mirando un mar de nubes que queda debajo. El viajero se encuentra de espaldas. Viste de negro. Adelanta una pierna y se apoya en un bastón. Se pueden ver los picos de otras montañas saliendo entre la niebla, mientras que una cadena de enormes montañas ocupa el fondo. La gran extensión de cielo por encima de las alturas de las montañas del fondo cubre gran parte del cuadro. Se trata de un paisaje de la Suiza de Sajonia. Simbolismo. Como los demás cuadros de Caspar David Friedrich, no es un mero paisaje, sino que tiene un contenido simbólico. El hecho de que el viajero se encuentre de espaldas y no pueda vérsele la cara, ha sido objeto de análisis e interpretaciones. De esta forma el autor impide que la fisonomía del personaje anónimo distraiga la atención del paisaje. Al mismo tiempo, el no tener rostro transmite mejor la idea de la disolución del individuo en el «todo» cósmico. Esta postura (una persona vuelta de espaldas tiene la vista puesta en un paisaje romántico) se repite en otras pinturas de Friedrich, como los Acantilados blancos en Rügen. La figura de espaldas, que está en pie como un monumento sobre un lugar elevado, atrae al espectador al interior de la pintura. La figura vuelta de espaldas desempeña en los cuadros de Friedrich un papel similar a la de análogas figuras en los cuadros de René Magritte. También Magritte trabajó con motivos únicos como con piezas de desalineamiento. Las figuras vueltas de espaldas en las que a menudo se puede reconocer a Friedrich, adoptan una posición central en sus pinturas al óleo a partir de 1807. Se ha apuntado la posibilidad (aunque es meramente eso: una hipótesis), de que, como Friedrich no dibujaba particularmente bien a las personas, su amigo Georg Friedrich Kersting, que también pintó a Caspar David en su estudio, pintase algunas figuras para los cuadros de Friedrich.
El paisaje. Las rocas entre la montaña en la que está el viajero y el fondo simbolizarían la fe del ser humano en Dios. Las montañas del fondo representan la vida eterna futura en el Paraíso. El mar de nubes en sí se ha entendido también como alusión a la divinidad, estando el ser humano entre la naturaleza (la montaña del primer plano) y Dios (el mar de nubes). Otras interpretaciones aluden a que el mar de nubes representaría la inmensidad del universo frente a la pequeñez del ser humano. El ser humano no es nada ante la naturaleza, se puede en consecuencia hacer referencia al texto les Feuilles d’automne (las Hojas de otoño) de Víctor Hugo en las que se evoca la pequeñez del ser humano frente a la naturaleza. La naturaleza se regenera, pero el ser humano es mortal. Se pretende transmitir el sentimiento de lo sublime, la impresión de magnificencia y sobrecogimiento que produce la naturaleza en toda su grandeza. El varón de espaldas parece recordar, sumido en su contemplación, a algún difunto o su propia mortalidad. H. Zerner (1976) propuso una interpretación simbólica de los elementos: la niebla sería la imagen de las divagaciones, de la realidad escondida, la barrera entre la tierra y el cielo; las rocas, lo que los une, la imagen de la fe. Finalmente, cabe apuntar que también se ha hecho una interpretación política y nacionalista de esa obra. En efecto, durante las guerras napoleónicas se logró cierta unificación de los estados alemanes, perdida después del Congreso de Viena Friedrich expresaría la espera de una Alemania libre y mejor. En este sentido, el caminante no sería Friedrich, sino un caído en las guerras de liberación (1813-1815). Por ser un símbolo político, viste la típica levita alemana, prohibida en 1818. Otro comentario de arte. Según una tradición imposible de corroborar, el personaje representado sería un cierto von den Brincken, en cuya memoria Freidrich habría realizado la obra. Sería, pues, un cuadro conmemorativo, del tipo de Cuadro en memoria de Johann Emmanuel Bremer, de 1817. El fondo del paisaje se compone de varios dibujos de la llamada Suiza Sajona, es decir, la zona montañosa en torno a Schandau, los Elbsandsteingebirge: a la izquierda se alza el Rosenberg; a la derecha el Zirkelstein. Los estudios originales proceden, en su mayoría, de los que Friedrich llevó a cabo en 1808 y 1813 en la zona, en esta última ocasión durante el periodo que permaneció allí refugiado con motivo de la entrada en Dresde del ejército napoleónico. Como de costumbre, Friedrich se mueve en dos planos, en la dialéctica entre la realidad y el símbolo. Compositivamente, la obra se estructura en planos paralelos sucesivos, sin transición posible, eliminados los planos medios. La niebla, ese elemento en que el pintor veía una especie de manto místico, viene a cubrir toda posible linealidad en el recorrido visual hacia el horizonte. Este método característico es muy frecuente y se halla en obras como Bruma matinal en la montaña. En el primer plano, que en Friedrich siempre posee un tono oscuro, constrastado frente a la luminosidad del horizonte, se alza el caminante, de un infrecuente tamaño, sobre una cima rocosa de forma triangular. Aparece de espaldas, como la mayoría de los personajes del maestro pomerano. Esta atípica forma de representar las figuras ha llevado a plantear diversas posibilidades interpretativas. Algunos lo contemplan como un intento de expresar alienación, como un medio de plasmar la imposibilidad de reconciliar al hombre con la naturaleza, dentro de un contexto histórico concreto. Otros, sin embargo, consideran que estas figuras de espaldas ocupan una "posición trascendental", que les sitúa fuera del contexto físico de la naturaleza en que la realidad externa se funde con el ideal, con lo interior. Es decir, Friedrich se sitúa en la línea de los escritores y filósofos románticos alemanes, en especial Novalis, y de otros artistas como Runge, quienes documentaban su experiencia ante el paisaje de un modo metafísico: cuando contemplaban el mar se sentían inmateriales, por ejemplo. Así, la figura de espaldas de Friedrich, unida al paisaje como proyección de lo absoluto, representa un estado en que se alcanza la unidad de la naturaleza y el espíritu en Dios. Pero el significado alegórico global de la obra ha sido interpretado desde una perspectiva religiosa: la Fe (rocas) que, alzándose sobre los errores terrenos (niebla), nos eleva al dominio celeste. El Rosenberg es representación de Dios. |
Club de la Universidad de Chile.
“Romántico Viajero” HIMNO UNIVERSIDAD DE CHILE
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Roman Empire, Tiberius for Livia Drusilla, Dupondius. Esta moneda del emperador romano Tiberio (14-37 d. C.) muestra en el anverso una imagen de su madre Livia disfrazada de la diosa Justicia. La emperatriz está representada juvenilmente, con un perfil griego idealizado y una expresión facial aristocrática. Esta representación, la personificación de una diosa por el retrato de una mujer, iba a tener una fuerte influencia en el futuro. El diseño inspiró la acuñación de monedas de la Francia moderna y de los EE. UU., y la representación de Helvetia en las monedas suizas también muestra un parecido sorprendente con el retrato de Livia Drusilla. Obverse Bust of woman as Iustitia, draped, right, wearing stephane decorated with floral ornaments; her hair is fastened in a knot at the back. Lettering: IVSTITIA Translation: Iustitia. Justice.
Reverse.
Legend surrounding large S C. Lettering: TI CAESAR DIVI AVG F AVGVST P M TR POT XXIIII Translation: Tiberius Caesar Divi Augusti Filius Augustus, Pontifex Maximus, Tribunicia Potestate Vicesima Quarta. Tiberius Caesar, son of divine Augustus, emperor (Augustus), high priest, holder of tribunician power for the 24th time. El dupondio fue una antigua moneda romana con un valor de dos ases 1 o de medio sestercio. |
FABIOLA DEL PILAR GONZÁLEZ HUENCHUÑIR |
interesante blogger
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