1.-Bellezas

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Uniformes escolares.

miércoles, 2 de diciembre de 2020

xxi.- Película y el libro : La última puerta; The Ninth Gate.(2)

                         
                              
                                      
Película.

The Ninth Gate (en España, La novena puerta; en Hispanoamérica, La última puerta) es una película de 1999 basada en la novela de Arturo Pérez-Reverte El club Dumas. Fue realizada en coproducción por compañías de España, Francia y los Estados Unidos y fue dirigida por Roman Polański. Contó con Johnny Depp, Frank Langella, Lena Olin, Emmanuelle Seigner, Barbara Jefford y Jack Taylor como actores principales.

 

LA NOVENA PUERTA.


El club Dumas o la alargada sombra de Lucas Corso.

21 Jun 2018/
ALEXIS GROHMANN  / Arturo Pérez-Revert.


Se cumple un cuarto de siglo desde la publicación de El club Dumas o La sombra de Richelieu, de Arturo Pérez-Reverte (ese era el título completo de la novela cuando apareció; luego el subtítulo desapareció misteriosamente). 
Un cuarto de siglo desde que Lucas Corso, un “mercenario de la bibliofilia; un cazador de libros por cuenta ajena”, nos informa la novela, entró sonriendo como “conejo al cabo de la calle” en el despacho de Boris Balkan con un capítulo manuscrito de Los tres mosqueteros en su bolsa de lona y salió del de Varo Borja con el Libro de las Nueve Puertas sabiendo “que había tirado el dado; que avanzaba la primera casilla en un peligroso juego de la oca” que “le apetecía jugar”. Y de la mano de Corso, los lectores descubrimos que a nosotros también nos apetecía jugar los juegos que este, por aquel entonces, nuevo e innovador tipo de novela europea nos planteaba.
"El club Dumas es probablemente la más lúdica, la más comprometidamente lúdica, la más generosa, noble, literaria y jubilosamente lúdica de todas las novelas de Arturo Pérez-Reverte y, me atrevería a afirmar, una de las más gozosamente lúdicas de toda la historia de la literatura española"
Y descubrimos además que estos juegos nos conducen a una recuperación de la infancia en el más noble sentido del término que esbozaba Fernando Savater en los años 70. Para jugar estos juegos y para emprender el camino hasta el final, uno —el protagonista, el lector, el exegeta— ha de jugar según las reglas, porque, como nos previene la primera de las nueve láminas de Las Nueve Puertas en una orientación o instrucción que enmarca El club Dumas en su conjunto —se resalta hacia el principio y se repite hacia el final—, “Nemo pervenit qui non legitime certaverit” o “Nadie que no haya combatido según las reglas lo consigue”.

El club Dumas es probablemente la más lúdica, la más comprometidamente lúdica, la más generosa, noble, literaria y jubilosamente lúdica de todas las novelas de Arturo Pérez-Reverte y, me atrevería a afirmar, una de las más gozosamente lúdicas de toda la historia de la literatura española. Esto es así en gran medida porque el propio autor se plantea la escritura como un juego y una diversión, y así es asimismo como Lucas Corso encara su propia actuación desde el principio, sus pesquisas sobre el libro: como jugador de un juego.

La novela representa, además, nada menos que la “vía europea al éxito de ventas o best seller” en la descripción de su autor, a la estela de El nombre de la rosa de Umberto Eco, con fidelidad a las raíces y a la memoria europeas, diferenciándose del más bien unidimensional best seller anglosajón de aquel entonces.
"La serie de juegos a escala de la novela, o de juegos dentro de otros juegos en forma de muñecas rusas, nos recuerdan los fundamentos no sólo de la patria literaria revertiana sino de esa novela con vocación y memoria europea"
Es una historia que en lo esencial no es sino una variación del arquetipo que en francés se conoce como quête y en inglés como quest —el de un héroe llamado a partir en busca de una meta, un fin, un tesoro—, pero con dimensión detectivesca o de crimen y misterio, y provista de elementos góticos, no infrecuentes en novelas policíacas como The Hound of the Baskervilles, apropiadamente citada en El club Dumas. Ejemplos del tipo de relato de la quête serían la Odisea, la Eneida, Moby Dick o La colina de Watership, por citar obras a las que se refiere la propia novela revertiana, proporcionándose así metanarrativamente la clave del arquetipo con el que se juega en la novela.

De hecho, forman parte de una miríada de alusiones, referencias y guiños a otras obras literarias (a veces apócrifas) que componen toda la serie de juegos a escala de la novela o de juegos dentro de otros juegos en forma de muñecas rusas, y nos recuerdan los fundamentos no sólo de la patria literaria revertiana sino de esa novela con vocación y memoria europea, empezando por la ambientación en tres ciudades míticas, como nos señaló en su momento José Perona: Toledo la trilingüe y judía, la Sintra templaria y París.
"El club Dumas no es sino un juego a gran escala que se dispara en múltiples direcciones"
El club Dumas no es sino un juego a gran escala que se dispara en múltiples direcciones, un juego intertextual para lectores cómplices que les permite reconocerse como habitantes de una patria común, miembros de una cofradía secreta, como los miembros del club Dumas formado por Boris Balkan, el narrador casi omnisciente de la novela que, inspirado en un narrador-asesino de Agatha Christie, tiende varias trampas.
Y mediante Balkan se lleva a cabo también la reivindicación explícita y fervorosa de Dumas y de la novela folletín y la novela popular en general. Porque El club Dumas es en gran medida también una novela que constituye una rehabilitación o restitución a la estimación pública de la novela popular en muchos pasajes ensayísticos, a cuya defensa se sale por medio de comentarios y crítica literarios. 
Así, Dumas se izará como estandarte del tipo de literatura de éxito comercial y éxito de ventas que se defiende, en oposición a cierta literatura ensimismada predominante en el último cuarto del siglo XX, ya que el escritor francés “construyó un mundo novelesco que aún se sostiene hoy”, como añade Balkan, mientras que hoy día, “en estos tiempos de mediocridad y falta de imaginación […] demasiada gente se empeña en publicar doscientas páginas sobre las apasionantes vivencias que experimenta mirándose al espejo” y, añade, nadie admira los prodigios como hacía antes el público de los folletines y el teatro, cuando silbaba a los traidores y aclamaba a los caballeros sin miedo y sin tacha […]». 
Aplausos que, por desgracia, ya no suenan en ninguna parte, convertidos en patrimonio exclusivo de los inocentes y los niños.
Por eso concluye Balkan con esa frase célebre que también ha esgrimido su autor:
 “Si de Ulises se trata, me quedo con el de Homero”.
"Alentada por un espíritu libre, culto, lúdico, aventurero y dialogante con la tradición, El club Dumas nos invita a bajar a la brumosa tierra natal de nuestra alma"
En esta formulación se cristaliza diáfanamente la posición abanderada por la novela (y su autor): Homero versus Joyce, la novela de historias de aventuras por excelencia que contribuyó a sentar las bases de los arquetipos que encapsularán la condición humana a lo largo de los siglos versus una obra que ironiza sobre esa grandeza antigua y parece buscar la épica en un más bien mísero entorno moderno a través del ensimismamiento y la experimentación formal. Simplificando, se trata de un esquema que en cierta medida opone la acción a la contemplación, y la dispositio a la elocutio.
Alentada por un espíritu libre, culto, lúdico, aventurero y dialogante con la tradición, El club Dumas nos invita a bajar a la brumosa tierra natal de nuestra alma de la que nos hablaba Savater en La recuperación de la infancia. Y como el clásico contemporáneo de nuestras letras en que se ha convertido la novela, volvemos una y otra vez con previo fervor y una misteriosa lealtad, que es como, según Borges, se acercan los lectores a los libros clásicos, para redescubrir con cada nueva lectura la frescura, espontaneidad y naturalidad de una gran obra literaria.



Dean Corso (Depp) está en un negocio en que requiere confianza, gran bagaje cultural, nervios de acero y algunos escrúpulos: es un investigador de libros para adinerados coleccionistas que buscan lo más selecto del mercado. Su reputación es tan alta que llega a ser contratado por Boris Balkan (Langella), una eminencia en el coleccionismo de libros, que tiene una especial pasión por los demonios. La misión de Corso es cazar dos copias de un legendario manual de invocaciones satánicas, "Las nueve puertas del reino de las sombras", ya que Balkan desea confirmar su autenticidad. Pasando por Nueva York, Toledo, París y Cintra, Corso se sumerge en un laberino lleno de trampas y tentaciones, entre los que irá develando los misterios del libro maldito.
A Dean Corso (Johnny Depp), “cazador de libros a sueldo” y mitad amigo, mitad socio del librero Bernie (James Russo) le piden que tase la colección de un bibliófilo que está impedido en su silla de ruedas, Corso aprovecha para llevarse a bajo precio una codiciada edición del Quijote. Al poco, Corso acepta otro encargo que le hace un conocido coleccionista de libros sobre el diablo, llamado Boris Balkan (Frank Langella): indagar sobre la autenticidad de un ejemplar –de los tres que aún se conservan–del misterioso De Umbrarum Regni Novel Portis (El Libro de las Nueve Puertas del Reino de las Sombras), una especie de manual para invocar al diablo y por causa del cual el impresor Aristide Torchia fue quemado en Venecia en 1667 por la Inquisición, junto a todos sus libros. Uno de los ejemplares está en posesión de Balkan, pero este sospecha que de los tres que señalan los catálogos que se salvaron de la hoguera, sólo uno es auténtico y quiere saber cuál de ellos.
Corso, escéptico, acepta el encargo y tiene que volar a Sintra, en Portugal, y París en Francia, para ponerse en contacto con los propietarios, Victor Fargas (Jack Taylor) y la baronesa Kessler (Barbara Jefford) y encontrar el ejemplar genuino. Antes de viajar a Europa, la viuda Liana Telfer (Lena Olin) quiere recuperar el libro que Boris Balkan dice le compró a su marido poco antes de que se suicidara, para lo que no duda en mantener relaciones sexuales con Corso, pero este no acepta su oferta. Cuando Corso vuelve a la librería de Bernie, bajo cuya custodia ha dejado el libro, se encuentra con su amigo asesinado en la misma posición de uno de los grabados del libro. 
Corso viaja a Toledo, España, para entrevistarse con los hermanos Ceniza (José López Rodero), conocidos impresores y encuadernadores, para aprender más acerca de Las Nueve Puertas. Durante su viaje en Europa, Corso es perseguido por Liana y su guardaespaldas, que pertenecen a la secta de la Orden de las serpientes de plata, siendo protegido por una misteriosa chica con poderes sobrenaturales. Mientras tanto, los propietarios de los otros dos ejemplares de Las Nueve Puertas van siendo asesinados. Corso se obsesiona con el libro y el misterio que encierra.
El guión, en el que colaboró Enrique Urbizu, se basa en el libro de Arturo Pérez-Reverte "EL Club Dumas", la novela que según su autor, le dio el espaldarazo como escritor y le hizo ver por primera vez con certeza, que podía vivir de lo que escribiera.
Cuando Pérez-Reverte contempló el éxito de la novela de Umberto Eco "El nombre de la Rosa" en España (también en otros países, por supuesto), se dio cuenta de que existía un amplio nicho de lectores que se interesaban por un tipo de novelas que a él le apetecía escribir y para las que estaba convencido que no existía mercado en nuestro país y fue cuando decidió embarcarse en la aventura del Club Dumas. Si con su novela alcanzó un éxito innegable y se vio publicado en más de cincuenta países, la adaptación cinematográfica no corrió la misma suerte que la novela de Eco.
Y es que Polanski construye una historia que arranca de maravilla, captando la atención del espectador y manteniéndola durante la primera parte del film, para ir decayendo poco a poco, hasta llegar a un final en descenso libre. Si a esto le unimos la duración del film, nos encontramos ante una película que promete al inicio y que decepciona durante buena parte del desarrollo posterior.
Quizá esa decepción es lo que le hace a uno menos condescendiente con todos los errores que restan credibilidad al relato y que hemos ido contemplando a lo largo del film, como ese libro de pastas inmaculadas y de níveas hojas, ¡por favor!, podían haberse esforzado un poco para que pareciera antiguo. O cuando vemos a Corso regresar tranquilamente al hotel donde se aloja en París, mientras la casa de la baronesa se quema, con ella dentro tras haber sido asesinada. La secretaria de la baronesa conoce a Corso y ha tropezado (literalmente) con él en las escaleras y el tipo regresa al hotel como si tal cosa. De estas incongruencias hay alguna más, que conste.
El film resulta entretenido, sin más, fracasando en la deriva que va tomando de ser una película de intriga a un relato de acción.

 

EL MANUSCRITO ENCONTRADO EN TOLEDO.
(A propósito de La novena puerta)
Por Sabín 

Un ejemplo de cómo simplificar un libro para lograr adaptarlo al cine... eliminando todo lo superfluo, incluido el propio título del libro: 

"El Club Dumas".1ª parte: buscando la llave.

La penúltima película de Polanski puede servir de prototipo de cómo el cine europeo intenta hoy en día enfrentarse a la maquinaria norteamericana con aspiraciones no sólo de calidad sino también de comercialidad.
Por un lado, tenemos una novela de Arturo Pérez Reverte, “El Club Dumas”, con dos tramas paralelas que se cruzan continuamente: la búsqueda del manuscrito “El vino de Anjou” (un capítulo perdido de la obra de Dumas “Los tres mosqueteros”), frente a una conspiración diabólica de unos adoradores del diablo que esperan su llegada a la Tierra gracias al poder que les otorga un maléfico incunable (“Las nueve puertas del reino de las sombras”).
Por otro, un cineasta prestigioso, exiliado de los Estados Unidos, con una larga trayectoria en temas escabrosos (tanto en su vida laboral como en la personal), que en su periplo europeo necesita un éxito comercial con el que resarcirse de la pobre acogida dispensada a Lunas de hiel y La muerte y la doncella.
En tercer lugar, una asociación múltiple de capital europeo para sacar adelante una gran superproducción. En el origen se encuentra la aportación española, con la novela (Reverte), el guión (Enrique Urbizu) y la producción (Iñaki Núñez – Araba Films).
Pero todo proyecto europeo que pretenda cruzar el charco necesita además el gancho comercial del casting, o sea, una estrella de Hollywood, aunque sea de segunda división en la taquilla (Johnny Depp), y para darle más brillo a la cosa conviene presentarla acompañada de algunos nombres de prestigio (Lena Olin, Frank Langella).
Et voilà, ya tenemos el proyecto en marcha.
En su largo camino hacia la luz, Corso ("el hombre que corre") tendrá que lidiar con la mismísima "viuda negra".

2ª parte: abriendo puertas.

En su viaje de la letra impresa al celuloide, “El Club Dumas” ha sufrido modificaciones sustanciales que hablan a las claras del interés de Polanski por el proyecto.
Para empezar, desaparece todo lo relacionado con “Los tres mosqueteros” y el capítulo desaparecido, incluso cambiando el título del famoso club (que no existe en la película) para adaptarlo a la trama principal: La novena puerta.
Los créditos ya anuncian las ocho puertas oscuras a las que nos vamos a enfrentar, apareciendo tras cruzar la novena la luz... aunque o sea precisamente una luz celestial
Polanski ironiza con todo lo que puede. No en vano la clave está en unos personajes que se llaman Ceniza (unos falsificadores de tomo y lomo) y para interpretarlos recurre a un único actor (José López Rodero) especializado en... carpintería escénica. Esta ironía la traslada a los creyentes en los poderes ocultos, que son asustados con un simple “buuhh”. Y, en general, se mofa de los que creen en adoraciones y similares... aunque con todo ello no nos quiere decir que el Diablo no existe. Existe, pero tiene un aspecto mucho más angelical.

Respeta, eso sí, todas las ilustraciones incluidas en el libro (bueno, casi: la octava la modifica, aparece un soldado que va a decapitar a otro hombre, en vez de a una doncella). También respeta la trama de la búsqueda del libro. Aunque, taquilla obliga, americaniza todos los nombres y limita la aparición de Toledo a una callejuela estrecha.
Por necesidades de tiempo simplifica algunos hallazgos de la novela de Reverte. Todo se reduce a que hay tres láminas en tres libros con tres cambios (el nueve es la clave), cuando en el libro es más complejo. Y, por si no quedaba claro, las láminas que cambian, que aparecen en el libro firmadas por “LF”, aquí las adapta a un “LCF” (o sea, Lucifer) que no ofrece ninguna duda.
Eso sí, Polanski cambia el punto de vista y éste es un cambio fundamental. Nosotros seguimos siempre a nuestro detective de libros (Dean Corso, Johnny Depp), mientras que la novela está escrita por el coleccionista de libros Boris Balkan (que fallece en el filme), quien transcribe los recuerdos de una antigua aventura de Lucas Corso.
Polanski toma una idea que en libro aparece mediada su lectura, cuando se explica que una de las láminas es una falsificación, con lo que queda claro que la invocación final al diablo nunca puede funcionar. Pero esta ironía funciona mejor si es un descubrimiento final, por lo que Polanski guarda este dato para presentarlo en el epílogo y lo hace con la ironía propia de la situación: mientras desmontan la carpintería de la tienda de antigüedades aparece la lámina original que se había perdido, y nuestros expertos timadores habían sustituido por una reproducción excelente... pero falsa.

Y, por último, Polanski piensa en imágenes. Esto es algo que vemos en el mismo prólogo del filme, donde en cinco minutos, sin mediar palabra, nos da todas las claves del relato: una biblioteca. Alguien escribe. Panorámica hacia un reposapiés en el suelo. Otra panorámica para descubrir una soga. El escritor cierra la carta. Se sube al reposapiés y se suicida. Nueva panorámica: recorre el suelo, pasa por lo pies, la mesa, la carta, la estantería llena de libros... entramos a través de ellos en la oscuridad. Recorremos ocho puertas mientras vemos los créditos. Detrás del último (Polanski, naturalmente), aparece la novena puerta, se abre y... ¡¡se hace la luz!!
Johnny Depp es "el hombre que corre"... aunque poco puede hacer para escapar de él cuando el Diablo presente un aspecto tan apetecible como el de Emmanuelle Seigner.

3ª parte: El diablo, probablemente.

Desde el primer momento sabemos que vamos a cruzar ocho puertas que encierran la oscuridad. Al atravesar la novena veremos la luz. Nos ha quedado muy claramente expuesto en los créditos. Polanski se limita a mostrar en el resto del metraje esos nueve encuentros. Nueve encuentros con el diablo, aunque para nosotros tenga una forma insospechada: el adorable rostro y la envidiable figura de Emmanuelle Seigner que, curiosamente, es la esposa del director.


Primera puerta:

Corso entra en una conferencia sobre el diablo en la literatura medieval. Se sienta al final y, poco antes de dormirse, oye las palabras de Balkan, el conferenciante, definiendo lo que es una bruja. La imagen nos muestra a Emmanuelle Seigner sentada delante. La voz en off insiste en que “las brujas hacían pactos con el diablo”.

Segunda puerta:

Corso está investigando la autenticidad del libro “Las nueve puertas del reino de las sombras”. Mientras busca en una biblioteca aparta una serie de libros y detrás aparece otra vez ella: como en los títulos de crédito, detrás de los libros está la oscuridad y, al final de un largo camino, la luz.

Tercera puerta:

Su amigo bibliotecario ha muerto, por lo que Corso decide partir a Europa. Tras un encuentro con los hermanos Ceniza, descubre que la clave está en Portugal. Viaja en tren y, esa noche, alguien le acompaña. Un encuentro (¿casual?) en el pasillo del vagón: ella, ojos verdes, y “corso” (el hombre que corre, según la trascripción de su apellido italianizado). Pero para ella él no es más que “el hombre tranquilo”. Parece una descripción perfecta de cómo lanzar las redes para atrapar a un incauto... por más que salga corriendo.

Polanski no ha hecho su mejor película, pero con su ironía y sus sabias decisiones a la hora de cortar, ha transformado "El Club Dumas" en una película mucho más atractiva que su propio material de partida, la novela de Reverte.

Cuarta puerta:

Al salir de la finca de Vargas, el coleccionista de libros portugués, nuestro “hombre que corre” está a punto de ser atropellado por un matón de tres al cuarto. Una figura familiar le salva. Lleva casco y va en moto, pero esa larga melena delata claramente que es su ángel particular quien le ha permitido seguir con vida. Aunque uno no debe fiarse demasiado de los ángeles, quizá no son más que el reverso de... bueno, el reverso. Punto. Su reencuentro en el hotel sirve para confirmar una cosa que todos sospechábamos. Ella afirma, impasible, que “adora los libros”.

Quinta puerta:

A la mañana siguiente, nuestra musa lleva a Corso a ver a Fargas, el coleccionista de libros que ahora yace ahogado en una fuente, mientras su bonita colección es pasto de las llamas. Lógico, se enfrentan a un poder al que le gusta residir en un ambiente calentito calentito.

Sexta puerta:

Corso, ya en compañía de nuestra amiga sin nombre, viaja en avión a París. Allí el matón de tres al cuarto está a punto de matarlo nuevamente, pero aparece nuestra amiga –literalmente- volando para acabar con el pobre incrédulo. En la habitación del hotel, nuestro ángel salvador (ejem) le marca la cara con sangre: acaba de firmar un pacto... aunque al no hacerle la señal de la cruz con agua bendita, sino con sangre, ¿será un pacto con el diablo?

Séptima puerta:

En su periplo parisino tropiezan nuevamente con la viuda de Teffer, el escritor que inicialmente se había suicidado. Un auténtica viuda negra, como ya hemos podido comprobar. Les siguen. Llegan hasta el castillo de St. Martín, donde una reunión de brujas de postín espera la aparición del diablo. Pero quien llega es Balkan, mofándose de todos ellos (en el fondo, ejemplifica la propia postura del espectador, que no cree ni por un momento que esos fantoches sean capaces de conseguir la venida del diablo a la Tierra). Una pelea que acaba, por enésima vez en la película, con las gafas de Corso rotas. Alguien se está empeñando continuamente en que deje de mirar con los ojos y se guíe más del instinto, por lo que no ve. Allí estará su particular ángel protector para evitar que se meta en la pelea: deja que se maten los otros entre sí, para Corso nuestro angelito tiene preparado algo más especial.

Octava puerta:

Tras asesinar a la viuda negra, Balkan huye a su particular santuario, un castillo semiabandonado donde realizará todos los pasos para invocar al diablo. Corso asiste al espectáculo sin intervenir (porque literalmente se haya casi hundido en la miseria). Por una vez, nuestro angelito protector deja hacer. No es cuestión de entrometerse, porque el mismísimo Balkan se rocía con gasolina y, en un alarde de prepotencia, se prende fuego. Corso ayuda a mitigar su sufrimiento de un certero balazo. 
Fin de los fantoches y los adoradores de tres al cuarto. Corso deja de correr, sigue llevando el disfraz de adorador del diablo que se había puesto para la fiesta, es hora de quitárselo... también deja de mirar con sus gafas de miope... es hora de guiarse por otros instintos.

Novena puerta:

Mientras arde el castillo-santuario (y con él se queman todas las fantasías de tanto adorador de pacotilla), Corso hace el amor con su bello ángel protector. A la luz de las llamas el rostro de Emmanuelle Seigner parece cambiar por momentos y transformarse en algo mucho más siniestro. La aceptación de la realidad es total. Corso no sólo acepta la presencia del diablo, sino que pone en práctica una forma muy particular de comulgar con él. Corso ha aprendido la lección, incluso encontrará la lámina falsificada cuando vuelva a ver el taller desmantelado de los hermanos Ceniza... pero todo esto no es más que una explicación irónica y sin importancia. 
Lo verdaderamente trascendente es que nuestro investigador ha aprendido, ahora lo ve más claro: no es extraño que, en el plano final, se dirija hacia el castillo de donde procede la luz y atraviese esa novena puerta, tras la que la pantalla se inunda de luz. 
Los títulos de crédito finales, lógicamente, sólo se pueden proyectar con unas imágenes de fondo: el fuego del mismísimo infierno.

 

Citas.

Boris Balkan



Boris Balkan: No hay nada más confiable que un hombre cuya lealtad se puede comprar con dinero en efectivo.

Boris Balkan: [recitando el significado secreto de las ilustraciones] Viajar en silencio / por una ruta larga y tortuosa, / Hacer frente a las flechas de la desgracia / y no temer ni a la soga ni al fuego, / Jugar al mayor de todos los juegos / y ganar , renunciar a ningún gasto / es burlarse de las vicisitudes del Destino / y obtener por fin la llave / que abrirá la Novena Puerta.

Boris Balkan: Miren a su alrededor, todos ustedes, ¿qué ven? Un montón de bufones, disfrazados. ¿Crees que el príncipe de las tinieblas realmente se dignaría manifestarse ante gente como tú? Nunca lo ha hecho y nunca lo hará. ¡Nunca!

Boris Balkan: ¡He aquí, sumerjo mis manos en el fuego! ¡No siento calor!

Dean Corso: ¡Eso es genial! Danos otro.

Boris Balkan: No te gusto, ¿verdad?

Dean Corso: No tienes que agradarme, eres un cliente y pagas bien.

Boris Balkan: Nuestras relaciones siempre han sido estrictamente comerciales y así es como me gusta. Lo profesional y lo personal deben excluirse mutuamente.

Dean Corso: Escuche, vine aquí para hacer negocios, no disparar la brisa. Si desea exponer sus filosofías personales, escriba otro libro.

Dean Corso: [señalando los grabados] ¡Mataste por esos! Valen más que el dinero.

Boris Balkan: Infinitamente más. Pero resulta que son míos ... no tuyos.

Boris Balkan: [realizando la ceremonia] ¡Ahora puedes mirar! Estoy entrando en territorio inexplorado. Tomando el camino que conduce a la igualdad, con Dios. No puedes venir conmigo ... Debo viajar solo, pero puedes mirar y maravillarte.

Dean Corso: Es muy amable de su parte.

Boris Balkan: De hecho lo es. Ha habido hombres que han sido quemados vivos o destripados por solo un vistazo de lo que estás a punto de presenciar.

Dean Corso: [apunta a Liana con el arma] Apártate.

Boris Balkan: Le atribuí más delicadeza.

Dean Corso: Me escuchaste. ¡Un paso atrás!

Boris Balkan: Deja eso. No es tu estilo.

[al dominarlo y empujarlo por un agujero en el suelo]

Boris Balkan: Parece que por fin encontraste tu nicho adecuado ... eso me gusta.

[últimas líneas]

Boris Balkan: ¡Es un milagro que no sienta nada! Nada en absoluto.

[ha encontrado a Balkan en un castillo con las lecturas y ahora se enfrenta a él]

Boris Balkan: [nervioso] Corso.

Dean Corso: ¿Qué esperabas? ¿Una aparición?

Boris Balkan: No lo quieren aquí, Sr. Corso. ¡Dejar!

Dean Corso: Soy la única aparición que verás esta noche.

Boris Balkan: [tratando tranquilamente de deshacerse de Dean para poder tener este momento para él solo] Encontrarás un cheque en mi oficina de Nueva York. Pago completo.

Boris Balkan: [hablando de los grabados en 'Las Nueve Puertas del Reino de las Sombras'] Forman una especie de acertijo satánico. Interpretados correctamente con la ayuda del texto original y suficiente información privilegiada, tienen fama de evocar al Príncipe de las Tinieblas en persona.

Boris Balkan: [Al teléfono] ¿Qué novedades?

Dean Corso: ¿Noticias? Déjame ver ... Bueno ... Sí. La buena noticia es que pude examinar el libro de la anciana y tres de sus grabados estaban firmados "LCF". La mala noticia es que alguien la estranguló e hizo una hoguera con su colección. Eso es trágico, ¿no crees?

Boris Balkan: Me sacaste las palabras de la boca.

Dean Corso: Sí, es la historia de Fargas nuevamente. Creo que arrancaron los grabados antes de quemar el lugar. Eso hace dos juegos que tienen.

Boris Balkan: ¿Y mi copia?

Dean Corso: Bueno, aprendí mi lección, afortunadamente ... ya no la llevo conmigo. De lo contrario, podría haberse convertido en humo.

Boris Balkan: Excelente. Buen pensamiento. Bueno, con dos copias desaparecidas, eso parece concluir su tarea. Solo te queda devolver mi libro. Me quedo en el Ritz, puede recoger su cheque al mismo tiempo. ¿Digamos media hora?

Dean Corso: Hay más malas noticias. No lo tengo

Boris Balkan: ¿No lo tienes?

Dean Corso: Alguien lo sacó de mi habitación.

Boris Balkan: Escúcheme con mucha atención, Sr. Corso. Creo que es posible que ya tenga una idea de los extremos a los que estoy dispuesto a llegar cuando quiero algo. A menos que recupere mi propiedad en el doble de tiempo, descubrirá lo lejos que puede llegar.

Boris Balkan: Debes volver a verla.

Dean Corso: ¿Estás bromeando? ¿Has visto a su secretaria?

Boris Balkan: Prueba la pausa para el almuerzo.

Boris Balkan: [Rompiendo la masa negra] ¡Mumbo Jumbo! Mumbo Jumbo!

[gritos]

 


Los libros de La novena puerta y su valor: Don Quijote, Ibarra 1780.


Mientras su director se hunde bajo el peso de sus pecados, La novena puerta, la adaptación de Polanski de 1999 de El club Dumas de Arturo Pérez-Reverte , es siempre optimista. Pero no es solo una obra maestra de schlock, es una de las pocas representaciones convencionales de bibliofilia genuina (aunque fantástica). Veremos los libros de la vida real que aparecen en la película, incluida una de las mejores ediciones especiales jamás producidas: El Quijote de 1780 de Ibarra .
Esta copia disponible de Peter Harrington



Aunque la película se centra en el tomo ficticio 'Las nueve puertas del Reino de las Sombras', es otro libro que más interesa a los espectadores. En una de las primeras escenas, el corredor de libros amoral Dean Corso engaña a los codiciosos herederos de un coleccionista para que le vendan una edición especial del Don Quijote de Cervantes por $4200. Se da a entender que esto es todo un golpe.

Esta edición fue realizada por Joaquín Ibarra en 1780 bajo la dirección de la Real Academia de Madrid. Sus objetivos eran dos: producir un texto definitivo (que había divergido desde su primera aparición en 1605 y 1615) y producir una edición de lujo sin igual. Con este fin, emplearon a los mejores artistas y grabadores para proporcionar 32 ilustraciones; los cartógrafos produjeron el primer mapa del viaje de Don Quijote; y se hizo papel de alta calidad para recibir un nuevo tipo de letra encargado especialmente. Es una obra maestra de la impresión y el diseño.



Ajustándose a la inflación, Corso pagó alrededor de $ 6000 o £ 4900. Las copias se pueden adquirir hoy por alrededor de £ 17000. Debía venderlo rápidamente a un coleccionista con solo un pequeño porcentaje para su amigo distribuidor, por lo que habría ganado un mínimo de más de £ 10000 ($ 12500). Sin embargo, no sé cuán fuerte era el mercado entre los coleccionistas en 1999 ni el estado del conjunto, lo que podría marcar una diferencia significativa. 
La encuadernación no parece especialmente extravagante o incluso en muy buenas condiciones, pero si fuera un buen ejemplo contemporáneo y estelar por dentro, entonces Corso bien podría haber hecho dos o tres veces más. Un buen día de trabajo.

Los trabajos de Persiles y Sigismunda & Hypnerotomachia Poliphili.



Justo antes de enganchar el Don Quijote, Corso les dice a los herederos codiciosos que presten especial atención a un Persiles y un Hypnerotomachia Poliphili y se da a entender que valen $ 100000 ($ 150000 hoy). Se da a entender que Corso ha inflado su valor para acabar con sus rivales.



Hypnerotomachia Poliphili es un libro peculiar, una mezcla de amor cortés y alusiones crípticas, publicado por primera vez en 1499 por el legendario impresor veneciano Aldus Manutius. Esta edición fue publicada por sus hijos en 1545 y es idéntica. No aprendemos mucho sobre el Persiles, pero en el libro se dice que es una primera edición y está encuadernado por la carpeta francesa Hardy en marruecos rojos. Son dos libros escasos y deseables. Corso es muy específico, no los deje ir por menos de $100000 (£125000 hoy). 
Tal vez esto sea demasiado para que el intercambio pague... pero no tan exagerado como para hacer que Corso parezca tonto, solo lo suficiente para queer su tono .

Plancy's Dictionnaire Infernal & Compendio de secretos racionales.



Estos dos libros aparecen en la sección de ocultismo de la colección Vargas y en comparación con lo que vimos anteriormente, la elección aquí parece un poco descuidada. Ninguno de los dos libros es especialmente raro o valioso y el Plancy no es una primera edición (en ningún idioma) como afirma Vargas. Además, parecen incongruentes con el tema genuinamente satánico de Las nueve puertas.
 El diccionario de Plancy fue una obra posterior a la Ilustración que catalogó con escepticismo las supersticiones. Aunque Plancy más tarde se volvería hacia la religión y revisaría su libro, esa no es la edición incluida aquí.


El Compendio de Fioravanti cataloga algunas ideas alquímicas oscuras, pero clasificarlas como ocultas y dignas de estar en compañía de un libro ilustrado por el propio lucifer es un poco exagerado.

Año 2020.-Valor del dinero.



Los verdaderos coleccionistas y comerciantes no manejarían libros por valor de $ 1,000,000 dólares,  sin guantes, y seguramente no fumarían ni beberían vino directamente sobre ellos. Además, un libro tan antiguo (por no hablar de los volúmenes del Quijote del siglo XVIII que coge al principio) no resistiría la forma en que Corso lo sigue metiendo en la bolsa o el hecho de que todo el mundo parece andar manipulando. 
Además, ningún comerciante en su sano juicio intentaría fotocopiar un libro de cuatro siglos de antigüedad colocándolo boca abajo en una máquina comercial y presionándolo como se muestra en la película: tales acciones infligirían graves daños a la impresión y encuadernación, afectando drásticamente su valer. 
Independientemente de aquellos personajes que ven el libro como una herramienta más que como un coleccionable de valor incalculable, Corso y los hermanos Ceniza son expertos en la materia, y nunca tratarían de esa manera libros tan raros y de valor incalculable.


La huella prodigiosa de Lucas Corso.
Susana Fortes
05 dic 2008 

Para empezar, un cadáver, naturalmente. Dice Umberto Eco que entrar en una novela es como cruzar a nado a la otra orilla. Antes hay que aprender a respirar. El ritmo es importante. Una gran novela es aquella en la que el autor siempre sabe cuándo sacar la cabeza fuera del agua. No es casualidad que los personajes de El club Dumas pertenezcan a la hermandad de los arponeros de Nantucket, la isla de los grandes cazadores de ballenas. 

Claro que hay cazadores de muchas clases. Éste se llama Lucas Corso y caza libros por cuenta ajena. Lleva una bolsa de lona al hombro, usa zapatos ingleses, sólo bebe ginebra Bols y posee una memoria prodigiosa. Además, tiene una endiablada sonrisa de conejo al cabo de la calle. Uno de esos tipos que caen bien aunque una nunca se acabe de fiar. Por lo pronto, al lector le conviene no sólo estar atento a los hechos, sino que también debe saber moverse por el universo de los libros. Una biblioteca de tres mil volúmenes, un extraño manuscrito quemado en 1667 junto al hombre que lo imprimió, un escenario en el que se cruzan las calles medievales de Toledo con las de la Sintra templaria o las del París eterno y en donde los libros son siempre la llave que abre la puerta del laberinto: Dumas, Conan Doyle, Borges, Eco...

 Todos están ahí, jugando a conciencia y con argucias de perro viejo, el final de la partida. También las mujeres juegan sus cartas literarias: una es rubia y malvada, como Milady de Winter, y lleva una flor de lis tatuada en la ingle. La otra tiene más que ver con Sherlock Holmes, es muy joven, lleva el pelo corto, sangra por la nariz y pelea como un arcángel. No debe de ser fácil vérselas con una mujer así en la cama. "Verdes las iban a segar", piensa Corso en franco retroceso en una de las batallas más divertidas y tiernas que pueden librarse entre una chica lista y un hombre al fin y al cabo, para que ambos puedan, una vez más, hablar de amor.

Al lector le conviene no sólo estar atento a los hechos, sino que también debe saber moverse por el universo de los libros.
"El libro que no te lleva a otro es estéril, fallido"
Hay una edad en la que se ama el misterio, la conspiración solitaria, los mensajes cifrados, los juegos lógicos, el enigma cuya solución está en el fondo de uno mismo, el cine negro, los cigarrillos rubios y los libros antiguos. Son años en los que la lectura lo es todo porque forma parte esencial de los sueños. Después vienen la vida y sus rebajas. Pero hay algunos libros -pocos-, como El club Dumas, que tienen el poder de recuperar al cabo de los años ese tiempo limpio en el que el juego nunca estaba decidido de antemano. 
Novelas que tienen que ver con la aventura en el sentido más puro de la palabra y con la soledad que es compañera del valor, y con el deseo como secreto estremecimiento de la inteligencia. Y con la vida. O una cierta manera de vivirla. -

El Club Dumas; Arturo Pérez-Reverte.

Lucas Corso es el protagonista de esta historia, era un hombre alto, serio y que siempre llevaba unas gafas de sol en su rostro, era una persona muy inteligente, era un mercenario de la bibliografía, se dedicaba a cazar libros, siempre llevaba los dedos sucios, mucha paciencia y suerte, tenia un memoria prodigiosa, sus clientela era muy reducida y selecta.
 Corso fue a visitar a Boris Balkan una persona muy importante ya que escribía criticas y suplementos y revista de media Europa, Corso visitó ha este personaje porque era un entendido de la materia de Alejandro Dumas, un escritor importantísimo en su época que escribió los tres mosqueteros y algunos libros mas, Dumas fue considerado un genio en la materia y así lo fue.
La visita de Corso se produjo porque el trajo en su bolsa de lona, el vino de Anjou, era un capítulo de los tres mosqueteros, el manuscrito con folios azules y amarillos, Corso fue a preguntar a BAlkan si este manuscrito era verdadero o falso, estuvieron conversando sin obtener respuesta.
Corso se fue a un bar de Madrid donde le esperaba su amigo La Ponte, un hombre regordete, con barba rizada, era un librero poco catalogado, el manuscrito no era de Corso sino de La Ponte que se le había dejado para descubrir si era verdadero o falso, pidieron cerveza, la camarera era robusta, muy machota, estuvieron charlando hasta altas horas de la madrugada.
 Corso observó que en la tragaperras había una señora jugando un poco gordita y junto a el había un hombre alto, delgado con unos ojos oscuros y una enorme cicatriz en la cara que le recorría todo el rostro de arriba a bajo, que les había estado mirando y escuchando durante toda la conversación, a Corso no le inspiraba confianza. Durante la conversación La Ponte recordó a Varo Borja un importante librero el más importante del país, comentando que tenia en su poder un libro sobre como invocar al demonio era las Nueve Puertas, le pregunto a Corso si sabia sobre el libro, él empezó a explicarle que solo había tres ejemplares en el mundo uno en Sintra, otro en Paris en Urgen y el otro estaba en una subasta de una biblioteca de Terral-Coy, y quien consiguió ese ejemplar fue Varo Borja pagando una fortuna por el, Corso no solo le dijo esto sino mucho más, que era del siglo XVII y que lo escribió A.Torchia que poco después de escribirlo lo llevaron a la hoguera porque la iglesia lo había catalogado como libro prohibido.

Al día siguiente Corso se fue a visitar a Liana Taifeller, que estaba viuda porque semanas antes su marido apareció ahorcado en el salón con el cordón del batín por causa que se desconocían, Corso fue porque el manuscrito que poseía de el Vino de Anjou era de su marido que días antes se lo había vendido a La Ponte. Liana Taifeller era una mujer alta rubia, con los ojos azules y vestida con un traje negro por el luto a su difunto marido que le llegaba hasta las rodillas. 
Liana le llevo al despacho de su marido era un biblioteca enorme con libros rarísimos que su marido había ido comprando el resto de los años pagando una fortuna por ellos. Empezaron a hablar del manuscrito y ella estaba muy bien enterada de ello, pero la intención de ella era comprárselo a Corso para recuperarlo, Corso se negó, ella no mostró signos de ira y al acabar la conversación le acompaño hasta la puerta. 
La noche era fría y Corso se metió por un callejón para ir hasta su casa, cuando desde lejos volvió a ver al hombre de la cicatriz en la cara apoyado en un coche, era chofer, Corso empezó a caminar y escucho un motor siguió caminando, y al girarse vio como un coche se le abalanzaba tuvo tiempo de quitarse, solo le rozo un mano.
Lucas Corso recibió un llamada de Varo Borja, en la que le dijo que se dirigiera para su casa para hablarle de un asunto importante. Corso fue inmediatamente, al llegar le recibió un hombre que le llevo hasta un sala donde estaba Borja, le empezó a explicar la razón de su llamada, fue porque el quería saber si el libro de las Nueve Puertas era verdadero o falso y si los otros ejemplares también los eran, si estaban escritos por el mismo escritor, la misma época. Varo Borja le dio a Corso un cheque con una gran cantidad de dinero, para poder realizar esta hazaña, se tenia que desplazar hasta Portugal y Paris que era donde se encontraban los otros dos ejemplares. 
Al salir Corso de su visita se fue hasta su casa, en su bolsa de lona llevaba el manuscrito de Vino de Anjou y las Nueve Puertas. Al llegar a su casa empezó a analizar el libro de las Nueve Puertas, tenía nueve dibujos en los que describía diferentes escenas, en la parte superior están numerados los dibujos con el número hebreo, latín y griego y en la parte inferior un frase que tienes que descifrar escrita en latín. Después de haber inspeccionado el libro fue a ver a Balkan días antes de irse ha Portugal, porque no había extraído suficiente información del libro de las Nueve Puertas, y quería que este le explicara más.
 Estuvieron hablando bastante de este libro y de los tres mosqueteros discutiendo de diferentes temas, hablaron también de Alejandro Dumas y de cómo vivía la vida, al acabar la conversación ya era tarde se fue para su casa y el empleado de recepción le dijo que alguien había entrado en su habitación para arreglar el televisor pero Corso sabía que no era ningún técnico ya que le pregunto si tenia una cicatriz en la cara y respondió que si. Al subir a su habitación vio que todo estaba en orden pero que alguien había estado allí porque en el ordenador busco algo, menos mal que el siempre llevaba su bolsa de lona donde estaba el manuscrito y las Nueve Puertas, luego llamo a La Ponte para decirle lo que le había ocurrido.

Lucas Corso fue al taller de los hermanos Ceniza, un taller bastante en mal estado pequeño y antiguo, el cartel que había por fuera estaba ya casi borrado por la humedad, Corso toco dos veces al timbre pero nadie le abrió se puso a esperarles apoyado en la pared, seguro que vendrían después de tomarse un trago de alcohol. Llegaron enseguida, no eran personas muy agradables de vista pero eran buenos restauradores de libros, entraron al taller no era muy grande, Corso les dio el libro de las Nueve Puertas para que lo inspeccionaran y saber si era verdadero, lo miraron de arriba a bajo y no vieron ningún defecto, el libro era verdadero, estaba muy bien elaborado. 
Corso se fue de allí un poco insatisfecho al llegar a su casa tocaron a la puerta era Liana Taifeller vestida con un vestido blanco que le llegaba hasta la cintura un poco más abajo y un buen escote, Corso abrió sorprendido por la visita, su casa no estaba muy bien ordenada ella se sentó en el sofá y solo se dedicaba a observarlo y empezó a subirse la falda Corso acudió a ella como lobo desesperado, le metió la mano por el escote y ella le dijo que le diera el manuscrito de Vino de Anjou, Corso se negó y ella se avalanzo sobre el como un fiero gato a arañarle, Corso forcejeo con ella y le dio un puñetazo en la nuez, ella aturdida se levanto y se fue mientras de dijo que se iba a arrepentir de lo que había echo, que le iban a encarcelar.

Al día siguiente Corso se marchaba para Portugal, para encontrar el segundo libro de las Nueve Puertas, que se encontraba en Sintra. Corso se fue a la estación de tren para cogerlo para que le llevara hacia Lisboa, se fijo en una chica alta muy joven, con el pelo cortado como el de un chico muy guapa y lo que mas le llamo la atención a Corso fueron sus ojos de un color verde intenso. Corso entro en el vagón y a mitad de camino fue al bar de tren para comprarse ginebra, al volver vio a la chica en otro vagón, se paro y entro, le pregunto como se llamaba ella respondió Irene Adler, el no se creyó su nombre pero siguió con la conversación, ella le pregunto el suyo y el respondió también.

Al llegar a Lisboa, Corso perdió de vista a la joven pero no le dio importancia, copio un tren que le llevase de la estación donde estaba hasta Sintra donde se encontraba el otro ejemplar de las Nueve Puertas, se fue al hotel y después de ducharse, le pregunto a la recepcionista por donde se iba a la Quinta da Soledade, le dijo que por la carretera de arriba, el copio un coche de caballo y llego hasta allí al estar en ese lugar, era un edificio antiguo, bajo las escaleras y vio a un hombre era Fargas, establecieron conversación mientras caminaban por el edificio, estaba en ruinas, llegaron a un salón grande que estaba lleno de libros, estaban por el suelo pero muy bien ordenados, Fargas le explico que su familia era un de las mas ricas de Sintra hacia mucho tiempo pero que paso un crisis y tuvieron que vender todos los muebles, ahora solo le quedaban estos libros, que vendía uno de vez en cuando, cuando lo necesitaba para poder hacer frente de los gastos de la casa, pero a Fargas le costaba mucho deshacerse de sus libros ya que los apreciaba demasiado. 
Corso pregunto si tenia el libro de las Nueve Puertas, Fargas le respondió que si, se puso a buscar y lo encontró, era idéntico que el de Varo Borja forrado con cuero negro al abrirlo Corso no vio ninguna diferencia, Corso le pregunto si se lo podía levar, el respondió que si, Fargas le dijo que solo había tres en el mundo uno aquí otro en Paris y otro en Terral-Coy, Corso le corrigió el ultimo estaba en Toledo en manos de Varo Borja le dijo que pago un fortuna por el. Corso se fue con los dos libros, al llegar al hotel se metió en su habitación y empezó a mirar página por página cada uno para ver si había alguna diferencia, las había en el segundo dibujo, en el cuarto, en el quinto, en el séptimo y en el octavo, pero la estructura de los dos era idéntica.
 Poco después de hacer todas sus hipótesis sobre el libro se fue a dar un vuelta por los alrededores del hotel, por el camino se le cruzaron varios coches, uno de ellos se paro Corso miro y le preguntaron si tenia fuego, el se lo dio y cuando miro era el hombre de la cicatriz y el le pregunto quien era, el coche se fue corriendo. Al llegar otra vez al hotel abrió la puerta de la entrada y vio a la chica del vagón sentada leyendo, Corso se acerco y mantuvieron un conversación, Corso esperaba a que llegase Amílcar Pinto un policía, Corso le pidió que se ocupara de un asunto que tenia que arreglar con Fargas ya que tenia un libro que no quería vender y le pidió que le arreglara el asunto rápido, y a ver si averiguaba quien era un individuo alto moreno y con un cicatriz en la cara, Pinto le dijo que haría lo que pudiera, al acabar la conversación Corso se subió a la habitación donde estuvo toda la noche trabajando hasta muy tarde con la cama llena de papeles y las Nueve Puertas, le llamo Varo Borja y Corso le puso al tanto del asunto y le dijo que Fargas no vendía, después no se contaron gran cosa, después Corso se fue a lavarse los dientes y se acostó. 
A la mañana siguiente sonó el teléfono Corso lo cogió era Irene, pero le colgó enseguida y le dijo que se tenían que ver, Corso se fue al cuarto de baño, cuando de repente tocaron a la puerta era Irene, Corso le abrió, Irene le informo de las novedades, le dijo que Fargas había muerto, Corso le dijo que no era posible, se fueron hasta su casa saltando el muro por detrás de la casa fueron a ver la biblioteca improvisada, no encontraron el libro de las Nueve Puertas por ninguna parte, Irene se sentó en las escaleras tranquila, Corso se puso a mirar, fue hacia la chimenea donde vio el libro de las Nueve Puertas, lo reconoció por la portada cogio algunas hojas que habían quedado las demás estaban carbonizadas, Corso se dirigió hasta la chica, ella observo y se dirigió hacia la fuente y vio un cuerpo flotando en el agua, era Fargas Irene le dijo a Corso que corriera, para que cuando venga la policía no estuviesen allí, saltaron la valla y se fueron rumbo a Paris.
Cheque.


Corso se fue hasta Paris para encontrar, el tercer libro de las Nueve Puertas, era el tercer ejemplar. Al llegar a Paris Corso y Irene estuvieron paseando, y buscando la fundación Urgen, que era una fundación sobre magia oscura, negra que había sacado un libro que estaba haciendo furor en ventas. Cuando estaban paseando, Corso vio un coche un citroen C2 en el que en su interior estaban La Ponte y la señorita Liana Taillefer, Corso se quedo impactado, siguió caminando hasta llegar al hotel donde habia quedado con Grüber un antiguo militar exiliado, al que hacia servicio a gente exquisita del centro de Europa, siempre iba vestido con su chaqueta de militar dorada, Corso le encargo que averiguara quien era Irene Adler, y donde se alojaban La Ponte y Liana Taillefer, le dijo quien era Irene Adler, le dijo, pasaporte británico con diecinueve años, y domiciliada en 221 b de Baker Street, en Londres, por lo de más le dijo que le llevaría un par de horas, Irene estaba en una vitrina observando los escaparates. 
Paseando por Paris estuvo recordando a su antigua novia Nikon, paseando por los campos elisios. Corso se fue a la fundación de Urgen mientras Irene se quedo en el bar de enfrente, en la entrada le acogió un hombre, que le condujo hasta la sala donde se encontraba la señora Urgen directora de la fundación y del nuevo libro editado, era una señora mayor, tenia aspecto de señora agradable, pero que en realidad era una bruja, al sonreír se le hacían dos pequeños hollines en las mejillas, parecía encantadora, en cuanto a la habitación esta llena de libros de brujería, estuvieron conversando, hasta que cuando Corso vio que ya la señora tenia suficiente confianza con é, fue el momento que Corso le pregunto si poseía el libro de las Nueve Puertas, ella respondió, un poco más tarde que si, Corso le pregunto si podía examinarlo a solas en una habitación, y la señora se irrito porque el no le dejaba ver como trabajaba, en ese momento Corso recibió una llamada, fue hasta la venta y respondió era Irene que le había llamado para decirle que había un coche parado justo en la esquina era un BMW, en el que estaba el hombre de la cicatriz, Corso le bautizo con el nombre de Rochefort, ya que se parecía al hombre de los tres mosqueteros, con una cicatriz en la cara, Irene le dijo que tuviese cuidado que llevaba el tiempo que el se había metido en la fundación. 
Al colgar, Corso se dirigió a la señora y la amenazo de forma intimidador, ella hizo caso, Corso se paso un buen rato comparando el libro de Varo Borja con el de la señora Urgen, la estructura era la misma que los dos anteriores, pero en los dibujos no, en el primer dibujo solo había tres torres, mientras que en el primero y en el segundo había cuatro, en el segundo dibujo no había alteraciones, en el tercero había una flecha de más en el ángel, en el cuarto no presentaba alteración ninguna, en el quinto la arena estaba boca arriba como en el segundo, en el sexto estaba con el pie izquierdo, en el séptimo el tablero era blanco, en el octavo no había aura, en el noveno no había ninguna diferencia en ninguno de los tres libros, Corso acabo de revisar los libros y no encontró nada más, después se quedo charlando con la señora Urgen de el libro de las Nueve Puertas, y le descifró todas las frases en latín. 
Cuando acabaron la conversación ya era tarde, ya era de noche al salir Corso se fue paseando por la calle donde se dirigía hacia el hotel, pasando por un puente se le abalanzo un hombre enorme encima cayeron escaleras abajo, le dio un brutal puñetazo, y le quito su bolsa de lona que le acompañaba a todos sitios, de fondo apareció la chica corriendo y se tiro encima de el hombre, le metió un brutal patada en el labio que le hizo sangrar, la chica fue corriendo y cogió la lona, poco después fue hacia Corso que estaba aturdido, se levanto y vio a el hombre de la cicatriz era Rochefort, se fue corriendo escaleras arriba. De camino al hotel Corso se dio cuenta, de que la chica estaba sangrando por la nariz. 
En el hotel subieron a la habitación, la chica seguía sangrando, Corso se metió en la habitación con ella y le dio un pañuelo húmedo para curárselo, y con la calurosa noche y la chica desnuda en su habitación Corso no se pudo resistir y pasaron una noche fundidos de amor. 
A la mañana siguiente la chica ya no estaba en la habitación, Corso no se preocupo, este dia había quedado con Güber para decirle donde se encontraban La Ponte y Liana Taillefer, el militar se lo dijo era en un hotel no muy lejos de aquí, en este mismo lugar vio a la chica desayunando y leyendo un libro de los tres mosqueteros. Corso al salir del bar se dirigió hacia el hotel donde estaba La Ponte y Liana, al llegar al hotel pregunto en recepción donde estaba la habitación de este, y se la dijeron. 
Al subir a la habitación, Corso toco la puerta, y al abrirla, le recibió La Ponte, con el pijama puesto y con Liana con un camisón de seda blanco por el que asomaba un seno, Corso la primera reacción que tuvo fue propinarle un puñetazo a La Ponte, que le dejo toda la mejilla inflamada, luego le dijo que se dirigiera hacia el cuarto de baño, La Ponte le hizo caso, en el baño Corso le dijo que, porque estaba con Liana por que razón, La Ponte dijo que solo se la trajo para consumar y nada más, Corso le creyó. 
Al salir de la habitación estaba Liana, conocida como Milady según Corso, estaba acompañada por Rochefort, que le propino un puñetazo en la cara que le dejo tirado en el suelo, La Ponte no hizo nada para detenerle, y Liana y Rochefort se fueron con el manuscrito de dumas el vino de Anjou. Corso le dijo a La Ponte que porque no le había echo nada para detenerlo, y le respondió porque ya había recibido bastante.
 Al salir del hotel La Ponte tuvo que pagar, cosa que a el no le gustaba demasiado, vieron a Irene que estaba leyendo el libro de los tres mosqueteros, La Ponte le pregunto a Corso que quien era esa chica, que si era de fiar, de mientras estaban caminando por la calle, vieron la fundación, y vieron que el edificio y la habitación de la señora Urgen estaba en llamas. Al cabo de un rato dijeron que la señora estaba muerta y que todos los libros se habían quemado también. 
Corso y los otros dos se fueron hacia el hotel, y vieron que estaba la policía buscando a Corso, el recepcionista le dijo que se fuera, Corso se fue a la cabina de teléfono y llamo a recepción, se lo cogió y le dijo que los policías habían preguntado por él pero que no sospechaban. La Ponte tuvo la genial idea de alquilar un coche, al alquilarlo Corso mantuvo un conversación con La Ponte, la pregunto que dia era mañana, le contesto el uno de abril, la chica ya esta dormida, se durmió con el libro entre las piernas, en un capítulo, Corso lo mito y supo y donde se alojaba Milady.
Tuvieron que ir hasta un pequeño pueblo de Francia Meung, la noche era triste, estaba lloviendo a mares mientras Corso y La Ponte el que conducía, llegaron al único albergue que habia en ese pequeño pueblo, en una de las habitaciones estaba la señorita Milady, en la que se estaba preparando para un cita. 
Corso, Irene y La Ponte decidieron entrar, lo hicieron por la ventana, Milady se asusto intento correr para la salida pero Corso la tapo a tiempo, estuvieron hablando de los tres mosqueteros y de que pensaba cada uno cuando de repente se escucho la cerradura abrirse, era Rochefort, Corso se agacho y vio su lona la cogió, Rochefort les dio la enhorabuena por haber legado hasta qui pero que este será el final, saco un revolver y apunto a Corso, La Ponte y Irene estaban en la venta quietos y empapados, sin moverse, Rochefort seguía apuntando a Corso, cuando llamaron a Rochefort, y Corso supo en ese momento que no iba a morir, Rochefort guardo el revolver, y cogió a Corso y le ordeno que le siguiera con el manuscrito, abrieron una puerta y bajaron escaleras abajo hacia un sótano, llegaron a una sala grande, volvieron a subir una escalera de caracol, llegaron a otra puerta, Corso abrazo a Rochefort y lo empujo escaleras abajo, él pudo sujetarse a la pared, bajo las escaleras, hasta donde se encontraba Rochefort, le pego una patada en la boca y se pego con el escalón, Corso comprobó que seguía vivo, cogió el manuscrito y una navaja, se fue hasta la puerta y la abrió, cuando entro llego a una sala donde se encontraba Boris Balkan, Corso no se lo podía creer, él le dijo que se tranquilizara, él empezó a explicarle todo esto, lo llevo a una sala mas grande donde había mucha gente, era gente muy importante, Balkan le empezó a explicar que esto era un fundación en honor a Alejandro Dumas, ya que el hace diez años recibió todos los manuscritos de los tres mosqueteros, y decidió repartirlos entre todas estas personas y crear la fundación, Corso estaba perplejo, Balkan le explico el porque de la búsqueda incisiva de el Vino de Anjou y era porque Enrique Traifeller lo poseía y cuando un miembro deja la fundación se reúnen todos para elegir el nuevo portador de el manuscrito, Corso le pregunto entonces de el porque de las muerte de Fargas y Frida Urgen, Balkan le dijo que el no tenia nada que ver con esos temas, que el solo envió a Liana Traifeller que como pudo deducir es fiel seguidora de Milady y posee el manuscrito de El secreto de Milady, el otro hombre hacia la representación de Rochefort pero se llama Nicolavic era un actor que podía entrar a formar parte de la fundación, pero Balkan le dijo que Corso también tenia posibilidades. Balkan y Corso se pusieron a discutir de que el vino de Anjou tenia dos escritores.
Lucas Corso se dirigía con su coche hacia una casa que le habían dicho que estaba toda la verdad de este misterio, a su lado estaba Irene tan hermosa como siempre, mientras iban de camino empezaron una conversación sobre que les esperaba en ese lugar, el paisaje no se veía mucho a lo lejos una ciudad en la que parecía estar cubierta de nubes, y cada vez que se acercaban se veía cada vez mejor. Llegaron a su destino, era una casa enorme que cubría toda la manzana, Corso se bajo del coche Irene no le siguió se quedo dentro. 
Corso abrió la puerta que llevaba hasta el jardín subió unas escaleras y llego a la puerta, toco tres veces al timbre hasta que golpeando fuertemente la puerta se abrió, en el fondo vio a Varo Borja quieto sin decir nada, Corso le recriminó el dinero, Corso le dio el libro que le había prestado, Borja cogió el libro y arrancó los nueve dibujos, se los llevó a una sala donde había muchos libros con velas, con las páginas desechas por la cera, Varo Borja se dirigió hacia el suelo donde había un circulo donde estaban las nueve laminas las puso en orden, mientras Corso le pedía el dinero, Borja no le hacía caso y se tomo un liquido de un color extraño, empezó a decir cosas raras para invocar al demonio, dijo todos los nombres para invocarlos a todos, Corso le volvió a repetir que le devolviera el dinero, Borja estaba ido con las pupilas dilatadas todas en negro, se pusieron a escribir en el suelo con tiza, Corso le pego una patada en la cara y lo dejo moribundo, empezó a buscar por todos sitios cheques, no encontró nada y se fue de la casa y escucho un grito de Varo Borja, algo no había salido bien. 
Al llegar al coche Corso se pregunto si los hermanos Ceniza habrían utilizado madera para infiltrar la ilustración perdida en el número Uno. Por eso a Varo Borja no le cuadraban las cuentas, ya que una era falsa.

Goofs.


Anacronismos.
En la película, el libro "Las nueve puertas" muestra un pentagrama invertido en su portada para representar su contenido satánico. Sin embargo, el pentagrama invertido solo se asoció con el satanismo y el mal a fines del siglo XIX debido en gran parte a un trabajo del ocultista francés Eliphas Levi. Como se decía que los libros estaban en sus encuadernaciones venecianas originales del siglo XVII, la apariencia del pentagrama invertido es un anacronismo.

Audio/visual unsynchronised

Cuando Liana Telfer rompe la botella en la cabeza de Corso, el sonido del vidrio se rompe antes de que la botella haga contacto.
Cuando Corso está en el taxi, le pide al conductor que se detenga en el teléfono público. El taxista dice: "No hay problema, señor", pero su boca es visible en el espejo y claramente no habla.
Los pasos cuando Corso sube las escaleras para encontrarse con la anciana se desvían aproximadamente 1/2 segundo. Vuelve a estar sincronizado poco después de que presiona el timbre.
Cuando Corso y The Girl se van en su auto deportivo rojo "prestado", se quedan atrapados detrás de un camión por un momento y las luces de freno del auto están encendidas; sin embargo, el sonido del automóvil acelerando y cambiando a una marcha superior se puede escuchar durante toda la toma.
Tras la primera visita de Corso a los hermanos Ceniza, uno de los hermanos dice: "Nunca hubiera creído que ella se separaría de él. Nunca". Cuando dice 'nunca' la segunda vez, su boca no se mueve.

Character error.

Los verdaderos coleccionistas y comerciantes no manejarían libros por valor de $ 1,000,000 sin guantes, y seguramente no fumarían ni beberían vino directamente sobre ellos. Además, un libro tan antiguo (por no hablar de los volúmenes del Quijote del siglo XVIII que coge al principio) no resistiría la forma en que Corso lo sigue metiendo en la bolsa o el hecho de que todo el mundo parece andar manipulando.
Además, ningún comerciante en su sano juicio intentaría fotocopiar un libro de cuatro siglos de antigüedad colocándolo boca abajo en una máquina comercial y presionándolo como se muestra en la película: tales acciones infligirían graves daños a la impresión y encuadernación, afectando drásticamente su valer. Independientemente de aquellos personajes que ven el libro como una herramienta más que como un coleccionable de valor incalculable, Corso y los hermanos Ceniza son expertos en la materia,
Cuando Corso le describe a Liana a Gruber, dice "Cuarenta...", sin embargo, más tarde, cuando Corso y La Chica pierden el rastro del Rolls Royce de Liana, mirando el cartel de "San Martín", La Chica le dice a Corso: " Treinta..."
Cuando Corso y la niña llegan a la mansión de Teifer en St Martin, se detienen y saltan del auto rojo y momentáneamente rueda hacia atrás.

Continuity

Cuando Corso sirve bebidas para él y la Sra. Telfer, los vasos están generosamente llenos. Cuando se los lleva a la señora Telfer unos segundos después, están un poco menos llenos.
Al investigar en la biblioteca, Corso pasa la página para ver el grabado final. La imagen cambia entre tomas posteriores. El primero muestra un castillo en llamas diferente al del final de la película, con una mujer de aspecto diferente sobre la bestia, con una luna en su regazo. En el siguiente plano, en cambio, muestra el castillo de la película en llamas (Château de Puivert) con la mujer original cambiada por la que se parece a la compañera de Corso, sin la luna en su regazo.
En París, cuando la baronesa le permite a Corso examinar su copia del libro, el cuadro de dibujos de Corso muestra que el dibujo que debe estar firmado por LCF en la copia de la baronesa es el número 7, pero el número latino en la parte superior de la página que examina es el número VIII, es decir, el número 8.
Cuando Balkan y Corso ingresan al área de recolección al principio de la película, vemos un edificio fuera de las muchas ventanas de la sala de recolección. En el exterior del edificio las luces empiezan a apagarse una a una en uno de los pisos. Pero un momento después, en la siguiente toma, vemos que las luces vuelven a encenderse.
Mientras llega a su edificio de apartamentos en Nueva York bajo un aguacero, el cabello, el abrigo y las bolsas de papel marrón de Corso parecen estar completamente secos cuando sube las escaleras un minuto después.

Cuando Dean va a darle a Liana un libro que ha sacado de su bolso, lo agarra por la esquina. Cuando cambia el ángulo de la cámara, él se la acerca a ella agarrándola por la mitad del borde superior.
Cuando Corso y la Chica suben al ascensor del hotel donde se aloja Liana Telfer, la Chica tiene el pelo recogido en una cola de caballo desordenada. Cuando se bajan del ascensor es mucho más prolijo, en la siguiente toma vuelve a estar desordenado.
A pesar de que Liana muerde brutalmente la parte superior del pecho de Corso durante la escena posterior a la pelea sexual, el pecho de Corso no muestra ninguna marca de mordida cuando se lo ve sin camisa en la escena del hotel que tiene lugar menos de una semana después de que ocurriera la mordedura.

Crew or equipment visible.

En el primer cuarto de la película, cuando Corso está en la biblioteca, gira hacia la izquierda y puedes ver el cable del micrófono debajo de su camisa.
Cuando Dean Corso conoce a Boris Balkan por primera vez, un miembro del equipo se refleja en la ventana de la biblioteca.
A la 1:50, cuando estalla una pelea por el libro, un adorno se cae, pero la cuerda atada al adorno para hacerlo caer es claramente visible.
Cada vez que The Girl flota hacia abajo para salvar el día, los cables que la sostienen son muy visibles en las tomas.
Puedes poner el micrófono detrás de la oreja de Johnny Depp en varias ocasiones. Con Balkan en el ascensor, cuando besa a Liana Telfer en su apartamento, etc.

Errors in geography

Mientras Corso le pide al taxista que espere mientras él va a la librería, vemos una motocicleta conducir por la calle Bleeker. Las matrículas de la moto son francesas, pero Corso está en Nueva York.

Factual errors
Dictionnaire Infernal – Collin De Plancy – 1863 illustrated edition

Mientras le muestra su colección a Corso, Fargas presenta un "Dictionaire Infernal" de Jacques Collin de Plancy, que dice es una primera edición de 1844. La primera edición de esta influyente enciclopedia sobre la superstición apareció en 1818, pero su sexta edición, publicada en 1863, es apreciado por sus ilustraciones, incluidos 72 dibujos de demonios. El ejemplar que sostiene Fargas tiene una portada que es de la edición de 1863.


El letrero fuera de la conferencia de Balkan tiene un error tipográfico. Dice ""litterature" en lugar de "literature ".
La estación de tren de Sintra representada es muy romántica pero no se parece en nada a la real. De hecho, es la estación de tren de Toledo, construida en 1919.
Cuando Corso va a la biblioteca de la ciudad de Nueva York para investigar, saca una copia de Books in Print del estante. Todas las bibliotecas principales han usado CD de esta guía de referencia durante años. Además, encuentra una ilustración del libro que está investigando. Books in Print nunca imprimió una ilustración.
Cuando Dean entra en el ascensor de su edificio de apartamentos, si mira los botones del ascensor en la pared, los números del piso inferior; 1, 2, 3, etc., están en la parte superior de la lista cuando en realidad los números de los pisos inferiores siempre están en la parte inferior del panel de botones del ascensor.
Las placas delanteras en Suiza no tienen banderas.
En la versión en DVD, cuando Corso visita por primera vez la tienda de los hermanos Ceniza, los subtítulos dicen (Hablando italiano) cuando en realidad lo saludan en español ya que está en Toledo, España.
Cuando Corso llega a la Fundación Kesler le pregunta a la recepcionista en qué piso está la fundación y ella le dice, en francés, el 2do. Luego sube un tramo de escaleras y entra, un piso demasiado bajo, según la recepcionista, ya que el segundo piso se considera el primero en Francia, el primero se considera el piso "Bajo". Como tal, según sus instrucciones, habría tenido que subir al tercer piso estadounidense para llegar al segundo piso en Francia.

Misceláneas
Dean Corso alterna entre Lucky Strikes largos con filtro y cortos y largos sin filtro, pero el paquete de cigarrillos es siempre del tipo corto sin filtro.
Cuando Corso llega a la conferencia, el tablero de abajo muestra "Literario" en lugar de Literario.
Al principio de la película, Corso, cuando está en casa, pone una comida en su microondas mientras aún está en su empaque de cartón. El público nunca llega a ver si la cosa se quema o si se la come.

Plot holes
Persiguiendo a Liana, Corso y la Chica la pierden y tienen que detenerse para pedir instrucciones, pero, a pesar de la demora, de alguna manera logran llegar antes que ella al castillo. No se muestra ninguna explicación para la tardanza de Liana.

Revealing mistakes.

Cuando el guardaespaldas de Liana tropieza mientras asalta a Corso junto al río, las "rocas" debajo de él se mueven y se deslizan juntas. Es claramente una alfombra.
Incorrectamente considerado un error revelador por algunos. Hacia el final de la película, Corso cierra la puerta de un automóvil y se ve brevemente un reflejo en el espejo retrovisor del lado del conductor. A veces se lo confunde con un miembro de la tripulación, pero en realidad es un reflejo de Johnny Depp, visto porque el ángulo de la cámara que mira hacia el espejo permite que Depp sea visible brevemente.
Cuando Corso y The Girl salen del Dodge Viper rojo cerca del Chateau, el auto comienza a rodar hacia atrás. La Chica retrocede y alcanza la puerta para entrar y aplicar el freno de mano. El coche deja de rodar antes de que pueda dar más de un paso, así que simplemente se marcha como si nada hubiera pasado.
Cuando Fargas está comparando ambos libros para Corso, supuestamente abre ambos libros en la misma página para señalar un error en la impresión. Sin embargo, en el plano general, está claro que los libros no están abiertos en la misma página. El libro de la izquierda tiene un hueco muy evidente en una de las líneas que no tiene el libro de la derecha.
Doble de acción obvio cuando Corso cruza Bleeker Street en camino a la librería rara en Manhattan.

Continuity

Cuando Corso y La Niña llegan al castillo donde tiene lugar la convención, ya cae la noche. Cuando Corso se va de nuevo, persiguiendo a Balkan, poco tiempo después, hay una luz solar brillante.
Mientras Corso y The Girl estaban teniendo sexo frente al castillo en llamas, en la escena de gran angular estaban acostados paralelos a la fachada del castillo, pero en el primer plano, el castillo en llamas está justo detrás de The Girl.
Corso regresa con los vendedores de libros y encuentra la página que falta del libro que cae de encima de la vieja librería; en la primera toma, está completamente gris con años de polvo, mientras flota hacia el suelo. Cuando lo recoge segundos después, está completamente limpio por ambos lados.
Cuando Corso y Balkan están hablando en el castillo, las hojas de papel cambian continuamente de posición entre tomas después de que Balkan haya colocado los grabados sobre la mesa.
Inconsistencia en cuanto a los grabados que Corso afirma ser genuinos (firmado LCF) y falsificados (firmado AT). En una de las primeras escenas, descubre las firmas de LCF en 1) un grabado de un anciano con llaves en la mano derecha y 2) un laberinto sin salida. Pero en una escena posterior dice que los grabados genuinos muestran las llaves en la mano izquierda y que el laberinto tiene una salida abierta.
Mientras Corso recogía apresuradamente sus cosas de la mesa de la biblioteca de la baronesa, la postal con la imagen del castillo cae al suelo. En la siguiente escena, inmediatamente gira y se dirige hacia la habitación en llamas, sin levantarla. Pero luego, en el restaurante, encuentra la postal en su bolso.

Crew or equipment visible
En la pelea entre Boris Balkan y Liana Telfer en el altar, mientras luchan, justo antes de que se caigan, se puede ver claramente un cable tirando del brasero hacia abajo. Va desde la esquina inferior izquierda de la pantalla hasta la parte superior del brasero.
Después de la muerte de Boris Balkan en el castillo, Dean Corso regresa al Land Rover de Balkan para irse. Cuando Corso abre la puerta del Land Rover, se ve a un miembro de la tripulación en el espejo retrovisor de la puerta.

Revealing mistakes

En el castillo, cuando Balkan está a punto de realizar el "ritual", se muestra que está vertiendo líquido de un termo en la taza/tapa, sin embargo, cuando termina de verter, el líquido parece continuar vertiéndose en la taza, como si de la nada. El líquido generado por computadora claramente no está sincronizado con el movimiento de vertido físico de Balkan.
Obvio doble de acción cuando Balkan golpea a Corso a través de las tablas del piso del castillo (cerca del final de la película).
Cuando Dean y The Girl están conduciendo, y el letrero que dice St. Martin se refleja en el parabrisas, es obvio que un reflejo generado por computadora se superpuso sobre el parabrisas, porque cuando el auto gira, el reflejo es entrecortado y no sincronizado con el parabrisas. movimiento de coches.







oman Polanski, Johnny Depp & Frank
Langella on the set of ‘The Ninth Gate’.
























 


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