1.-Bellezas

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Uniformes escolares.

martes, 1 de diciembre de 2020

xx.-Crítica a la Novela: El club Dumas y la película La novena puerta.(1)


" ¡Ahora puedes mirar! Estoy entrando en territorio inexplorado. Tomando el camino que conduce a la igualdad, con Dios. No puedes venir conmigo ... Debo viajar solo, pero puedes mirar y maravillarte.  
~ Balkan a punto de realizar el ritual.

 

" Miren a su alrededor, todos ustedes, ¿qué ven? Un montón de bufones, disfrazados. ¿Crees que el príncipe de las tinieblas realmente se dignaría manifestarse ante gente como tú? Nunca lo ha hecho y nunca lo hará. ¡Nunca!
~ Balkan amonestando a la Orden de la Serpiente de Plata por su amateurismo.




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Antes de arrancar con esta recuperación de 'La novena puerta' convendría dejar claro que, quizás, como adaptación, tenga algunos problemas. Agarra determinados elementos del libro original y deja de lado muchos otros, pero la realización de Roman Polanski y el guion de Enrique Urbizu, John Brownjohn y el propio Polanski la convierten en una pieza que mezcla historia detectivesca y horror de forma intrigante e inteligente.

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Aprovechando que se está volviendo a hablar de Pérez-Reverte y sus adaptaciones al cine, la recuperamos para comprobar si está a la altura de sus responsables y por qué desde su estreno en 1999 ha arrastrado una peculiar mala fama. 'La novena puerta' parece contagiada por las idas y venidas de los libros malditos y luciferinos que menciona continuamente. Pero... ¿había para tanto?

'La novena puerta' presenta a un "detective de libros", Dean Corso (Johnny Depp) que recibe un peculiar encargo por parte de coleccionista neoyorquino, el mefistofélico Boris Balkan (Frank Langella): averiguar si su libro 'Las Nueve Puertas del Reino de las Sombras' es auténtico, lo que implicaría que Satán es prácticamente su coautor. Para ello, Corso debe rastrear otras dos copias en Portugal y Francia, y compararlas.

Por supuesto, el trayecto estará lleno de peligros y encuentros sospechosos: la también coleccionista Liana Telfer (Lena Olin), que asegura que el libro de Balkan es suyo; los intrigantes gemelos restauradores Hermanos Ceniza (José López Rodero); y una chica posiblemente sobrenatural (Emmanuelle Seigner) sigue los pasos de Corso y le va dando pistas, inquietantemente interesada en descubrir el misterio de los libros.

Un conglomerado de encuentros y desencuentros que difiere, como hemos dicho, de la novela. En la original 'El Club Dumas', Pérez-Reverte incluye como génesis de la investigación un supuesto borrador inédito de 'Los tres mosqueteros' y lo cruza de refilón con un libro que podría servir para invocar al demonio. Los encuentros de Corso  con distintos personajes tienen puntos en común con los de la película, pero las referencias a Dumas son constantes, hasta el punto que Corso se refiere a los personajes que se encuentra con sobrenombres inspirados en 'Los tres mosqueteros'.

Buena parte de la investigación de Corso en la película es una réplica de la del libro, aunque allí cambian levemente las intenciones de sus rivales. Por ejemplo, el Boris Balkan de la película es una mezcla del bibliófilo ocultista Varo Borja y del experto en dumas Boris Balkan. También difiere la temática de la sociedad secreta del final, que no es un ridículo contubernio satánico, sino una reunión de ratones de biblioteca y fanboys de Dumas.

Sin embargo, libro y película comparten un sentir que los equipara, más allá de puntuales traiciones a la letra: su devoción por los libros como instrumentos de fantasía y poder, artilugios por los que hay quien puede estar dispuesto a matar o a sacrificarlo todo. En el caso de la película de Polanski, por supuesto, todo adquiere una connotación diabólica que está presente en la novela de Pérez-Reverte, aunque con menos carga maligna y más folletinesca.

Pero esa obsesión por los libros, antiguos o no, perdidos o no, como objetos que atesoran un poder indescriptible en sus páginas, es el auténtico enlace entre ambas obras, y lo que convierte a 'La novena puerta' en una adaptación interesante de 'El Club Dumas'. Polanski filma bibliotecas y montañas de libros con devoción pagana, y se entretiene en la imagen y el sonido del fetichismo bibliófilo: páginas crujiendo, cuero gimiendo al doblarse, planos y más planos de gente tendiéndose libros, envolviéndolos en trapos, moviéndolos de sitio, acariciando los grabados, contemplando las portadas...

Satanás está en la letra

Independientemente de la adaptación y lo positivo que hereda del original (aparte de esa rampante bibliomanía está el personaje de Corso, abiertamente antipático pero completamente fascinante), Polanski desliza en la investigación en pos de 'Las Nueve Puertas del Reino de las Sombras' una malvada puesta en escena, buena heredera de su pulso clásico. En su día se comparó 'La novena puerta' con 'La semilla del Diablo' por sus obvios paralelismos demoníacos, pero hay más.

Polanski, durante casi toda la película, rueda de forma tranquila y sosegada, sin histerias narrativas, por muy atroz que sea lo que está mostrando. El mejor ejemplo está en la sensacional secuencia que abre la película, antes de los créditos, donde un personaje que adquirirá importancia más adelante, escribe una larga nota, y después tranquilamente, se ahorca en la lámpara. Polanski lo muestra todo sin artificios, con un empleo del sonido inquietante y soberbio (ese rascar de la pluma contra el papel, un impío y malvado precedente de toda esa orgía de biblio-sonidos que mencionamos más arriba) y sin banda sonora.

'La novena puerta' es una película que está muy lejos de ser perfecta, pero en sus mejores momentos recuerda, en efecto, al mejor Polanski de 'La semilla del Diablo', aquel que invocaba a lo impuro introduciendo un elemento desestabilizador en la cotidianeidad, algo que hacía también en 'El quimérico inquilino', 'Lunas de hiel' o tantas otras. Aquí lo logra a través de los libros, que parecen exhudar un aire maléfico (en algunos casos auténtico: algunos de los volúmenes que muestra la película son incunnables ocultistas reales... y se nota), y también a través de matices en las interpretaciones de unos secundarios estupendos.

Los aires de grandeza satánica de Langella, la majestuosidad de ribetes patéticos -como todo humano que aspira a codearse con el Maligno- de Olin, la divertidísima interpretación doble de Rodero como los juguetones hermanos Ceniza... desentona solo Emmanuelle Seigner, pero no por su culpa. Polanski desaprovecha la oportunidad de crear una némesis enigmática al dotarle de componente sobrenatural desde el principio, sin que haya espacio para la duda (aunque posiblemente, peor habría sido dejarla como la construía Pérez-Reverte, soltando unas peroratas teológicas para muy cafeteros).

Hay altibajos de ritmo e interés en 'La novena puerta' que la distancian de ser una película redonda. Y eso aunque su tono juguetón, que no termine de tomarse en serio a sí misma, y que al mismo tiempo sea capaz de lanzar al espectador una atmósfera decididamente maligna, la pone por encima de muchas muestras de cine de horror más prestigiosas de los noventa. Buena parte de la culpa de sus problemas está en un Johnny Depp que, aún lejos de esa capacidad suya de los últimos tiempos de reventar una película con su sola presencia, está infinitamente menos entonado que sus compañeros.

También hay ciertos titubeos en el ritmo en el último tramo, cuando Corso comienza a dar vueltas sin demasiado sentido, y el guión de Urbizu, Brownjohn y Polanski pierde un poco de brío. Sin embargo, incluso en este tramo final, la película consigue hacer propuestas de valor, como son las aventuras de Corso por la campiña francesa, fotografiada por el gran Darius Khondji a semejanza de otras aventuras satánico-campestres, como son las de Christopher Lee y Peter Cushing en la hammeriana 'La novia del diablo'.

Pese a sus irregularidades como adaptación y como película de terror, 'La novena puerta' es una propuesta muy estimable. Su tono a la vez ligero y solemne y su creación de una atmósfera a golpe de libracos, bibliotecas oscuras y fotocopias de grabados del Mal son altamente reivindicables, sobre todo ahora que nadie se toma en serio al Cornudo. Polanski (quién si no) lo logra, pero sin renunciar por el camino a ponerlo a hacer kung fu, que es lo suyo. Gran mérito.

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Arturo Pérez-Reverte y la biblioteca oculta en «El club Dumas»: una historia de misterio de Andrés Cáceres Milnes.

Preliminar

La novela española contemporánea comienza a manifestar nuevos procesos narrativos a partir de la muerte de Franco en 1975. El relato ya no es lineal en su forma y fondo, sino que se manifiesta un desencanto con los modos de narración anteriores, y una manera de demostrarlo, va a ser la simbiosis entre lo antiguo y lo nuevo.

La reinvención de la literatura española posfranquista, no solo significa una recreación de lo ya escrito, sino que lleva consigo una nueva forma de interpretar simbólicamente la realidad. Así es como Arturo Pérez Reverte con su novela El Club Dumas recrea, en primer lugar, un juego intertextual con la novela Los tres mosqueteros de Alejandro Dumas; en segundo lugar, plantea cómo la intertextualidad es producida por el personaje principal, Lucas Corso, dejando en claro, que por la convulsión del mundo contemporáneo y por las variadas fuentes de información que presenta el relato, las interrelaciones son atractivas para el lector; en tercer lugar, la propuesta de una nueva lectura -exposición de la trama en forma diferente- se abre a la nueva novela española, histórica, policial y de aventura.

En síntesis, la intertextualidad se encuentra en la cotidianeidad. Así, esta novela se aprovecha del diario vivir y la hace suya por medio de la ficción y la trabazón con una novela perteneciente a otro período y a otra nacionalidad, readecuándola para su propio interés escritural. En este sentido, el propio personaje decide elegir su trama, dando por hecho la intersubjetividad cómplice del lector.

La novela entre dos ejes: tradición y modernidad

La novela El club Dumas o la sombra de Richeliu (1993), posee rasgos literarios donde sobresale una manifestación personal que carece de canon alguno. Representa un eclecticismo literario, pues expresa una mezcla desordenada de técnicas tradicionales y vanguardistas en torno a la recuperación de la intriga y el argumento por medio del pastiche, de modo que parezca una creación original. Según Santos Alonso, «en libertad, se ha dicho, se crea mejor que con las restricciones de la censura» (13). Vale decir, después del período franquista se logra una renovación estilística sin tapujos. Los registros de este nuevo proyecto literario significaron recuperar el efecto de la narratividad, que logra percibir las narraciones clásicas, como aquellas que cuentan una historia con la intención de captar al lector y atraerlo hacia una trama amena y melodramática. Tal es el caso del folletín a modo de literatura popular.

Arturo Pérez Reverte reacondiciona el folletín en la novela El club Dumas o la sombra de Richeliu, contando la historia detectivesca atípica de Lucas Corso y su investigación de dos textos: uno, sombrío y demoníaco, y otro, perteneciente al romanticismo francés, en que se inmiscuyen personajes y situaciones similares a lo ocurrido en la novela dumasiana, Los tres mosqueteros (1844). Desde esta perspectiva, la novela de Pérez Reverte no solo emplea recursos técnicos clásicos en el aspecto narrativo, sino que también recurre a una articulación intertextual variada, que en este trabajo se enfocará en su ligazón con la obra de Alejandro Dumas.

Este juego de conexión y bagaje cultural es propiciado por el personaje principal de Pérez Reverte, Lucas Corso, quien además de ser culto, posee costumbres en concordancia con las de un detective moderno, es decir, el protagonista no sigue ciertos patrones rígidos como característica de los detectives contemporáneos. Pero, este rasgo no atañe solo a Lucas Corso, sino también a los lectores, quienes pueden seguir la pista a través de algunas características externas a la obra, como son los elementos paratextuales -un lugar estratégico del texto- que guía y aporta gran información previa a la lectura y sus interpretaciones. Estos entramados surgen cuando, por ejemplo, el protagonista de la novela llega a cuestionarse los límites de la realidad y ficción, entendiendo estas fronteras como una realidad ficcionada no asumida, que posteriormente pretende tomar conciencia en un cuestionamiento abrupto de la realidad.

Pérez Reverte recupera y vitaliza la novela de capa y espada, añadiendo, eso sí, la prosa desenvuelta a través de la intriga detectivesca ambigua en torno a un libro demonológico y un manuscrito dumasiano por autentificar. El detective mezcla las pistas en base a lo que él cree y le dejan creer los personajes como sus estados mentales de divagación, permitiendo a su paso persecuciones, enfrentamientos y muertes, sin dejar de lado la capacidad del autor de sobreinformar una cantidad de datos, dedicado a un lector avezado, pero con el fin de distraer la atención de la trama. Vale decir, la novela es una experimentación mediante una libertad recobrada, que hace de la escritura una metaficción, dando importancia a la intertextualidad como rescate del relato no oficial.

Los temas que presenta el autor manifiestan rasgos de un mundo ávido en lecturas menores, como lo desconocido, lo que no se sabe por el canon oficial. Se muestra un detective de libros, temas que pasan por el ocultismo, la invalidación de la historia de Dumas, la existencia del diablo, la ambigüedad ficción y realidad, entre otros. Estos temas permanecen alrededor del personaje principal. En este sentido, resulta primordial el papel que juega este supuesto detective, que presenta una influencia mayoritariamente anglosajona de la novela policial2, más una repercusión en la novela negra. 

Aquí, Lucas Corso posee una capacidad intelectual semejante a los héroes detectivescos clásicos, casi infalible. Él realiza una investigación detectivesca-intertextual sobre la autentificación de dos textos. El primero, un manuscrito de Alejandro Dumas, padre, el que corresponde al capítulo original de Los tres mosqueteros, titulado «El vino de Anjou», que a su vez, es relacionado con la muerte de un bibliófilo, que se narra en el pretexto de la novela. La muerte coincide con el misterio en torno al capítulo y a la obra. El segundo, un libro demonológico, quemado en 1667, un año después de su impresión, Libro de las nueve puertas del reino de las sombras (De umbrarum regni novem portis), una especie de manual para invocar al diablo, obra que fue prohibida y quemada por el Tribunal del Santo Oficio (la Inquisición española) junto a su impresor, Arístide Torchia, en 1667.

El detective va dejando a su paso una estela de aventuras como acontecimientos anexos a la investigación bibliográfica, que solo ayudan a confundir las indagaciones en base a enlaces erróneos y voces intertextuales confusas, que realiza Lucas Corso.

La novela en Pérez -Reverte: histórica, policíaca y de aventuras

El club Dumas es un relato de género impuro. Por una parte, hay una vertiente histórica de la novela, que reproduce de modo verosímil una determinada época del pasado, preferentemente no vivida por el autor. Pero, por otra parte, conjuga lo real y lo inventado, las técnicas historiográficas y las pretensiones literarias. ¿Cuál fue la motivación? El deseo de conocer el pasado desde otra perspectiva, el placer por narrar y el apogeo del género. En este marco, la novela combina los recursos de la trama policíaca con la recreación documentada de los hechos y la reivindicación literaria del folletín como relato de aventura. La nueva novela de raigambre histórica realiza su periplo por la transición española, la democracia y el cambio de siglo. Estas diversas vías confluyen en un mismo propósito: la expresión literaria, la fruición de contar historias y la complicidad con el lector. 

¿Cómo se manifiesta en la novela de Pérez-Reverte?

1. La existencia de un régimen de libre expresión, se ve reflejado en la creación de un detective de libros y la invalidación de Dumas como gran escritor por medio de la intertextualidad. Como señala Santos Alonso, la novela comenzó «un proceso que desvelará los conflictos humanos, las ocultas coherencias y contradicciones individuales, sociales y culturales» (52).

El primer aspecto, tiene que ver con el papel que juega Lucas Corso como investigador-detective de libros. Rol que en ningún momento pierde dentro de la novela. Él se esconde bajo la característica de proveedor de libros de gran plusvalía. Sin embargo, el título de detective de libros se manifiesta en forma clara en un diálogo que sostiene el protagonista con Liana Taillefer, quien en forma irónica lo cataloga de «detective de libros» (capítulo II, La mano del muerto), representando una variación del término según el canon de la novela de enigma y posterior derivación a la novela negra. Es decir, Corso presenta un sincretismo entre ambos, derivando luego en otro tipo de novela policial, en la que el tema principal no es el crimen, sino que el dato bibliográfico e indagación de libros. 

Precisamente es aquí, con la libre expresión que envuelve la época del escritor, donde aparece el personaje, que representa un tipo singular, que nunca asume como tal, salvo sus compañeros que muestran evidencias al lector de una mezcla de Monsieur Dupin y Sherlock Homes (incluso con ayudante, el doctor Watson, como lo señala el narrador-personaje)4, junto a la particularidad de Philip Marlowe, rasgo acentuado en la itinerancia de Lucas Corso (modalidad de la novela negra), que revela la intriga luego de recorrer cada recoveco donde lo llevan las pistas, tanto de Dumas como del libro ocultista.

El segundo aspecto, hace referencia a la invalidación que padece Alejandro Dumas como escritor. Sus novelas se catalogan solo de entretención (en menosprecio del folletín); además, de no ser el autor único. Esta desmitificación que realiza la novela El club Dumas, se apoya aún más con la presentación de un narrador -Boris Balkan- conocedor del tema, que no deja tiempo al lector para la duda, por su condición de hablante erudito. Este narrador cumple el rol de contar la historia de un escritor hasta convertirlo en un simple hombre, revelando cómo sus obras no eran totalmente de su autoría, sino que era un porcentaje dividido en dos variables: utilización de negros o ayudantes (I capítulo) como Augusto Maquet y una especie de plagio de otros autores menos conocidos como Gateen de Cortilz de Sandras quien escribió las Memorias de Monsieur D’Atagnan.

Ahora bien, a pesar de que dicho suceso se comprueba en la biografía de Dumas, presente en Los tres mosqueteros, sin embargo, no se le otorga mayor importancia. En El club Dumas, Balkan plantea que los personajes también existieron (realidad) y como paradigma de la imaginación (ficción), presentan un problema, ya que Dumas no los recreó, sino que se adueñó de ellos y les cambió el formato a uno más llamativo y comercial, como lo que hoy se conocen: amigos inseparables y justicieros. Así, se reafirma la invalidación de la historia oficial como única verdad que desarrolla la novela. Esta denuncia comienza a vislumbrarse desde los elementos paratextuales (título, índice, epígrafe, citas puntuales e imágenes) en adelante. Esta cantidad de marcas textuales resulta relevante al momento de la interpretación. Como dice Iser, es «un acto de traducción» (284) según el contexto y la situación narrativa en que se lee, ya que cada una de las huellas paratextuales aportará un grado de significación, que según el bagaje cultural del lector, redundará en las intertextualidades correspondientes.

2. Las narraciones clásicas se desarrollan por medio de tres ideas: prosa sutil y dinámica, novela de capa y espada y solo se narra una historia. La primera, se expresa inmediatamente en lo grato que resulta la lectura, fluida y amena, a pesar de las intertextualidades soterradas en la novela. La segunda, corresponde al tema que revitaliza la novela actual a través de una buena intriga capaz de mantener al lector ávido por saber el desenlace, más aún cuando la novela se convierte en capa y espada como los antiguos folletines, donde la agilidad temática era ley escritural. Así la novela El club Dumas se reinventa con sus intertextualidades disfrazadas por el pastiche, técnica posmoderna, que recrea estructuras pasadas en una amalgama confusa y desordenada con el presente. Y, por último, el simple pasar de una historia sin mayor interpretación.

Este arte de novelar que plantea Pérez Reverte, se aprecia cuando asume el simbolismo del espacio físico y mental de Lucas Corso como detective de libros. El personaje protagonista recorre diferentes lugares, como por ejemplo, países donde se encuentran las pistas. Su desplazamiento físico lo acerca a la novela negra y a los detectives itinerantes, que pueden desplazarse a los lugares que considere necesario para la investigación. De modo que, Corso corresponde a un personaje ambulante ya que su investigación no la lleva a cabo en un solo lugar, sino por el contrario, comienza en Toledo (descubre las diferentes pistas diseminadas por distintas ciudades), viaja a Madrid (se informa sobre los pasos a seguir para una buena falsificación), posteriormente sale de España, encontrando su próximo destino en Sintra de Portugal donde recauda pistas del segundo Libro de las Sombras para ir en busca del tercero, ubicado en París, logrando desentrañar el misterio Dumas cuando viaja a Meung, que lo lleva de retorno a Toledo, bajo la consigna de una investigación que se salió de sus límites mentales.

Así es como la temática de la novela se presenta en forma entrelazada, mezclando aventura, intriga policial y misterio, pero superponiendo los géneros menores e historias no contadas por el relato central. En otras palabras, el relato ronda en torno a la intertextualidad mediante voces que entrelazan a Alejandro Dumas con su vida y obra; además, con el Libro de las nueve puertas del reino de las sombras, a través de la posible unión demoníaca entre estos, donde al final de la novela, Balkan-narrador percata a Lucas Corso que dicha conexión es producto de su imaginación y su espacio intertextual delirante. Ahora la novela alterna los contenidos con el tiempo remoto y con aquellos más cercanos, vale decir, es posible observar varias maneras de acercamiento a la historia. 

En consecuencia, se puede señalar que El club Dumas o la sombra de Richelieu se presenta como una novela española posmoderna, es decir, corresponde a una nueva narrativa que debido a la característica primordial (libertad de expresión y estructura clásica) puede presentar temas, como el de Dumas, en forma ágil y sin metáfora evasiva, con la finalidad de evidenciar rasgos escondidos y no develados por la literatura y el ejercicio teórico. De esta forma, estamos en presencia de una nueva concepción en el arte de novelar, donde lo importante es el dato abundante y la pretensión literaria. Con la complicidad del lector se desentraña la trama de la novela de acuerdo a sus voces de intertextualidad cultural y a los subgéneros, que subyacen por medio de la intriga policial y el relato de aventura.

El club Dumas o la sombra de Richelieu versus Los tres mosqueteros: (para e inter) textos

La palabra paratexto remite a lo que rodea o acompaña al texto (para = junto, al lado de). El conjunto de paratextos constituye el primer contacto del lector con el material impreso y, desde este punto de vista, funciona como un lugar estratégico y guía de lectura, ya que permite anticipar cuestiones como el carácter de la información y la modalidad que esta asumirá en el texto. Los distintos formatos (libro, diario, revista, folletín) que toma el texto escrito utilizan distintos y variados paratextos (títulos, índices, epígrafes, contratapas, grabados, etc.) que se interrelacionan con los modos de lectura que se deben desplegar para cada uno de ellos.

El título. En la novela de Arturo Pérez Reverte se encuentra una alusión al nombre Dumas, que se relaciona con el autor francés, que a su vez, se reafirma con la segunda parte del título, «o la sombra de Richelieu», nombre del cardenal y personaje antagónico de la novela Los tres mosqueteros. En otras palabras, el título alude a una agrupación vinculada con Alejandro Dumas y que gracias a la conjunción adversativa «o» no se descarta que dicha asociación tenga ribetes similares con el cardenal Richelieu de la novela, o sea, personaje intrigante (adjetivo «sombra») siempre presente en las aventuras de Los tres mosqueteros como sujeto de carácter sombrío.

pasaporte

El índice. Este elemento paratextual está relacionado con algunos capítulos de la novela de Alejandro Dumas. 

A continuación, se enumeran los capítulos según el orden perteneciente a la novela de Pérez Reverte, indicando su relación con Dumas.

El vino de Anjou: el nombre coincide con el capítulo XLI de Los tres mosqueteros.

La mano del muerto: alusión a otra novela de Alejandro Dumas.

Gente de toga y gente de espada: hay una similitud con el capítulo XV de Los tres mosqueteros, «Hombres de toga y hombre de espada».

El hombre de la cicatriz: hay una coincidencia con el rasgo de un hombre de Los tres mosqueteros, Rochefort.

Remember: coincide en el idioma con el capítulo XLVIII de Los tres mosqueteros, «Fatality».

Sobre apócrifos e infiltrados: no presenta relación.

El número Uno y el número Dos: no presenta relación.

Postuma necat: no presenta relación.

El librero de la Rue Bonaparte: no presenta relación.

El número Tres: no presenta relación.

Los muelles del Sena: similitud con un lugar donde transitaba d’Artagnan, investigando las andanzas de una mujer y un hombre, que más tarde terminaron siendo M. Bonacieux y el duque de Buckingham, en el capítulo XI de la novela de Dumas, «La intriga se enreda».

Buckingham y Milady: coincide con los nombres de dos de los personajes de Los tres mosqueteros. El primero, es el amante de la reina; la segunda, corresponde a la antagonista de la novela de Dumas.

Se complica la trama: coincidencia por sinonimia con el capítulo XI de la novela de Alejandro Dumas, «La intriga se enreda».

Los sótanos de Meung: alusión a un lugar del libro.

Corso y Richelieu: coincidente en el segundo nombre, que pertenece al Cardenal del Rey en Los tres mosqueteros.

Un recurso de novela gótica: hay una similitud en buscar un recurso novelesco, como también queda estipulado en el capítulo LVI de la novela de Dumas, «Un recurso de tragedia clásica».

Epígrafes.Alusión a extractos de la novela Los tres mosqueteros.

Capítulo «La mano del muerto», 51: «Milady sonreía, y d’Artagnan sentía que se condenaría por aquella sonrisa» (A. Dumas, Los tres mosqueteros).

Capítulo «El librero de la Rue Bonaparte», 285: «-Amigo mío -dijo gravemente Athos-. Recordad que los muertos son los únicos con los que se expone a tropezar de nuevo sobre la tierra» (A. Dumas, Los tres mosqueteros).Alusión a la novela policial de enigma.

Capítulo «Remember», 145: «Estaba sentado tal y como lo había dejado en su sillón, colocado delante de la chimenea» (A. Christie, El asesino de R. Ackroyd).

Capítulo «Los muelles del Sena», 361: «Se considera insoluble este misterio por las mismas razones que deberían inducir a considerarlo solucionable» (E. A. Poe, Los crímenes de la calle Morgue).

Capítulo «Se complica la trama», 425: «En este momento tiembla usted por la situación y la perspectiva de la caza. ¿Dónde estaría ese temblor si yo fuera preciso como una guía de ferrocarriles?» (A. Conan Doyle, El valle del terror).

En concreto, la novela El club Dumas o la sombra de Richelieu presenta diversas voces para e intertextuales en relación con Los tres mosqueteros, que resulta ser un anclaje con las cavilaciones de Lucas Corso. Por ejemplo, la novela de Pérez Reverte menciona en diversos momentos la novela de Alejandro Dumas, también hay resabios de su vida; dentro de la deslegitimación de la producción novelesca de Alejandro Dumas, se pone en jaque su genio creador a través de la investigación realizada por Lucas Corso. En el fondo, el proyecto del escritor español es darle un sentido de denuncia al discurso oficial literario por medio de la información detallada, develando así, los vicios escriturales del escritor francés.

El folletín decimonónico

Dentro de las voces intertextuales entre la novela de Pérez Reverte y Dumas resulta importante la relación con el folletín canónico. Esta conexión se encuentra en consonancia con la reactualización que recibe la novela dumasiana. Por ejemplo:

Mención literal en relación con el folletín.

«-¿De folletines? No me haga reír» (Capítulo «Corso y Richelieu», 506).

«lo sabe todo sobre novela popular del XIX» (Capítulo «El vino de Anjou», 20).

Autores y obras.

«antes de quedarse mirando el retrato enmarcado de Rafael Sabatini» (Capítulo «El vino de Anjou», 16).«y otros tantos de Paul Fecal, cuyo Jorobado figuraba en encuadernación de lujo, tafilete rojo y cantos dorados. Y el Pickwick de Dickens, en traducción de Benito Pérez Galdós, flanqueado por varios Barbey d’Aurevilly y por Los misterios de París, de Eugenio Sue. Todavía más Dumas -Los cuarenta y cinco, El collar de la reina, Los compañeros de Jehú- y Venganza corsa, de Merimée. Quince tomos de Sebatini, varios de Ortega y Frías, Conan Doyle, Manuel Fernández y González, Mayne Reid, Patricio de la Escosura…» (Capítulo «La mano del muerto», 59-60).Extracto de folletín.«-Nació con el don de la risa -cité, señalando el retrato- …y con la sensación de que el mundo estaba loco…» (Capítulo «El vino de Anjou», 17).

Estructura del folletín.

«No hay en la historia del folletín de aventuras dos primeras líneas comparables a esas» (Capítulo, «El vino de Anjou», 17 y 18).«Casi todas sus novelas aparecieron así, por entregas, con el continuará en el próximo número a pie de página, y el público se quedaba con el alma en vilo hasta el siguiente capítulo» (Capítulo «El vino de Anjou», 24)6.

En consecuencia, la exigencia estética del folletín es presentar la trama mediante la técnica del suspense para dar cuenta de lo misterioso y escabroso que tiene la aventura del cazador de libros, Lucas Corso, en una historia enredada con esoterismo y satanismo.

El club Dumas y la novela policial

La novela de Arturo Pérez Reverte presenta voces que hacen referencia a la novela policial. Este nivel intertextual se presenta de manera heterogénea con respecto al género. Esto se aprecia en la forma como se funden conceptos y estrategias discursivas tanto en el plano del enigma como en la corriente negra del relato.

La parte discursiva considera aquellos elementos relacionados con la escritura y cómo se presenta en la novela. Por ejemplo, conceptos reiterativos propios del género policial:

 «Nada espectacular, me temo; sobre todo en estos tiempos donde los suicidios se disfrazan de homicidios» (Capítulo «El vino de Anjou», 15); vale decir, se da un preámbulo de supuestos homicidios porque toda novela policial para que sea efectiva debe enmarcarse alrededor de un muerto, por lo menos en la primera etapa del género. Otro ejemplo: «-Escucha, idiota. En las historias de misterio siempre muere el amigo. ¿Captas el silogismo?... Esta es una historia de misterio y tú eres mi amigo -le dedicó un guiño cargado de lógica abrumadora-. Así que llevas todas las papeletas» (Capítulo «Remember», 169); o sea, Lucas Corso, se sabe un personaje de novela policial, de modo que justifica sus pasos según la estructura del género.

La novela presenta, además, alusiones a personajes del género de enigma: 

«lo desafío a que cite héroes de ficción que sobrevivan con la salud de d’Artagnan y sus compañeros, salvo, quizás, el Sherlock Homes de Conan Doyle…» (Capítulo «El vino de Anjou», 26).

 Otro:

 «Hay quien busca la emoción en Sherlock Homes arriesgando su vida, y otros que buscan la pipa, la lupa y ese elemental querido Watson que, fíjese, Conan Doyle nunca escribió» (Capítulo «Corso y Richelieu», 506).

También, está la figura del detective, que aúna las redes de su investigación en cuatro planos: el concepto de detective, la denominación de cazador de libros, las características del cazador y el trabajo como detective. Ejemplos:

«-Una especie de detective, ¿no? -aventuró ella, en tono divertido-. Un detective de libros. [...] -Sí. Supongo que podríamos llamarlo así».(Capítulo «La mano del muerto», 57)                

«incluso el cazador de libros con media ginebra menos en el cuerpo, habría definido como demoledor».(Capítulo «Sobre apócrifos e infiltrados», 193)                

«-¿Sabe lo que me gusta de su carácter, Corso?... La naturalidad con que asume el papel de sicario a sueldo, entre tanto demagogo y cantamañanas que anda por ahí… Parece uno de esos individuos flacos y peligrosos de los que recelaba Julio César… ¿Qué tal duerme?».(Capítulo «Gente de toga y gente de espada», 80)                

«Corso era un mercenario de la bibliofilia; un cazador de libros por cuenta ajena. Eso incluye los dedos sucios y el verbo fácil, buenos reflejos, paciencia y mucha suerte».(Capítulo «El vino de Anjou», 15)                

La figura del narrador y su posición frente a los acontecimientos narrativos

El grado de conocimiento del narrador es importante al momento de concebir la novela como un relato policial. En El club Dumas el hablante está representado por Boris Balkan, que se atribuye el papel de Watson, simulando así, la forma de Estudio en Escarlata de Arthur Conan Doyle. Esta situación narrativa recae sobre Lucas Corso, que simula el papel de Sherlock Homes.

La posición del narrador es la de un testigo, que tiene una visión sesgada de los acontecimientos, pero que se torna, en algunos momentos, omnisciente. Desde estas diversas perspectivas se dan las características físicas y psicológicas del detective Lucas Corso, que es una mezcla de novela policial de enigma y novela negra (mercenario, rechazo de la vida que lleva, desgarbado, abúlico, deprimente, desaprensivo, vicioso, noctámbulo, falsa apariencia de fragilidad, solitario, actos poco lícitos, amores frustrados, con preparación cultural e intelectual, lector precoz e irónico). 

En este sentido, el narrador da cuenta de la existencia de delitos y muertes, por ejemplo, Enrique Taillefer, Víctor Fargas, Baronesa Ungern. En esta investigación, las pistas y pesquisas están en relación con los informantes, que develan ciertas ambigüedades en la investigación. Vale decir, la búsqueda de Lucas Corso va desde el manuscrito Dumas hasta El libro de las nueve puertas a través de pistas verdaderas y pistas falsas, persecuciones y golpizas, que exacerban la imaginación del detective hacia el final no programado de la novela. Todo esto, en un ambiente que mezcla realidad-ficción con su visión literaria de los acontecimientos. Es decir, el ambiente que merodea Lucas Corso no es claro, sino que sombrío, debido a que la misma intertextualidad de su mente lo envuelve en inseguridades que se traducen en asociaciones con personajes de ficción dentro de su propia realidad.

Conclusión

Este trabajo muestra cómo en un mundo ecléctico la novela de Pérez Reverte muestra una realidad moderna, donde se conectan los cánones clásicos y vanguardistas con el fin de recrear nuevos acontecimientos literarios. Las voces para e intertextuales han servido en la conducción de la investigación de Corso para develar la trama y desmitificar a Alejandro Dumas y su novelística romántica. No obstante, que el autor español imita el formato dumasiano para descanonizarlo. 

En otras palabras, la novela El club Dumas o la sombra de Richelieu no se presenta en una sola dirección temática, sino que el texto logra afirmarse en base a diferentes temas, tanto clásicos como modernos y ajenos a toda censura, propio de la narrativa del autor. Así es que la novela logra un nivel temático con mucha información, tal vez como reflejo periodístico de Arturo Pérez Reverte o simplemente para demostrar una cantidad exorbitante de documentación y modelos literarios a que se ve enfrentado el lector. Junto con esto, se presenta un trasfondo literario, que es el aire cultural de la novela: el juego cervantino de vida y literatura y el dilema barojiano de vitalismo y abulia.

La novela se desarrolla en torno a diversos niveles intertextuales que, en el caso del detective, logra fundir el personaje con las desrrealidades, producto de su confusión indagatoria en dos planos: el manuscrito de Dumas y el libro demonológico. Dicha pesquisa es una travesía no exenta de persecuciones y muertes, que en el transcurso del relato, es un permanente cuestionamiento del rol que ejecuta Lucas Corso, ya que se presenta como un proveedor de libros y como un detective de estos a través de una investigación de (des)legitimación que realiza de ellos.

 En consecuencia, Corso es un detective, pero con una variación, pues él representa una extrapolación de los cánones clásicos del detective a la luz de la novela de enigma y posterior novela negra, que en el fondo, no es más que una simbiosis entre ambos, derivando en otro tipo de novela policial, que se aprecia en las citas y referencias para e intertextuales de El club Dumas.

Lucas Corso es un lector compulsivo, con una inteligencia que va acorde con su profesión. Sin embargo, no logra coincidir con Monsieur Dupin o Sherlock Homes, que como representantes de la novela de enigma, son capaces de desarrollar un pensamiento analítico excepcional. Lucas presenta un intelecto que le juega una mala pasada, pues confunde su propia intertextualidad con la verdadera investigación del caso mediante relaciones inexistentes entre el manuscrito de Dumas y El libro de las nueve puertas. Esto lo deja como un simple mortal a la usanza de la novela negra. Él es un detective exótico, «cazador de libros a sueldo», una nueva modalidad que lo aleja del crimen como rasgo principal de la novela policial. A partir de esta característica se arma la trama policial, que es la existencia de un manuscrito dudoso y un muerto seguro.

 Esta investigación tiene, en un primer momento, el rasgo profesional (mercenario) a través del pago; sin embargo, en un segundo momento, es gratis, por el amor al arte, expresión que Corso descubre al final de la novela. Sus desplazamientos físicos, que lo acercan a la novela negra, lo definen como un personaje itinerante, es decir, comienza en Toledo, viaja a Madrid, sale de España hacia Sintra y luego París y Meung para retornar a Toledo nuevamente. Por último, su condición de detective -género policial- se encuentra en las citas que aparecen como epígrafes antes de comenzar cada capítulo, que aluden a autores de la serie de enigma (capítulo «Remember» a Agatha Christie, «Los muelles del Sena» a E. A. Poe, «Se complica la trama» a A. C. Doyle). 

Esto otorga una mayor referencia para el lector, considerando que el referente principal es anglosajón, propio de la novela de enigma. Por ello, se puede decir que Pérez Reverte logra recrear una trama por medio de un narrador especialista en Alejandro Dumas y en los franceses del siglo XIX, que es Boris Balkan, quien sirve de apoyo para que el lector legitime el discurso narrativo, pero desmitificando el manuscrito de Dumas y el libro demonológico. 

De esta forma, la novela reafirma la invalidación de la historia oficial literaria como única verdad por medio del pastiche, elemento vanguardista relacionado con el carácter intertextual exuberante. Pero, también involucra al autor, haciéndolo partícipe de los secretos que contiene el libro demoníaco.

En síntesis, la trama de la novela -historia de aventuras y trampas, intriga y misterio- se ambienta en la España de hoy a través de un narrador que no solo mezcla las identidades de los personajes, sino que también martiriza a Corso en sus indagaciones, con los personajes históricos de la época de Dumas.

 El club Dumas termina siendo una clásica obra por entregas y un auténtico thriller donde se cruzan extraños personajes, bibliófilos, mundo de anticuarios y coleccionistas de libros antiguos, seguidores del diablo y una inquietante mujer fatal. Vale decir, fantasía y realidad, erudición contenida y juego de pistas en un folletín decimonónico, que es el relato indagatorio de una biblioteca oculta, que mueve a la siguiente pregunta: 


¿Puede un libro ser investigado policialmente como si de un crimen se tratara, utilizando como pistas sus páginas, papel, grabados y marcas de impresión, en un recorrido de tres siglos?

 

Autor; y el director de la película.




Arturo Pérez-Reverte Gutiérrez (Cartagena, 25 de noviembre de 1951) es un escritor y periodista español, miembro de la Real Academia Española desde 2003. Antiguo corresponsal de RTVE y reportero destacado en diversos conflictos armados y guerras, es el autor, entre otras, de la saga Las aventuras del capitán Alatriste y la trilogía de Falcó.

Biografía

Cursó estudios de Ingreso a 4.º de Bachillerato en los antiguos Maristas de Cartagena. De ahí pasó al Instituto Isaac Peral,​ donde completó el bachillerato en la rama de Letras con otros doce compañeros y un grupo de jóvenes catedráticos (Amparo Ibáñez en Historia del Arte, Gloria Sánchez Palomero en Griego, Antonio Gil en Latín y Juan Ros en Literatura). Allí participó en Proa, la revista del instituto, su primera actividad periodística.

Se licenció en Periodismo en la Universidad Complutense de Madrid.​ Durante los tres primeros años de esta carrera cursó a la vez estudios de Ciencias Políticas. Ejerció como reportero de guerra durante 21 años (1973-1994). Sus primeros pasos los dio en el diario Pueblo, donde permaneció 12 años. En 1977, paralelamente a este trabajo, fundó junto a su compañero Vicente Talón la revista Defensa, que apareció a la venta en abril de 1978, y de la que fue redactor jefe hasta que sus compromisos como corresponsal lo obligaron a dejarla. Tras la desaparición de Pueblo pasó a Televisión Española (TVE), donde ejercería como corresponsal durante otros nueve años hasta 1994.

A principios de los años 1990 presentó en RNE La ley de la calle, un programa de radio, en horario nocturno, en el que se daba cabida a numerosos personajes de diversos ámbitos, la mayoría de las veces marginales, y que fue clausurado por Jordi García Candau, director de RTVE. Fue presentador, en 1993, del programa Código uno,​ sobre la actualidad de la crónica negra, en Televisión Española, programa del que renegó públicamente y abandonó por considerar que contenía «basura».​ Después de haber hecho esas declaraciones en noviembre del citado año, en Pamplona, y de volver a ejercer como reportero de guerra, Pérez-Reverte presentó su dimisión a TVE, en abril de 1994, al enterarse de que se le pretendía «abrir expediente por justificar gastos en zonas de guerra con facturas falsas», acusación basada en unas líneas de su novela Territorio comanche. En una dura carta a Ramón Colom, director de TVE, Pérez-Reverte lo invitaba a leer el libro «con detalle» para comprobar que no había base para el expediente, y decía tener la impresión de que este, al que considera «una majadería», está inspirado por gente que «actúa con mala fe y pretende tomarse la revancha por unas alusiones que no les gustan». La carta de renuncia terminaba así: 

«Que os den morcilla, Ramón. A ti y a Jordi García Candau»

Tal como expuso en Territorio comanche, se despidió asqueado debido a la falta de medios y por la politización de la televisión. Como corresponsal de guerra, había cubierto conflictos armados en Chipre, Líbano, Eritrea, el Sáhara, las Malvinas, El Salvador, Nicaragua, Chad, Libia, Sudán, Mozambique, Angola, el golfo Pérsico, Croacia, Bosnia, etc. Aunque de todas ellas, la Guerra de Eritrea de 1977 lo marcó especialmente (la cita en varias ocasiones en sus artículos y en su novela Territorio comanche), en la cual anduvo desaparecido varios meses y consiguió sobrevivir a duras penas gracias a sus amigos de la guerrilla; en esa ocasión, aunque no da detalles sobre el hecho, dice que hubo de defender su vida con las armas.

Después de su dimisión de RTVE, abandonó su trabajo de periodista y se dedicó en exclusiva a la literatura y, en especial, a la novela histórica. Su primera novela que había publicado en 1986, con discreto éxito, fue El húsar, ambientada en el siglo xix, a la que siguió dos años después El maestro de esgrima, cuya acción transcurre en el Madrid galdosiano. Esta novela fue elegida entre las 100 mejores novelas en español del siglo xx por el diario El Mundo. 

Le siguieron El club Dumas y La tabla de Flandes, que fueron las que lo hicieron conocido. Ya siendo un escritor de éxito, publicó en 1996 El capitán Alatriste, novela que daría comienzo a la saga que ha convertido a Pérez-Reverte en un superventas. Lo cual no es sorprendente, ya que la gestación de Alatriste estuvo relacionada con esta disciplina: el autor, «cuando vio el espacio que dedicaban al Siglo de Oro los libros de bachillerato de su hija Carlota —con la que firma el primer volumen—, decidió crear un personaje que contase un momento crucial de nuestra Historia, sin el que no se puede entender nuestro presente».

Ha publicado hasta el momento más de 30 novelas y varias colecciones de artículos. Algunas de ellas han sido adaptadas con éxito al cine como por ejemplo: El maestro de esgrima, La tabla de Flandes y El club Dumas que, rodada por Roman Polanski, se comercializó con el título de La novena puerta. En 2006 se estrenó la película Alatriste, de Agustín Díaz Yanes, basada en su serie de novelas de El capitán Alatriste y, al año siguiente, La carta esférica, dirigida por Imanol Uribe.

Respecto a sus reconocimientos como literato destacan su ingreso9​ en la Real Academia Española el 12 de junio de 2003, para ocupar el sillón T (vacante desde el fallecimiento del filólogo Manuel Alvar en 2001) o su nombramiento como doctor honoris causa por la Universidad Politécnica de Cartagena, el primero otorgado por ese establecimiento de educación superior, el 18 de febrero de 2004.

La adaptación a formato de telenovela, en español y estrenada por Telemundo, de su obra La Reina del Sur fue un éxito en Estados Unidos,10​ pero en España no contó con una crítica muy favorable y el propio Pérez-Reverte llegó a criticar duramente en la red social Twitter la emisión y el tratamiento dado a la adaptación.

En mayo de 2011, la Audiencia Provincial de Madrid condenó a Pérez-Reverte y Manuel Palacios, director y coguionista de la película Gitano, respectivamente, a pagar 80 000 euros de forma solidaria al cineasta Antonio González-Vigil, que lo demandó por plagio del guion de la película estrenada en el año 2000.​ La sentencia contradijo dos sentencias penales y una tercera de un juzgado mercantil anteriores, favorables a Pérez-Reverte y Palacios. Finalmente, en julio de 2013 es condenado por la Audiencia Provincial de Madrid a pagar 200 000 euros al cineasta por plagio.​ El 16 de julio de 2013, el guionista y director de cine Antonio González-Vigil pidió el cese de Pérez-Reverte como académico de la Real Academia Española. Pérez-Reverte publicó en julio de 2013 un artículo donde ofrecía su punto de vista sobre la sentencia.

Desde el 6 de junio de 199315​ escribe una columna en el suplemento dominical El Semanal, ahora XLSemanal, llamada Patente de corso, que empezó llamándose A sangre fría, si bien ya había publicado algunos artículos en esta misma revista en 1991 de forma esporádica. A finales de 1995 el propio Arturo Pérez-Reverte dice de esta serie de columnas:

«En estos dos años y medio me he venido despachando a gusto, y -como dice por estas fechas mi compadre Sancho Gracia en el Teatro Español de Madrid- ni reconocí sagrado, ni en distinguir me he parado al clérigo del seglar. Por eso, mis ajustes de cuentas semanales pueden calificarse de cualquier cosa menos de cómodos para quien los alberga.»

En 2016 fundó la revista literaria Zenda, cuyo título está inspirado en la novela El prisionero de Zenda, de Anthony Hope. El propósito de la publicación es difundir contenidos relacionados con el mundo de las letras (entrevistas a escritores, reseñas de libros, noticias de actualidad, textos de creación, etcétera).17​18​ En 2019, al amparo de la revista, creó el sello editorial Zenda Aventura, dedicado a la publicación de novelas de aventuras prologadas por Pérez-Reverte y con ilustraciones de Augusto Ferrer Dalmau.​ También en 2016 se publicó Falcó, una novela sobre un agente del bando franquista durante la guerra civil española a quien se le encarga la misión de liberar de la cárcel a José Antonio Primo de Rivera.

En 2017 se estrenó en el mundo del pódcast, escribiendo guiones para Bienvenido a la vida peligrosa, una ficción sonora disponible en Podium Podcast, la red de pódcast de PRISA Radio. Dirigida por Guillermo Arriaga y protagonizada por Juan Echanove, entre otros, trata sobre un profesor de filosofía español que se ve envuelto en una trama de narcotráfico durante su viaje a México.

En marzo de 2019 Pérez-Reverte publicó Una historia de España, recopilación de 91 artículos numerados con el mismo título que habían ido apareciendo al ritmo de uno cada dos o tres semanas en su columna dominical Patente de corso.

En 2020 publicó La cueva del cíclope, una recopilación de unos 6000 mensajes suyos en Twitter sobre literatura, escritos en dicha red social desde que se abrió cuenta en ella en 2010. Esta obra solo está disponible como libro electrónico.

En septiembre de 2021, Pérez-Reverte publicó la novela El italiano, ambientada durante la Segunda Guerra Mundial, sobre un grupo de militares italianos que intentan sabotear barcos aliados en Gibraltar.



Roman Polanski.  (París, 1933) Director de cine polaco. Dos años antes de que comenzara la Segunda Guerra Mundial, la familia de Roman Polanski regresó a Polonia desde Francia. Tiempo después, el director haría el viaje contrario para alejarse de un pasado que incluía la reclusión de sus padres en un campo de concentración. El cine en Polonia pasaba entonces necesariamente por la propaganda alemana, pero aún así el joven Polanski aprovechó aquellas lecciones, que le hicieron decantarse definitivamente por su vocación de cineasta. En los años cincuenta, primero apareciendo como actor en algunas películas y después estudiando en la escuela de Lodz, Polanski se fue iniciando poco a poco en el cortometraje. Allí estaban ya los rasgos de su futuro cine: el humor negro y el lado más surrealista de las relaciones humanas.

El cuchillo en el agua (1962), su primer largometraje, le convirtió en una figura reconocida internacionalmente. Era la primera película polaca de posguerra que no hablaba de la contienda. La aparición de desnudos, el peculiar estudio de los personajes y la tensión dramática a que los sometía contribuyeron a desmarcar su cine del que se había hecho en el Este hasta aquel momento. El cuchillo en el agua serviría de referente a otros títulos posteriores, como Calma total (1989), de Philip Noyce.

A pesar de haberse convertido ya en un reconocido director en Polonia, Polanski decidió irse a Francia. Allí conocería a su colaborador más asiduo, el guionista Gérard Brach, con quien compartiría su éxito internacional en dos títulos emblemáticos: Repulsión (1965) y Cul-de-sac (1966), ganadoras, respectivamente, del Oso de Plata y Oro en el Festival de Berlín. Ambas se realizaron en Inglaterra, ambas aislaban a los personajes en un hogar que se iba volviendo cada vez más hostil y ambas ahondaban en la psicología perturbada de sus protagonistas.

El baile de los vampiros (1967) se acercaba claramente al terror clásico pero sin abandonar el sentido del humor que le permitía colocar a un vampiro judío, a quien no afectan los crucifijos, junto a la historia erótica que acompaña al género. Aquí Polanski trabajó junto a su mujer, Sharon Tate, que un año después sería brutalmente asesinada por la secta de Charles Manson, justo después de que Polanski hubiera dirigido La semilla del diablo (1968), su título más carismático, rodada en el edificio de apartamentos donde sería asesinado el ex líder de The Beatles, John Lennon. La semilla del diablo, cuyos papeles fueron ofrecidos en un principio a Robert Redford y Jane Fonda, tuvo como principal acierto situar una historia demoníaca en el mismo centro de Nueva York, rodeada de acciones absolutamente cotidianas.

Al igual que anteriormente había sentido el impulso de salir de Europa, tras el asesinato de su esposa Polanski salió de Estados Unidos. En Europa completaría dos proyectos: Macbeth (1971) y ¿Qué? (1973). La primera, protagonizada por John Finch y Francesca Annis, acabó siendo financiada por Playboy, después de tratos fallidos con Allied Artists y Universal, lo que le valió no pocas críticas y una calificación X. La segunda, con Marcello Mastroianni y Sydney Rome, volvía a tener una casa (en este caso una villa) como centro neurálgico de los desatinos de un grupo de personajes; algunos la consideraron la segunda pieza de una trilogía que tenía sus otros dos vértices en Repulsión y El quimérico inquilino.

En 1974 Polanski regresó a Hollywood. Allí le esperaban el alumbramiento de uno de los clásicos del cine negro, Chinatown (1974), y un juicio por mantener relaciones sexuales con una menor, razón por la cual fue expulsado del país. De hecho, no volvería ya a Estados Unidos para evitar ser encarcelado. Chinatwon, basada en un hecho que ocurrió a finales de los años treinta, obtuvo un Oscar al Mejor Guión original, escrito por Robert Towne, además de otras diez nominaciones.

De regreso en Europa, Polanski volvió a sumergirse como actor en un guión claustrofóbico, que cambiando el género del protagonista se parecía mucho a Repulsión. Lo más brillante de la película es el juego en que se ve inmerso el espectador, intentando averiguar si la paranoia del personaje interpretado por Polanski es tal o si realmente está amenazado. El quimérico inquilino (1976), que contó también en su reparto con Isabelle Adjani y Shelley Winters, tenía uno de sus mejores golpes de efecto en la banda sonora compuesta por Philippe Sarde. En 1980 adaptó el clásico de Thomas Hardy, Tess, protagonizado por Nastassja Kinski. Visualmente, la película es una obra maestra, pero le falta la pasión que domina la obra de Hardy; aun así, obtuvo tres Oscar.

A partir de ese momento la obra de Polanski sufriría distintos altibajos. Frente a títulos comerciales como Frenético (1988), protagonizada por Harrison Ford y Emmanuelle Seigner (pareja de Polanski), se encuentran estrepitosos fracasos comerciales como Piratas (1986). La muerte y la doncella (1994) volvía a colocar la tensión en un espacio cerrado y se internaba por primera vez en el terreno de la aspiración política. Lunas de hiel (1994), sin embargo, regresaba a los escenarios marítimos (al menos en parte), al igual que lo había hecho El cuchillo en el agua, y se movía por el pantanoso terreno de los personajes de comportamiento cambiante que tanto apasionan al director y a su guionista, Richard Brach.

Años después rodó La Novena Puerta (1999), filmada en parte en España y protagonizada por Johnny Depp. La adaptación de la novela de Arturo Pérez Reverte El Club Dumas le sirvió a Polanski para volver a encontrarse con el terror psicológico y con lo demoníaco, pero, a pesar de las expectativas, la película no gozó de buenas críticas. Sí mereció reconocimiento unánime El pianista (2002), obra cumbre del cineasta polaco que logró la Palma de Oro en el Festival de Cannes 2002, el premio Goya del cine español a la mejor película europea, siete premios César de la Academia francesa, dos premios Bafta británicos y tres Oscar: al mejor actor (Adrien Brody), al mejor guión adaptado y al mejor trabajo de dirección del año. La cinta también recibió el David de Donatello, máximo galardón de la cinematografía italiana.

Polanski se ha convertido, forzado por su prohibición de regresar a Estados Unidos, en un director itinerante por Europa. Sus temas son recurrentes pero atados a un espectro suficientemente amplio como para permitirle dar giros en su carrera. Es quizá esa "reclusión" europea la que le ha permitido mantenerse como un autor y salvarse de ser convertido en una pieza más del engranaje comercial estadounidense, donde una vez pareció tener una prometedora carrera.


Actores.


Johnny Depp.


(John Christopher Depp III; Owensboro, Kentucky; 1963) Actor de cine estadounidense. Su carrera cinematográfica despegó definitivamente tras dos colaboraciones protagonistas con el director Tim Burton, Eduardo Manostijeras (1990) y Ed Wood (1994). Promocionado en numerosas ocasiones como un nuevo ídolo para jovencitas, su carrera se caracteriza, sin embargo, por su preferencia por los papeles arriesgados y poco comerciales.

Hijo de un técnico y de una camarera, pasó sus primeros años en Vancouver (Canadá), en donde, llevado por su afición a la música, se integró en el mundillo del rock y dio sus primeros pasos como guitarrista en conjuntos musicales de segunda fila. Esa vocación contribuyó a ponerle en contacto con el cine: su aspecto no pasó desapercibido a los cazadores de rostros cinematográficos.

Ciertamente, Depp tiene una pose entre infantil y adolescente que le da un aspecto ingenuo; pero, por otro lado, exhala un aire de frialdad que contrapesa aquella inocencia y le proporciona cierta ambigüedad. Dotado de una gran facilidad para la mimetización, puede encarnar papeles muy diversos; su juventud pronto le hizo conectar con un importante grupo de espectadores que se identificaban con el comportamiento de muchos de sus personajes en la pantalla.

Inició su carrera cinematográfica interpretando papeles secundarios en películas de los años ochenta. Apareció en Pesadilla en Elm Street (1984), de Wes Craven, un auténtico éxito del nuevo cine de terror que caló hondamente en la juventud y que supuso el inicio de una larga secuela. Dos años más tarde consiguió un papel en Platoon, de Oliver Stone, y empezó a hacerse popular. Se le ofreció entonces un personaje en la serie de televisión Nuevos policías (1987) como medio de llegar a un público más amplio, y el éxito que la serie obtuvo le llevó de nuevo al cine, donde empezaría ya a protagonizar películas de renombre.

Fue el protagonista de Eduardo Manostijeras (1990), de Tim Burton, arropado por Vincent Price y Winona Ryder, y luego participó en El sueño de Arizona (1992), aventura estadounidense de Emir Kusturica que no obtuvo resultados comerciales muy positivos. Al año siguiente intervino en ¿A quien teme Gilbert Grape? (1993), de Lase Hallstrom, una película con excelente acogida en algunos sectores, aunque no obtuvo un éxito generalizado. Su papel protagonista en Ed Wood (1994), nuevamente de la mano de Tim Burton, supuso el definitivo espaldarazo a su carrera. El filme, en blanco y negro, pasa revista a la vida de Ed Wood, considerado el peor director de cine de la historia de Hollywood. Depp actuó mano a mano junto a un excelente Martin Landau en el papel de Bela Lugosi.

En 1995 intervino en tres nuevas películas. En Don Juan de Marco, de Jeremy Leven, compartió reparto con Marlon Brando, pero el filme resultó decepcionante. Las otras dos fueron Dead man, del minoritario Jim Jarmusch, que tampoco rebasó la esfera del cine de culto, y A la hora señalada, de John Badham. En 1998 participó en un polémico y crudo trabajo de Terry Gilliam titulado Miedo y asco en Las Vegas, basado en el best seller de Hunter S. Tompson. Durante el año siguiente se estrenarían tres nuevas películas que contaron con el actor: La mujer del astronauta, de Rand Ravich, con Charlize Theron; La novena puerta, adaptación de la novela de Arturo Pérez-Reverte El club Dumas; y Sleepy Hollow, una nueva fantasía de Tim Burton centrada en un misterioso asesino corta cabezas.

Ya en el 2000, Depp protagonizó la edulcorada Chocolat, junto a Juliette Binoche, y colaboró en el fallido intento de Gilliam de llevar Don Quijote de la Mancha a la gran pantalla (intento que sería el motivo del documental de Keith Fulton y Louis Pepe Lost in La Mancha, 2002). Del mismo año 2000 es Antes que anochezca, una mirada a la vida del escritor cubano Reinaldo Arenas. Su popularidad subió aún varios enteros gracias a su participación en la exitosa Piratas del Caribe y sus secuelas (2003, 2006 y 2007), en que da vida al Capitán Jack Sparrow.

Destacaron también sus interpretaciones en el descabellado filme de Robert Rodriguez El mexicano (2003), protagonizado por Antonio Banderas, y en Descubriendo Nunca Jamás (2004). En 2005 volvió a colaborar con su director fetiche, Tim Burton: protagonizó Charlie y la fábrica de chocolate, basada en el relato homónimo de Roald Dahl, y puso voz al protagonista de la excéntrica pero magnífica película animada La novia cadáver.


Frank Langella (Bayonne, Nueva Jersey; 1 de enero de 1938) es un actor estadounidense de larga carrera. Se le recuerda por su papel de Drácula en teatro y cine (1977-78) y porque encarnó al presidente Richard Nixon en dos ocasiones, en teatro y en una exitosa película (2008), por la que fue candidato a un premio Óscar. Ha sido nominado cuatro veces al premio Tony, ganándolo en tres ediciones.
Después de estudiar arte dramático en la Universidad de Siracusa, se unió a la Compañía de Repertorio del Lincoln Center. Su debut con este grupo fue en 1968, en una obra junto a Anne Bancroft donde encarnaba a un joven Shakespeare. Posteriormente rodaría una película con el esposo de Bancroft, Mel Brooks. Invirtió mucho de la siguiente década en los escenarios, con piezas como The Old Glory, Good Day y The White Devil.

Uno de sus primeros papeles en el cine fue gracias al director francés René Clement en La mansión bajo los árboles (1971), donde trabajó junto a Faye Dunaway.


Su debut en los escenarios de Broadway fue con Seascape, de Edward Albee, autor ganador del Pulitzer, y no pudo ser mejor: Langella logró un Premio Tony, y en 1978 sería nominado a otro Tony por su papel en un montaje teatral de Drácula. Repitió este personaje en cine al año siguiente, en una versión dirigida por John Badham que le hizo famoso. Ganaría su segundo Premio Tony en 2002, por la obra teatral Fortune's Fool.

El éxito de la película Drácula (1979), con Laurence Olivier como coprotagonista, abrió a Langella las puertas del cine de Hollywood, si bien recibió mayormente papeles de personaje «malo» o problemático en películas comerciales, como el de Skeletor en una adaptación de los Amos del Universo (1988). Alternó el cine con el teatro y la televisión, y así participó en tres episodios de Star Trek y encarnó a Sherlock Holmes, primero en una película para el canal HBO y luego en un montaje teatral.

Tras algunos trabajos menores como su papel en Y Dios creó a la mujer (1988) de Roger Vadim, con Rebecca De Mornay (nueva versión del éxito de Brigitte Bardot), participó en 1492: La conquista del paraíso, superproducción histórica sobre el descubrimiento de América dirigida por Ridley Scott. Rodó la comedia Eddie (1996) con Whoopi Goldberg, con quien inició un noviazgo, y tuvo un papel en el fallido «thriller» erótico Body of Evidence, que protagonizó Madonna. Mejores críticas tuvieron trabajos posteriores suyos como Lolita (nueva adaptación, en 1997, de la novela de Nabokov dirigida por Adrian Lyne) y La novena puerta, de Roman Polanski.

Convertido en un «secundario de lujo», participó en Superman Returns, de Bryan Singer (encarnaba al editor del Daily Planet), y en Buenas noches, y buena suerte, de George Clooney. Su consagración como actor de prestigio se produjo cuando encarnó al presidente Richard Nixon en Frost/Nixon, primero en su versión teatral en Londres y Nueva York, y posteriormente en su adaptación al cine (2008); por su trabajo en esta última fue nominado al premio Óscar.

Entre sus últimas películas se cuenta The Box, protagonizada por Cameron Diaz, y Unknown (o Sin identidad), dirigida por el español Jaume Collet-Serra. Participó además en la serie The Americans, encarnando al personaje Gabriel, supervisor del KGB de Elizabeth Jennings y Philip Jennings.




Lena Maria Jonna Olin (Estocolmo, 22 de marzo de 1955) es una actriz sueca de teatro, cine y televisión nominada a los Emmy como mejor actriz. Ha sido nominada para varios premios de actuación, incluyendo un Globo de Oro en 1988 por La insoportable levedad del ser y un Premio de la Academia por Enemigos, una historia de amor en 1989. Otras conocidas películas en las que ha aparecido Olin incluyen Chocolat (dirigida por su marido Lasse Hallström), La reina de los condenados, Casanova y El lector. Olin era también un miembro del reparto principal de la segunda temporada (y una estrella invitada recurrente en las temporadas posteriores) de la exitosa serie de televisión Alias.

Biografía.

Lena Olin es la menor de tres hermanos. Su padre, Stig Olin, fue cantante, compositor y también actor. Intervino en varias películas del aclamado director Ingmar Bergman. También su madre Britta Holmberg es actriz, y su hermano Mats Olin es un conocido cantante sueco. Realizó sus estudios de actuación en la Academia Nacional Sueca de Arte Dramático. Lena fue coronada Miss Escandinavia 1975 en Helsinki, Finlandia, en octubre de 1974. Olin trabajó como profesora sustituta y como enfermera antes de convertirse en actriz.

Después de realizar estudios de interpretación en la escuela del Teatro Real en Estocolmo, Olin comenzó a actuar en obras teatrales clásicas de Shakespeare e Ibsen, y apareció también en papeles menores de algunas películas suecas dirigidas por Ingmar Bergman. Fue precisamente este director quien la seleccionó para su primer papel en el teatro después de no haber superado la prueba oficial de admisión a consecuencia de su timidez. Más adelante tuvo la ocasión de actuar en el Teatro Real bajo la dirección de Bergman, donde podemos destacar la obra King Lear, en el que Olin interpretó a Cordelia. Por esta obra viajó por el mundo - París, Berlín, Nueva York, Copenhague, Moscú y Oslo, entre otros. En las representaciones teatrales aclamadas por la crítica por Olin en el Teatro Real Dramático de Suecia incluyeron el papel como Margarita en la adaptación de The Master and Margarita por Mikhail Bulgakov, Ann en Summer por Edward Bond, Titania en El sueño de una noche de verano de Shakespeare, The Alchemist de Ben Jonson, el papel principal en la interpretación de Ingmar Bergman de La señorita Julia de Strindberg y Charlotte en el drama contemporáneo Nattvarden (The Last Supper), de Lars Norén.

En 1980 fue una de las primeras ganadoras del premio Ingmar Bergman, que se inició en 1978 por el propio director, quien también fue uno de los dos jueces.

En 1984 Olin debutó en una película internacional sueca, After the Rehearsal, nuevamente bajo la dirección de Bergman. El año anterior había aparecido en la película sueca, también de Bergman, Fanny y Alexander, que tuvo una amplia difusión internacional.

Actuó en su primera película estadounidense en 1988, compartiendo reparto con Daniel Day-Lewis. Un año más tarde fue nominada al Óscar como mejor actriz de reparto y ganó el Premio del Círculo de Críticos Cinematográficos de Nueva York por su interpretación de una mujer superviviente de un campo de concentración nazi en Enemigos: Una historia de amor. Así arrancó su etapa de máximo éxito en Hollywood, con películas como Habana de Sydney Pollack (con Robert Redford) y Mr. North, un viejo proyecto de John Huston finalmente hecho realidad por sus hijos Anjelica y Danny. 

En 1994 protagonizó Romeo Is Bleeding e interpretó, lo que es quizás su personaje más extremo hasta la fecha, a la exitosa y escandalosa mujer Mona Demarkov - siendo uno de los retratos más populares de la actriz en la película. Luego participó en La novena puerta, un thriller satánico de Roman Polanski protagonizado por Johnny Depp.




Olin y el director Lasse Hallström colaboraron en la película Chocolat (2000), que recibió cinco nominaciones al Premio de la Academia, y en Casanova (2005).

A partir de 2002 y hasta 2003, Olin apareció junto a Jennifer Garner en su primer papel de televisión en la segunda temporada de la serie estadounidense Alias, desempeñando uno de los roles más cruciales de la serie con el papel de Irina Derevko, por el cual estuvo nominada a los Premios Emmy por Mejor Actriz de Reparto en 2003. Olin recibió la aclamación de la crítica por su papel en la serie - en particular por su química con Victor Garber, que interpretaba a su antiguo marido y "enemigo" Jack Bristow. Se rumoreó que se le ofreció un sueldo superior a 100 000 dólares por episodio para continuar en la serie, pero abandonó para pasar más tiempo con su familia en Nueva York.

En mayo de 2005, por aclamación popular, Olin volvió al papel de Irina Derevko en Alias para aparecer en los dos últimos episodios de la cuarta temporada. Posteriormente apareció otra vez en la quinta temporada, en diciembre de 2005, en abril de 2006, y en el final de Alias el 22 de mayo de 2006.

Olin tenía un papel pequeño pero significativo en la nominada al Óscar de 2008, la película The Reader, interpretando un judío sobreviviente de Auschwitz.

En 2005 regresó a Suecia durante un breve periodo de rodaje y protagonizó un papel secundario en la película del director danés Simon Staho de Orangutang Bang Bang (con una banda sonora de música punk, entre otros, The Clash e Iggy Pop).

En 2006 rodó una película de misterio dirigida por James Oakley llamada The Devil You Know, y un thriller llamado Awake junto a Hayden Christensen y Jessica Alba.

En 2010 Lena interpretó a Diane Hirsch en el filme de drama-romántico Remember Me. La película está protagonizada por Robert Pattinson y cuenta con la actuación de Emilie de Ravin, Pierce Brosnan, Chris Cooper y Ruby Jerins. El filme fue estrenado el 12 de marzo de 2010.


Emmanuelle Seigner


 (París, 22 de junio de 1966) es una actriz, exmodelo y cantante francesa. Es conocida por sus papeles en Le Scaphandre et le Papillon (2007), The Ninth Gate (1999) y Frantic (1988). Ha sido nominada a los Premios César a la mejor actriz por La Vénus à la fourrure (2013) y a dos Premios César a la mejor actriz de reparto por Place Vendôme (1998) y La vida en rosa (2007). Está casada con el director franco-polaco Roman Polanski, con el que ha participado en 6 películas: Frantic, Bitter Moon, The Ninth Gate, La Vénus à la fourrure, Basada en hechos reales y El oficial y el espía.

Mary Barbara Jefford


(Devon, 26 de julio de 1930-12 de septiembre de 2020)​ fue una actriz británica reconocida especialmente por su participación con las compañías teatrales Royal Shakespeare, The Old Vic y The National Theatre y por su papel como Molly Bloom en la película de 1967 Ulysses

Libro

El club Dumas (también La sombra de Richelieu) es una novela de aventuras e intriga escrita por el autor español Arturo Pérez-Reverte en 1993. Está ambientada en la época en la cual fue escrito el libro, la acción se desarrolla principalmente en Madrid, París, Portugal y Toledo. En ella se hace referencia a títulos de la obra de Dumas como Los tres mosqueteros, El conde de Montecristo, La reina Margot o Veinte años después. Otros libros mencionados son La divina comedia y Scaramouche.

Trama.

Lucas Corso es un comerciante de libros de mediana edad con reputación de hacer cualquier cosa, independientemente de la legalidad, por su clientela privilegiada. Mientras está en Madrid intentando autenticar un borrador parcial previamente desconocido de Los tres mosqueteros, Varo Borja, un coleccionista notoriamente excéntrico y rico , lo convoca a Toledo .

Borja ha obtenido un ejemplar de un libro legendario, De las Nueve Puertas del Reino de las Sombras , cuyo autor fue quemado en la hoguera por la Inquisición. El libro supuestamente contiene instrucciones para convocar al diablo . Se supone que solo sobrevivió una copia del libro, pero Borja afirma que existen tres, dos de las cuales son falsificaciones elaboradas. Contrata a Corso para comparar las tres copias y obtener la legítima por cualquier medio. Promete pagar generosamente y cubrir todos los gastos.

Corso está de acuerdo, pero continúa investigando el borrador parcial de Dumas . La viuda del dueño anterior del borrador, Liana Taillefer, insiste en que el borrador es falso, pero se ofrece a comprárselo a Corso. Después de varios encuentros, intenta seducir a Corso para obtener el borrador; cuando él sucumbe a sus encantos pero se niega a entregar el manuscrito, ella se convierte en su enemiga. Se imagina a sí misma como Milady de Winter y usa a un asociado masculino (a quien Corso apoda " Rochefort ") para seguir a Corso e intentar recuperar el manuscrito por la fuerza.

Corso consulta con los hermanos Ceniza, expertos en restauración de libros con amplios conocimientos sobre falsificación. Le dan conocimientos básicos para ayudarlo a comparar las copias de Las nueve puertas .

De camino a Lisboa para visitar al dueño de uno de los ejemplares, se encuentra con una bella rubia de llamativos ojos verdes. Se identifica a sí misma como " Irene Adler ", y sugiere que es un ángel caído. Se separan antes de que se reúna con Victor Fargas. Fargas es un renombrado coleccionista que ha estado vendiendo su extensa biblioteca para mantener su mansión ancestral. Corso compara la copia de Las nueve puertas de Fargas con la de Borja, y encuentra sutiles diferencias en las láminas ilustrativas. La mayoría llevan las iniciales del notorio autor del libro, pero algunas de las placas llevan las iniciales "LF".

Cuando Corso regresa a su hotel, "Irene" protege a Corso contra un ataque de "Rochefort". Corso la deja para organizar un robo en la mansión de Fargas para obtener su copia del libro. "Irene" le informa que Fargas ha sido asesinado y su copia ha sido quemada. Ella y Corso se van a París .

Corso consulta con Replinger, un anticuario y erudito de Dumas, quien autentica el manuscrito de Dumas. Mientras hablan, Corso espía a Liana. Regresa a su hotel y soborna al conserje para ubicar su hotel. "Irene" lo visita y hablan de teología; ella implica que ella es testigo de los eventos de la Guerra en el Cielo .

Corso visita a la baronesa Ungern, cuya institución benéfica posee la mayor colección de ocultismo de Europa, incluido el tercer ejemplar de Las nueve puertas. Discuten sobre el autor del libro, antes de que Corso la chantajee con evidencia fotográfica de sus simpatías nazis para que le permita examinar su copia. "Irene" llama para advertir a Corso que "Rochefort" está esperando afuera. La baronesa traduce los pies de ilustración mientras Corso compara la copia de Ungern con la de Borja.

Más tarde, Corso se da cuenta de que, si bien ninguno de los tres conjuntos coincide, las placas que llevan las iniciales "LF" forman un conjunto completo de nueve sin duplicaciones, y se da cuenta de que las nueve ilustraciones forman una lista de instrucciones para el famoso ritual de invocación. "Rochefort" ataca de nuevo, y nuevamente es repelido por "Irene".

Usando la información del conserje, Corso se enfrenta a Liana y su socio, pero "Rochefort" lo deja inconsciente. Cuando revive, la copia de Borja y el manuscrito de Dumas ya no están. Se entera de que la baronesa ha muerto en un incendio en su biblioteca.

Usando la obsesión de Liana con Milady de Winter, la rastrea hasta Meung, donde es capturado por "Rochefort". "Rochefort" recibe instrucciones de un hombre que se hace llamar " Richelieu " para llevar a Corso a un castillo cercano. "Richelieu" le presenta el Club Dumas, una sociedad literaria de ricos entusiastas de Dumas, que se reúnen para su banquete anual. Corso se sorprende al descubrir que solo quieren ver el manuscrito de Dumas y no saben nada sobre Las Nueve Puertas. Está invitado a quedarse para la fiesta, pero decide irse.

Corso regresa a España para enfrentarse a Borja. "Irene" insiste en que ella es un ángel caído que ha vagado por la tierra durante milenios buscándolo. Corso no lo cuestiona y se siente aún más atraído por ella. Acusa a Borja de ser el responsable de ambos asesinatos. Borja, con la intención de utilizar el ritual descrito por las verdaderas nueve placas del libro para convocar al Diablo .y obtener el conocimiento definitivo, ha destruido toda su biblioteca para evitar que otros sigan su ejemplo. Corso exige el pago, pero Borja lo ignora y comienza el ritual. 

Corso se va disgustado; cuando se va, escucha los gritos de angustia de Borja cuando el ritual sale mal, recuerda el discurso de los hermanos Ceniza sobre libros falsos y se da cuenta de que una de las placas es una falsificación. Se une a "Irene" afuera y supone que cada uno de ellos obtendrá el diablo que se merece.

Personajes 

Lucas Corso  : “Yo soy el hombre que corre”, 45 años, este cazador de libros sin escrúpulos, amante de la ginebra holandesa, viaja por Europa para encontrar ediciones raras solicitadas por los libreros. Es también un gran conocedor de la literatura popular y amante de la epopeya napoleónica, en la que su tío tatarabuelo participó como granadero y luego cónsul en España, hasta tal punto que consigue confundir el mundo real con El mundo literario de ficción.

Flavio La Ponte: librero “pobre”, hace trabajar a Corso, de quien es amigo. Ambos son fanáticos acérrimos de Moby Dick, tanto que fundaron una hermandad (la Hermandad de los Arponeros de Nantucket ) una noche de copas en su bar favorito "Makarova's". El editor Enrique Taillefer le encargó el manuscrito de Vin d'Anjou para su peritaje.

Boris Balkan: narrador y protagonista de la historia solo interviene en tres capítulos, para describir sus encuentros con Corso. Es traductor, crítico literario y especialista en literatura popular del siglo  XIX ( " mi dominio es la telenovela" ), sobre la que es inagotable. Su última intervención dará el sentido de la trama. Es la “sombra de Richelieu  ”.

Varo Borja: librero ultraespecializado ( "cincuenta libros en catálogo" ) y "millonario" , vive en la opulencia de Toledo . Es un apasionado de la demonología , de la que posee una rica colección de obras antiguas. Le pide a Corso que verifique que su copia de las Nueve Puertas es auténtica (sólo una de las tres existentes es auténtica según una interpretación del impresor Torchia y él está convencido de que la suya es falsa). Su nombre evoca a la familia Borja/ Borgia , que como él tuvo vínculos con el ocultismo y que inspiró a Alexandre Dumas para escribir dos de sus obras.

Victor Fargas: propietario depuesto de una de las bibliotecas más prestigiosas de Europa. Bibliómano, vive en la indigencia en una (granja) abandonada cerca de Sintra . Se ve obligado a vivir para vender algunas de sus obras. posee una de las tres copias de The Nine Gates . Tras la visita de Corso, es asesinado.

Los hermanos Pedro y Paolo Ceniza: restauradores de libros antiguos en el Madrid antiguo , asesores técnicos de Corso. tienen el conocimiento para hacer que las obras antiguas sean idénticas y también se sospecha que son falsificadores muy hábiles. Tenían en sus manos la copia de las Nueve Puertas, antes de que fuera adquirida por Vargas. Arturo Pérez-Reverte rinde homenaje a los hermanos Raso de la Papelería y Encuadernación, E. RASO, Flora 6, Alcalá 19 y 21, Madrid, a la que asistió en los años 70 3 .

Baronesa Frida Ungern: esta parisina de origen ruso-alemán posee la mayor colección de libros de ocultismo de Europa. Es sobrina nieta por matrimonio del "barón loco" Roman von Ungern-Sternberg y posee la tercera copia de las Nueve puertas que tradujo y cuya "eficacia" duda. 
El personaje parece inspirado en Helena Blavatsky (el libro de ficción Naked Isis es un guiño a Isis Unveiled de Blavatsky ). Por su parte, Fargas morirá asesinada tras la visita de Corso, quien le hizo saber que conocía su pasado nazi.

Liana Taillefer: Viuda de Enrique Taillefer, el editor que es descubierto ahorcado en el prólogo de la novela. Este típico personaje femenino del universo de Pérez-Reverte se fusiona con Milady de Winter para Corso: ella duerme y luego pelea con él. Ella también tiene el mismo tatuaje de flor de lis que el enemigo de D'Artagnan. Su papel en la trama será explicado por Balkan en su presentación del “club Dumas”.

Rochefort: este misterioso personaje ha estado persiguiendo a Corso desde su visita inicial a Boris Balkan. El cazador de libros lo apoda en base a su parecido con el personaje de los Tres Mosqueteros . Era más que una intuición tras las explicaciones dadas por Balkan para su 'club Dumas'.

Irene Adler: este enigmático personaje acompaña a Corso en todo su viaje, ella también será su amante. Aparece como estudiante con su bolsa de libros durante una conferencia dada por Balkan en un café. Tiene unos veinte años, tiene "mirada de chico" y "ojos verdes casi transparentes". 
No sólo lleva el nombre del aventurero de Sherlock Holmes , sino que su pasaporte lleva la dirección 223B Baker Street . 
Es un nexo de unión entre los dos mundos de la novela popular y el esoterismo. Gran lectora, lee Los tres mosqueteros, pero también literatura fantástica: Melmoth el Errabundo  y especialmente El diablo enamorado deJacques Cazotte , de quien parece ser la reencarnación del personaje "diabólico" de Biondetta. Es experta en combate sin armas, dice que aprendió el truco al perder contra un ángel.

Lucas Corso, el bibliofilo del Club Dumas de Arturo Pérez Reverte.

Párrafo tomado del libro

Los libros, la lectura y los lectores – de Julio Alonso Arévalo en Alfagrama ediciones

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Un bibliófilo es aquella persona que ama los libros, tanto como objeto físico como por ser el objeto portador de un mensaje, que le gusta adquirirlos, leerlos y que generalmente posee una colección importante. La bibliofilia no debe confundirse como a veces se hace con la bibliomanía, un síntoma potencial de un trastorno obsesivo-compulsivo que implica una posesión desaforada y enfermiza por la posesión de libros, y al que el mero hecho de poseer el objeto físico es superior al valor que le concede al libro en sí mismo.

Así, nos aparece la figura del bibliófilo en el “Club Dumas” de Arturo Pérez Reverte. La historia de un cazador de libros que recibe el encargo de autentificar un manuscrito de “Los tres mosqueteros”, y a la búsqueda de un extraño manuscrito quemado en 1667. Ello llevará al protagonista a una arriesgada y desesperada misión para encontrar el objeto de deseo. Solamente una frase del libro define claramente que es la bibliofilia “… se ingresa en bibliofilia como en religión: para toda la vida”.

«Era uno de esos lectores compulsivos que devoran papel impreso desde la más tierna infancia; en el caso -poco probable- de que en algún momento la infancia de Corso mereciera calificarse de tierna… Conocí a Lucas Corso cuando vino a verme con el vino de Anjou bajo el brazo. Corso era un mercenario de la bibliofilia; un cazador de libros por cuenta ajena. Eso incluye los dedos sucios y el verbo fácil, buenos reflejos, paciencia y mucha suerte. También una memoria prodigiosa, capaz de recordar en qué rincón polvoriento de una tienda de viejo duerme ese ejemplar por el que pagan una fortuna. Su clientela era selecta y reducida: una veintena de libreros de Milán, París, Londres, Barcelona o Lausana, de los que sólo venden por catálogo, invierten sobre seguro y nunca manejan más de medio centenar de títulos a la vez; aristócratas del incunable para quienes pergamino en lugar de vitela, o tres centímetros más en el margen de página, suponen miles de dólares. Chacales de Gutenberg, pirañas de las ferias de anticuario, sanguijuelas de almoneda, son capaces de vender a su madre por una edición príncipe; pero reciben a los clientes en salones con sofá de cuero, vistas al Duomo o al lago Constanza, y nunca se manchan las manos, ni la conciencia. Para eso están los tipos como Corso… Y mientras le cobraba afición al negocio, descubrí algo: hay libros para vender y libros para guardar. En cuanto a estos últimos, se ingresa en bibliofilia como en religión: para toda la vida.»


Arturo Pérez Reverte. “El club Dumas o La sombra de Richelieu”. Madrid: Alfaguara, 1990

Critica

Summoning Silliness / Roman Polanski saluda y parodia los thrillers satánicos

Bob Graham, escritor sénior de Chronicle

10 de marzo de 2000

VISOR DE ALERTASLA NOVENA PUERTA: Thriller. Protagonizada por Johnny Deep . Dirigida por Roman Polanski

Dean Corso , el sin escrúpulos especialista en libros raros interpretado por Johnny Depp en "La novena puerta": ¿Crees en lo sobrenatural?

"Creo en mi porcentaje", responde Corso.

Alguien podría haberle hecho la misma pregunta al director Roman Polanski. Se le ocurrió el 75 por ciento de una muy buena película, pero tiene un tiempo de mierda con el final sobrenatural.

Depp es la mejor razón para ver el thriller satánico de Polanski. Corso es un personaje bastante turbio contratado para rastrear un volumen oculto. Con anteojos y perilla, Depp parece un erudito rebelde y se comporta como un detective de cine negro cuando descubre que el volumen puede invocar al diablo.

Polanski no puede evitar que el final convoque lo ridículo, pero esa puede haber sido su intención en esta película oscuramente divertida.

Seguramente ya nadie subestima a Depp como actor, especialmente los admiradores de su trío de películas de Tim Burton ("Edward Scissorhands", "Ed Wood" y "Sleepy Hollow"). En "La novena puerta", Depp genera calor que se refleja en los actores con los que actúa.

Lena Olin es una femme fatale que se levanta la falda para mostrarle que no tiene automatismos en sus medias y en el proceso le muestra lo que es realmente peligroso. Emmanuelle Seigner (la esposa de Polanski) es una figura que aparece de la nada en una motocicleta cuando es necesario y comienza a parecerse mucho a un ángel guardián.

Frank Langella , quien demostró su disponibilidad para exagerar como Quilty en "Lolita" de Adrian Lyne , obviamente todavía está dispuesto a hacerlo. Como editor de Nueva York, se pone en marcha contratando a Corso para encontrar una obra maestra suprimida para completar su colección de libros escritos con "un colaborador tan ilustre": Satanás. El último propietario del volumen se suicidó.

El astuto sentido de las convenciones del cine negro de Polanski se burla del género y al mismo tiempo lo honra. Depp convierte a Corso en un antihéroe pícaro, que fuma, bebe, engaña a los crédulos y juega al margen de lo legal.

Cuando se relaciona con Seigner, la película adquiere la sensación de una aventura internacional que los lleva a Portugal, España y París. Su búsqueda del volumen adornado con pentáculos lo lleva a un espíritu afín, la baronesa Kessler ( Barbara Jefford ) en silla de ruedas, quien dice: "En mi profesión, hablar bien de mí puede ser profesionalmente desastroso".

El nombre del volumen que conduce al diablo es "Las Nueve Puertas del Reino de las Sombras", y los espectadores atentos pueden querer llevar la cuenta del número de puertas por las que pasa Corso. ..

 

RESEÑA DE LA PELÍCULA

La novena puerta

'Ninth Gate' es una danza lánguida con el diablo

Por KENNETH TURAN, CRÍTICO DE CINE DEL TIEMPO

viernes 10 de marzo de 2000

     Mejor que Harrison Ford, John Travolta o incluso Leonardo DiCaprio, involucrar al diablo en tu imagen es una forma segura de lograrlo. No necesariamente como productor o patrocinador financiero (aunque eso probablemente no estaría de más), sino simplemente como sujeto. Desde "Las chicas del coro y el diablo" de 1899 (poco más que el título sobrevive, desafortunadamente) hasta la actual "La novena puerta", Satanás siempre ha sido el hombre a quien acudir en el negocio del cine.

     Adaptada (bastante libremente, aparentemente) de "El club Dumas", un thriller literario del novelista español Arturo Pérez-Reverte, "La novena puerta" es al menos el segundo encuentro con el malvado para Roman Polanski. A la directora del clásico "Rosemary's Baby" todavía le gusta lo extravagante y lo bizarro, pero eso'

     Aunque "La novena puerta" está bien elaborada con un aire gentil y malhumorado, se entiende mejor como una especie de anti-thriller. Al carecer de energía o impulso notables, su disgusto casi visceral por el impulso dramático es desconcertante, especialmente en una película sobre las artes negras. Tiene una sensibilidad europea pasada de moda, la mayor parte está ambientada en ese continente, todo un estilo educado y muy poco que involucre pasión.

     Es difícil saber si la estrella Johnny Depp fue un factor que contribuyó a este letargo o simplemente lo encontró de su agrado. Con anteojos y una pequeña perilla, con el cabello canoso en las sienes, Depp desaparece silenciosamente dentro del personaje fumador empedernido de Dean Corso, un protagonista tan abotonado que siempre es difícil de leer.

     Lo cual es irónico en cierto modo, porque Corso interpreta a un detective de libros, un especialista en encontrar y adquirir volúmenes muy antiguos y raros para coleccionistas dispuestos a pagar extravagantes por ellos. Una comadreja elegante y sin alma que encuentra una reputación de falta de escrúpulos como un activo profesional, Corso se enorgullece de decir que solo cree en "mi porcentaje". Eso está bien con el cliente Boris Balkan (Frank Langella), quien cree que "nadie es más confiable que un hombre cuya lealtad se puede comprar con dinero en efectivo".

     Balkan es un coleccionista fabulosamente rico con un giro. "Todas mis ediciones raras tienen el mismo protagonista", le dice a Corso con una sonrisa adecuadamente gélida. "El diablo." El orgullo de su colección, recién comprado a su rival recientemente fallecido Andrew Telfer, es un artículo del siglo XVII llamado "Las Nueve Puertas del Reino de las Sombras".

     *

     Publicado en 1666, "Las nueve puertas" no es un volumen de antigüedades ordinario. Su autor, Aristide Torchia, se tomó la molestia de adaptarlo de un libro supuestamente escrito por el mismo diablo (¿quién diría que tenía tiempo?) y fue quemado en la hoguera por sus esfuerzos. Solo se sabe que existen tres copias, dice Balkan, y cree que solo una de ellas es genuina. La autenticidad es importante porque se dice que el libro real tiene el poder de convocar al mismo diablo del aterrador mundo inferior.

     Los devotos de este libro están comprensiblemente rabiosos por tenerlo en sus manos, así que cuando Corso acepta el encargo de Balkan de ir a Europa y examinar las otras dos copias, es un hecho que: a) fuerzas siniestras se desatarán en su camino y b) porque es una película después de todo, las mujeres hermosas serán un factor en la ecuación.

     La primera en revelarse es Liana Telfer (Lena Olin), la seductora y fría viuda del propietario anterior, Andrew Telfer. Luego está un personaje conocido solo como la Niña, una enigmática rubia que viste parka, jeans, zapatillas deportivas y calcetines desparejados. Interpretada por Emmanuelle Seigner (la esposa de Polanski), la Chica sabe muchísimo sobre el libro y aparece y desaparece casi a voluntad. Averigualo tú, porque Corso no tiene prisa.

     Aquellos que estén de humor para algo lánguido y atmosférico no se enfadarán con "La Novena Puerta". Trabajando con el director de fotografía del lado oscuro Darius Khondji ("Seven", "The City of Lost Children") y el veterano compositor Wojciech Kilar, Polanski se ha concentrado en lo moderado y lo espeluznante. Y ha agregado algunos toques de actuación extraños, como tener al veterano gerente de producción José López Rodero interpretando tanto a Pablo como a Pedro Ceniza, dos comerciantes de libros gemelos idénticos.

     Debido a que sus diversas bibliotecas fueron creadas por el experto diseñador de producción Dean Tavoularis y su equipo, los coleccionistas de libros estarán encantados con el tributo visual de la película a los volúmenes antiguos y hermosos, su hábito de bañarlos con el tipo de luz cálida y favorecedora que normalmente se reserva para actrices como Virgen.

     Finalmente, sin embargo, "La Novena Puerta" es demasiado relajada y despreocupada por el ritmo de su historia para ser satisfactoria. Polanski y sus coguionistas Enrique Urbiz y John Brownjohn parecen sumamente indiferentes a llevar las cosas a cualquier tipo de conclusión dramática, y aunque un thriller que no es de gran potencia es un concepto intrigante, en realidad puede captar nuestra atención por poco tiempo.

 

FILM REVIEW; Off to Hell in a Handbasket, Trusty Book in Hand

The Ninth GateDirected by Roman Polanski 

Mystery, Thriller R 2h 13m

By Elvis Mitchell

March 10, 2000

Para aquellos interesados en ver una versión de "Eyes Wide Shut" con cena y teatro, no busquen más. "Ninth Gate" de Roman Polanski, con su marchita decadencia -la cinematografía de terciopelo de Darius Khondji parece sacada de Fotomat de Rembrandt- y sus cansadas puñaladas en la comedia, está llamando tu nombre.

Frank Langella, que lleva un postizo que seguramente proviene de las profundidades del infierno de Estigia, es Boris Balkan, un coleccionista rico y, por lo tanto, malvado de antigüedades inspiradas en el diablo que contrata a Dean Corso (Johnny Depp), un comerciante de libros sin escrúpulos, para localizar un volumen llamado ''Las Nueve Puertas''.

Se nota que Corso es una especie de librero rebelde: fuma mientras lee tomos antiguos y no usa guantes para mantener la piel grasosa de las delicadas páginas. Balkan contrata a Corso para encontrar el volumen que desbloqueará las Nueve Puertas. El libro es tan pernicioso que lleva a un anciano a colgarse de una soga que no parece capaz de sostener un par de calcetines.

Equipado con elegantes rayas blancas a los lados de la cabeza, Corso inicia una búsqueda que lo llevará por varios continentes y al menos 90 minutos porque hay tres versiones del libro en cuestión. Debe determinar qué 'Gates' es auténtico y mantenerse un paso por delante de Liana (Lena Olin), que luce una llamativa figura vestida de negro; ella nació para ser viuda. Fue su esposo quien se suicidó, enloquecido por una combinación intoxicante de su figura fatal y teniendo un tomo tan horrible en su poder.

Con la ayuda de los detalles aerodinámicos de su cabello, Corso va de un propietario de "Gates" a otro para ver sus copias. Es perseguido por una sílfide (Emmanuelle Seigner) con la mirada perdida y el puchero aburrido de un chico de 14 años que navega ociosamente por los canales con la esperanza de encontrar a Carson Daly de MTV. Ella corre por toda Europa después de Corso.

¿Está del lado de Corso? ¿Conseguirá Balkan los poderes de Satanás en sus garras mediante el dominio de "Las Nueve Puertas"? ¿Y qué hay de Satanás? Dado que los ricos en estos espectáculos de búsqueda del diablo siempre están buscando al diablo, pero a menudo terminan mal, ¿significa esto que es socialista? ¿O tal vez, dado que el dinero atrae al dinero, es un partidario de la oferta? Son preguntas a las que tarde o temprano habrá que responder en un número de Cahiers du Cinema. O el estándar de la industria.

En la adaptación del éxito de ventas europeo "El Club Dumas", el Sr. Polanski pretende cruzar "Rosemary's Baby" con su descarada parodia "The Fearless Vampire Killers", pero esta película es casi tan aterradora como como una recreación de títeres de calcetín de "El proyecto de la bruja de Blair", y no tan divertida.

No hay protagonista menos interesado en mantenerse cerca del tipo que el Sr. Depp. Su Dean Corso es un cobarde buscavidas que hace que el distante y cobarde Ichabod Crane que interpretó en "Sleepy Hollow" parezca tan contundente como Buffy, la cazavampiros; no muestra ningún interés en infundir coraje a personajes doctos. Los reflejos del Sr. Polanski se han ido, por lo que todo lo que puede hacer es mirar la cámara pasar con gracia de un escenario a otro.

''The Ninth Gate'' tiene clasificación R (menores de 17 años requieren que los acompañen un padre o un tutor adulto). Incluye una escena de hacer el amor más apropiada para ver televisión por cable a altas horas de la noche, violencia, sadismo y lenguaje adulto.

THE NINTH GATE

Produced and directed by Roman Polanski; written by Enrique Urbizu, Mr. Polanski and John Brownjohn, based on the novel ''El Club Dumas'' by Arturo Perez-Reverte; director of photography, Darius Khondji; edited by Herve de Luze; music by Wojciech Kilar; production designer, Dean Tavoularis; released by Artisan Entertainment. Running time: 133 minutes. This film is rated R.

WITH: Johnny Depp (Dean Corso), Frank Langella (Boris Balkan), Lena Olin (Liana Telfer), Emmanuelle Seigner (the Girl), Barbara Jefford (Baroness Kessler) and Jack Taylor (Victor Fargas).

 

Continuación





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