1.-Bellezas

1.-Bellezas
Uniformes escolares.

sábado, 7 de noviembre de 2020

xiii.- Libros de la serie Dune VII.



Introducción.

Dune es una novela de ciencia ficción escrita por Frank Herbert en 1965, Dune abre una de las sagas más importantes de la literatura fantástica y de ciencia ficción.
Posteriormente el autor continuaría la saga con El mesías de Dune (1969) y la concluyó con Hijos de Dune (1976), que cerraba la trilogía prevista. 
El éxito de la trilogía le llevó sin embargo a escribir posteriormente un cuarto libro, Dios emperador de Dune (1981), con el que esperaba cerrar la (en ese momento) tetralogía. Años después retomaría la saga con los quinto y sexto volúmenes Herejes de Dune (1984) y Casa Capitular Dune (1985), dejando un final completamente abierto a una nueva entrega.
El éxito de la novela provocó mucho interés en su traslado a la gran pantalla, proyecto que tras muchas vicisitudes se plasmaría en la película Dune (1984), dirigida por David Lynch. Años después, en el 2000, también se realizaría una miniserie de televisión inspirada en la primera novela, titulada Dune; a la que seguiría otra miniserie inspirada en las dos novelas siguientes, titulada Hijos de Dune.

Nota sobre serie de libros.

Pero ¿cómo clasificar a Dune? Si bien tiene algo de épico y, evidentemente, mucho de futurista, también es una fábula mesíanica, filosófica y esotérica. Describe con precisión milimétrica mundos más allá de lo imaginable, desafía la capacidad mental del lector para crear imágenes y turba su conciencia con seres imposibles minuciosamente detallados. Por todo eso y mucho más, Dune se ha convertido en una biblia oscura y misteriosa. Sin embargo, permanece escondida para muchos otros, y por esta razón quiero, en este pequeño tratado, acercar la obra de Herbert a los que no han tenido la oportunidad de adentrarse en tan fascinante mundo.
Frank Herbert
El creador y su obra

Biografía de Frank Herbert
Franklin Patrick Herbert Jr.​ (8 de octubre de 1920 – 11 de febrero de 1986) Escritor estadounidense de ciencia ficción, famoso por la saga de novelas Dune (1965-85). Formado como ecologista y autor, escribió varias obras en relación al medio ambiente, la ecología social y física, la autosuficiencia y la importancia de las relaciones humanas y el ecosistema. Debutó en los cincuentas con The Dragon in The Sea (1956) y ya en los sesentas era el afamado autor de la saga sobre el planeta Dune y otras novelas destacadas como The Green Brain (1966). Fue periodista para Esquire y profesor en varias universidades de Estados Unidos. Su interés por la política, ciertos aspectos religiosos y la ecología se aprecian en toda su obra.

Primeros años

Nació en Tacoma, Washington, el 8 de octubre de 1920. Hijo del matrimonio de granjeros, Frank y Elieen Herbert, paso su infancia ayudando a sus padres con las labores del hogar y el cuidado de los animales. Si bien eran tiempos difíciles, debido a la depresión económica, Frank tuvo una buena infancia con todo lo necesario para subsistir, gracias a la granja familiar. En los treinta dejó el hogar para vivir con un tío en Salem, Oregón. Allí cursó estudios y luego sirvió como fotógrafo en la naval estadounidense, durante la Segunda Guerra Mundial. Fue por ese entonces que se inició como escritor.

Inicios y periodismo

Terminado su servicio regreso a casa e inició sus estudios en la Universidad de Washington. Allí conoció a su segunda esposa, Beverly Ann Stuart, quien también era escritora. Una vez licenciado, trabajó en diversos oficios; fue fotógrafo, cámara de televisión, pescador, instructor y luego periodista. A finales de los cuarenta comenzó a trabajar con el Press-Democrat, luego fue al Seattle Star y regreso a Oregón, para trabajar en el Oregon Stateman.
También fue editor para el San Francisco Examiner y desde los cincuentas se convirtió en escritor regular para el Esquire. Para esta última publicación escribiría desde artículos con temática ecológica, a cuentos y relatos cortos. Fue entonces que comenzó a enfocarse en la ciencia ficción. Así apareció Looking for Something?, en 1952 y su primera novela, The Dragon in The Sea o Under Pressure, en 1956.

Herbert y la ciencia ficción

Su primera novela, The Dragon in The Sea (1956), versa sobre la vida en un submarino y una apremiante guerra futura. Fue premiada con el International Fantasy Award y desde entonces se dedicó por completo a la escritura. Su gran revelación llegaría en los sesentas con Dune (1965), la primera entrega de la saga sobre el planeta del mismo nombre.  Centrada en la política y la vida en planeta opuesto a la Tierra, Dune, fue todo un éxito de ventas, así como una de las obras mas aclamadas de la ciencia ficción del siglo XX. Tanto así que fue premiada con los dos reconocimientos mas importantes de literatura de ciencia ficción, el Nébula de 1965 y el Hugo de 1966.
Un año después aparece The Green Brain (1966), obra en la que la naturaleza se resiste al dominio de los humanos, tomando forma de insecto. Le siguen The Santaroga Barrier (1968), sobre una utopía contracultura y la continuación de su saga, El Mesías de Dune (1969). En los setentas vuelve a la Universidad de Washington, como profesor impartiendo la clase Utopía/contra-Utopía y luego es contratado como asesor en temas ecológicos y sociológicos por los gobiernos de Pakistán y Vietnam.
Por ese mismo periodo publicaría Wipping Star (1970), obra en la que los humanos han viajado por el universo y entrado en contacto con otros seres; y The God Makers (1972), en la cuestiona ciertas practicas religiosas y explora los conceptos de paz, guerra y  gobierno.
Para 1976 regreso con Hijos de Dune, la tercera entrega de su saga, y un año después publicó The Dosadi Experiment, novela con una trama compleja en la que critica el abuso del poder. Enfocado en su exitosa saga, más tarde publica la versión ilustrada, The Illustrated Dune (1978), la antología The Great Dune Trilogy (1980) y las secuelas Dios emperador de Dune (1982), Herejes de Dune (1984) y Casa capitular: Dune (1985).
Otros libros sobre la saga fueron: The Second Great Dune Trilogy (1987), The Maker of Dune (1987) y The Notebooks of Frank Herbert’s Dune (1988).
En los ochentas también aparecen la colección Direct Descent; The Priest of Psi (1980), el drama sobre venganza con una plaga, The White Plague (1982) y las colaboraciones Man of Two Worlds (1986) con Brian Herbert y The Lazarus Effect (1983) y The Ascension Factor (1988), con Bill Ransom.
Otras obras suyas son: Soul Catcher (1972), Threshold: The Blue Angels Experience (1973) y Songs of Muad’Dib (1992).
Dune fue llevada al cine por David Lynch en 1984 y retomada recientemente por Denis Villeneuve, quien estrenará en 2020 el primer parte de la saga Dune, con el protagonismo de Timothée Chalamet y Zendaya.

Muerte

Herbert falleció en Madison (Wisconsin), 11 de febrero de 1986, a causa de una embolia pulmonar. Había sido diagnosticado con cáncer de páncreas, a comienzos de los ochentas, y se encontraba en tratamiento. Tenia 65 años en el momento de su muerte.


En la actualidad se han producido más de 3 millones de ejemplares de Dune. Basándose en su obra se han creado libros, películas, series de televisión, comics y  juegos de ordenador. Con el tiempo, la monumental obra de Herbert ha ido adquiriendo más importancia en el mundo de la Ciencia Ficción, hasta llegar a convertirse en una obra maestra indiscutible del género.
Su hijo Brian Herbert ha contribuido al universo creado por su padre con tres libros dedicados a las grandes casas descritas en las novelas originales: Casa Atreides, Casa Harkonnen y Casa Corrino. Dado que el que esto escribe no ha leído ninguna (en parte por nefastas experiencias con otras novelas de hijos-de), no las incluiré como objeto de análisis.

Mundos mas allá de nuestra imaginación

El mundo recreado por Dune es tan complejo que cualquier intento de describirlo en pocas páginas sería inútil. Por lo tanto, me limitaré a dar una somera descripción de las ideas fundamentales sobre las que se apoya la narración de Herbert y que permitirá al neófito no perderse en este breve estudio.
Grandes casas se reparten el universo conocido, gobernado por el Emperador Padishah Shaddam IV. Dos de las más importantes son la casa Atreides, del planeta Caladán y la Harkonnen, de Guiedi Prime. Así como los Atreides son nobles y pacíficos, los Harkonnen son su reflejo oscuro: crueles, despiadados y amantes de la traición y el engaño. Es un universo sometido a los dictados surgidos tras el Jihad Butleriano, gran revolución que exterminó y prohibió el uso de las máquinas inteligentes. En este contexto surgen los mentats, computadoras humanas, y la Bene Gesserit, escuela de adiestramiento mental y físico para estudiantes femeninas, cuya Reverenda Madre es la mayor autoridad religiosa del universo conocido.


Arrakis, más conocido como Dune, es el tercero de los planetas de Canopus. Las temperaturas en su superficie alcanzan los 350 grados, lo que hace extremadamente difícil la supervivencia de formas de vida animales o vegetales. Nunca llueve en Dune. Este planeta es el único lugar de existencia de la Especia Melange, una sustancia de aroma parecido a la canela que permite a la Cofradía de Navegantes del espacio la realización de viajes espaciales. También es conocida la Melange por sus cualidades geriátricas y su poder adictivo. Su origen está ligado a los gusanos de la arena gigantes de Arrakis, los cuales pueden llegar a alcanzar los 400 metros de longitud.
Dune es también el planeta de origen de los Fremen, una tribu que ha adaptado su modo de vida al desierto. Un fremen es reconocido por sus ojos totalmente azules, producto de la exposición a la especia. Ocultos en sus sietchs, nadie sabe realmente cuantos fremen hay en Arrakis, y pocos dan importancia a su existencia. Pero nadie sospecha el poder de esta raza capaz de usar los Shai Huluds -los monstruosos gusanos de la arena- como medio de transporte... y tal vez como arma.
Arrakis estuvo durante mucho tiempo bajo el yugo de los Harkonnen. Pero durante el gobierno del Emperador Padishah Saddam IV el control del planeta fue cedido a Leto Atreides, padre de Paul Atreides, cuya madre, Jessica, fue una alumna destacada de las Bene Gesserit. En Dune el joven Paul va a experimentar cambios en su consciencia, y una extraña profecía fremen parece conducirle a un asombroso destino. Acontecimientos desastrosos se ciernen sobre su familia, y a partir de entonces, Paul Atreides se convertirá en Paul-Muad'Dib, líder de los Fremen y muy pronto figura vital que conmocionará el orden del universo...

El contexto literario de la obra

Dune fue publicada en 1966, aproximadamente una década después de la aparición de algunas de las piedras fundacionales de la CiFi moderna: 1984 de Orwell (1949), Crónicas Marcianas (1950) y Farenheit 451 (1953) de Bradbury, la saga de La Fundación de Isaac Asimov (1951-1953), El Señor de los Anillos de Tolkien (1954-1955)... Aun retomando algunos temas de aquellas, Dune fue muy diferente en más de un aspecto e influyó decididamente en la renovación de la Ciencia Ficción, hasta el punto de que puede considerarse un precedente de los más recientes retratos de sociedades oscuras y desesperanzadas, cuyo reflejo es el Cyberpunk de Gibson.
Sin embargo, y casi para desafiar a todos los que habían escrito alguna vez Ciencia Ficción, Herbert se atrevió a crear un futuro en el que la tecnología inteligente (computadoras, robots, androides...) está destruida y prohibida por rigurosa ley interplanetaria. La novela, además, transcurre casi en su totalidad en desiertos o rocas, y el papel de las naves espaciales no es fundamental. Herbert convirtió estas aparentes limitaciones en puntos de partida para una epopeya en la que el personaje va evolucionando tanto física como, sobre todo, mentalmente desde su condición inicial de niño hasta convertirse en un dios.

Familiaridades de un universo desconocido

 La mayor virtud que se le ha concedido a Dune es crear de la nada un universo completo, en futuro extremadamente lejano, de forma convincente. Sin embargo, ese de la nada es muy relativo. Pocos lectores podrán pasar por alto la relación de los Fremen con los Tuareg de los desiertos de Mauritania y Arabia. Herbert no intenta jamás ocultar tal fuente de inspiración, y todos los términos del lenguaje Fremen nos suenan al lenguaje árabe.
Obsérvese de hecho la similitud entre Muad'Dib (pronúnciese Moaddib) y Boabdil, nombre dado al rey de Granada Abu Abd Alá en las crónicas castellanas. También es fácil relacionar a la capital de Arrakis, Arrakeen, con la capital de Marruecos, Marrakech. Herbert no sólo toma referencias del mundo árabe en su relato. Muchos vocablos del universo de su novela se basan en términos reales. Así, afirma que en la lengua, de la Bene Gesserit, "Kwisatz Haderack" significa "El camino más corto", cuando el término "Haderach" en hebreo corresponde a "El camino". El apellido "Atreides", además, es sospechosamente parecido a "Atridas", apellido griego (descendientes de Atreo) citado por Homero.
Todas estas relaciones entre el futuro y el presente transmiten una cierta sensación de realismo o incluso profecía, que hacen surgir en la mente del lector hipótesis acerca de la manera en que el mundo presente puede evolucionar de una forma plausible hacia el mundo futuro descrito por Herbert, aunque hay que aclarar que el objetivo del autor nunca fue la extrapolación de la evolución actual de la sociedad.

¿Paul-Muad'Dib de Arabia?

El protagonista de la novela es también uno de sus personajes más complejos: un niño con misteriosas cualidades mentales predestinado a convertirse en un semi-dios, derrotando a sus feroces oponentes con la ayuda de una oscura tribu del desierto, de la que se convierte en líder. Durante el libro Herbert nos muestra a Paul Atreides con los miedos e inquietudes de un niño, que luego transforma en los sentimientos de odio y poder de un adulto que dirige a millones de almas.
¿Pudo Herbert basarse en un modelo anterior para tan singular personaje?.
Son notables los paralelismos entre Muad'Dib y la figura histórica Thomas Edward Lawrence, también conocido como Lawrence de Arabia. T.E. Lawrence (1888-1935) fue un militar inglés que participó en las exploraciones en Siria que descubrieron la civilización sumeria en 1910. Allí conoció a Hussein, jerife de la Meca, quien en 1916 inició una revolución contra el sultán de Turquía. Juntos organizaron una campaña contra este país, y posteriormente Lawrence obtuvo su primer gran éxito con la toma de Yambo, a la que siguió en 1917 la de El Ouedjh. Dirigió al ejército árabe a la victoria contra Turquía en El Hasa y facilitó a los aliados la conquista de Palestina y la toma de Jerusalem. Al año siguiente entró en Damasco y tomó posesión de Alepo. Fue llamado el rey sin corona de Arabia. El coronel Thomas Lawrence no solo dirigió a los ejércitos árabes, sino que además asimiló su cultura, convirtiéndose en el gran líder de un pueblo que no tenía nada que ver con su tierra natal.
Teniendo en cuenta la similitud existente entre las tribus árabes del desierto y los fremen, así como entre los bloques políticos de la primera guerra mundial y las casas rivales del universo de Herbert, podemos identificar fácilmente al inglés líder de los árabes Thomas Lawrence con el atreides líder de los fremen Paul Atreides. En ambos casos hay un rebautismo del líder por parte de sus seguidores (Thomas Lawrence será Al-Orens y Paul Atreides, Paul-Muad'Dib) y una asimilación de las tradiciones locales, como por ejemplo el cambio de vestimenta (el típico atuendo árabe y el destiltraje fremen).


1.-La Novela Dune


La historia comienza a más de 20.000 años en el futuro, en nuestra galaxia, en un gran imperio galáctico de estructura feudal. El Imperio se divide en cuasi-feudos o señoríos planetarios que son controlados por familias nobles, conocidas como Las Grandes Casas, que se agrupan en un gran consejo, llamado Landsraad, y rinden tributo al Emperador Padishah Shaddam IV, de la Casa Corrino. Otra de las instituciones es la "Combine Honnete Ober Advancer Mercantiles" o CHOAM, una corporación universal para el desarrollo comercial controlada por el Emperador y las Grandes Casas, con la Cofradía Espacial y la Hermandad Bene Gesserit como socios sin derecho a voto.

La clave para el comercio y la estabilidad del imperio se halla en el viaje espacial, monopolio de la Cofradía Espacial, cuyos «Navegantes» son humanos mutados que usan la especia o melange para ejercitar sus poderes prescientes. De ese modo pueden trazar un rumbo seguro, para así poder plegar el espacio y viajar instantáneamente a cualquier parte de la Galaxia.
También la Hermandad Bene Gesserit, poderosa orden femenina cuya prioridad es la preservación y el progreso de la raza humana, utiliza la especia. Múltiples secretos ocultan las Bene Gesserit, también llamadas brujas por sus poderes mentales y físicos, desarrollados a través del condicionamiento muscular y nervioso conocido como entrenamiento Prana-bindu. Todo este entrenamiento físico y mental permite a las acólitas Bene Gesserit superar la agonía de la especia, prueba en la que ingieren una cantidad de un veneno iluminante que deben transformar internamente para volverlo inocuo. La supervivencia a esta ordalía despierta en la acólita las Otras Memorias, las personalidades y recuerdos de todas sus antepasadas femeninas. No obstante son advertidas contra el lugar de su consciencia donde se encuentran las memorias de sus ancestros masculinos, conocido como «el lugar donde no podemos mirar». De ahí se deriva el milenario programa genético secreto de la Bene Gesserit: la búsqueda de un macho equivalente a una Bene Gesserit, que ellas denominan Kwisatz Haderach, «el camino más corto». Este individuo no solo tendría acceso a la línea masculina de Otras Memorias, sino que esperaban que poseyera otros «poderes mentales que pudieran hacer de puente en el espacio y el tiempo.»1 Con el Kwisatz Haderach bajo su control, la Hermandad espera poder intervenir más efectivamente en el curso de la humanidad.
La melange, clave de todos los planes para el control del Imperio, se encuentra sólo en un planeta desierto, un ecosistema hostil para casi toda forma de vida, Arrakis, también conocido como Dune. Las escasas y esparcidas tribus Fremen que lo habitan se dedican a la recolección de especia, que es producida como parte del ciclo vital de los gusanos de arena, gigantescos animales que controlan el desierto. La cultura de los fremen gira alrededor del valor y la conservación del agua en su árido planeta. La Missionaria Protectiva de la Bene Gesserit, dedicada a la ingeniería religiosa, ha implantado entre los Fremen, con objeto de preparar el terreno a su futuro Kwisatz Haderach, la creencia de que un salvador vendrá, un Mesías, que transformará su mundo en un lugar más hospitalario para los seres humanos.
En sí, la historia se desarrolla alrededor del joven Paul Atreides, heredero del ducado de la Casa Atreides. Su padre, el duque Leto Atreides, recibe del Emperador Padishah Shaddam IV la orden de trasladarse, con todo su ducado, a Arrakis, la única fuente en el Universo Conocido de la especia melange. Paul debe enfrentarse a la traición del Emperador, temeroso de la ascendencia de la Casa Atreides en el Landsraad, y de la Casa Harkonnen, enemigos de los Atreides desde la Batalla de Corrin.
En la novela, Paul Atreides ha vivido su infancia en Caladan junto a sus preciados maestros: Duncan Idaho, Gurney Halleck, Thufir Hawat y el Doctor Wellington Yueh hasta los 15 años, momento en que el Emperador ordena a los Atreides el traslado a fiscalizar el comercio de la Especia en su nuevo feudo en Arrakis. Pero esta orden no es más que una trampa urdida por el Baron Vladimir Harkonnen y el Paddishah Emperador Shaddam IV para sacar a los Atreides del inexpugnable planeta Caladan y eliminarlos posteriormente de las casas del Landsraad.
Antes de partir, Paul recibe la visita de la Reverenda Madre Gaius Helen Mohiam, mentora de su madre Dama Jessica Atreides en la Hermandad Bene Gesserit. Jessica era miembro de la Orden Bene Gesserit, y fue designada por la misma a convertirse en concubina del duque Leto Atreides como parte del programa genético secreto de dicha orden. Debido al amor sincero que sentía por el Duque Leto, desobedeció la orden de concebir una niña para darle un heredero, y concibió a Paul: al cometer este crimen Jessica albergaba la esperanza, quizá no muy improbable al fin y al cabo, de concebir al Kwisatz Haderach, el macho Bene Gesserit que tanto esperaba su Hermandad, aquel que podría establecer puentes entre el espacio y el tiempo.
Los Atreides sospechan de la maniobra del emperador, y son capaces de neutralizar las trampas y sabotajes Harkonnen mientras intentan establecer lazos de confianza con la población local Fremen. Finalmente, sucumben bajo el ataque devastador de los Harkonnen, con tropas imperiales Sardaukar disfrazados de Harkonnen y ayudados por un traidor, el Doctor Suk Wellington Yueh. Capturado el duque Leto, fallece en un intento fallido de asesinar al Baron Harkonnen. Solo Paul y Jessica pueden escapar a la masacre, internándose en el desierto. Allí son cobijados por los Fremen, pueblo de feroces guerreros que cabalgan los gusanos de arena. Debido a las manipulaciones religiosas de la Missionaria Protectiva de la Bene Gesserit, los fremen ven a Paul como el Mesías que guiará a su pueblo en la transformación de Arrakis en un ecosistema menos hostil. Aceptados entre los fremen Paul adopta el nombre fremen de Muad'Dib y conoce a Chani, encargada de protegerle y enseñarle las costumbres fremen. El amor surgirá entre la pareja, y Chani será su compañera de ahí en adelante.
Al poco de ser aceptados entre los fremen, Jessica es conminada a convertirse en la Reverenda Madre de los fremen. Para ello debe pasar la Agonía de la especia, trance ritual que comprende la ingestión de un veneno iluminante, el Agua de Vida, y su transformación interna en una droga inocua. Jessica está embarazada de una niña, Alia, y durante la Agonía ambas se transforman en Reverendas Madres. Con el tiempo, Paul se convierte por derecho propio en líder de los Fremen, guiándoles en una revolución contra los Harkonnen y el Emperador, saboteando la producción de especia, mientras sus poderes prescientes aumentan día a día. Pero no es suficiente: Paul debe descubrir si es verdaderamente el Kwisatz Haderach, y decide pasar por la Agonía de la especia para confirmarlo. Esto lo lleva a tomar el Agua de Vida, cayendo en un trance comatoso durante tres semanas.
Al despertar, ya como el Kwisatz Haderach, Muad'Dib asume su papel mesiánico como Mahdi de los fremen, y los conduce a enfrentarse en una última y épica batalla contra el Emperador y el Barón. Tras la triunfante revuelta, y muerto el Barón Harkonnen a manos de su hermana Alia, Paul Muad'Dib fuerza al Emperador a consentir su matrimonio con su hija mayor Irulan Corrino y a retirarse a Salusa Secundus, ascendiendo así al trono imperial, desde donde desatará una Yihad por el Universo.

2.-El mesías de Dune.

El mesías de Dune es la continuación de Dune que había sido escrita en 1964. Frank Herbert continua la historia de Paul-Muad'Dib, el joven heredero al Ducado de la Casa Atreides. Han pasado doce años, gracias a su victoria en la Batalla de Arrakeen ha tomado el control del Imperio del millón de Mundos de las manos del Emperador Shaddam IV de la Casa Corrino, y se han librado dos cruzadas en los mundos del imperio para extender la religión Fremen.
Esta historia se centra en el nuevo Imperio Estelar Fremen, con la Bene Gesserit, el Gremio Espacial, los Bene Tleilax, la princesa consorte Irulan Corrino y los Fremen rebeldes al Quizarato, que ven como el nuevo imperio diluye su cultura y costumbres ancestrales, en un complot para tomar el control del Imperio. La Bene Tleilax usará a sus Danzarines Rostro para manipular a los Fremen Rebeldes, que usarán atómicas e intrigas para asesinar a Paul, y echarle la culpa a su concubina Chani, aunque el ataque finaliza con un Paul ciego, quemados sus ojos por la radiación. Chani espera el segundo hijo de la pareja (el primero murió violentamente en la primera novela) y la princesa Irulan, esposa de Paul y celosa del amor que éste profesa por su concubina, la envenena durante su embarazo, lo que provocará en ésta un consumo exagerado de melange que puede afectar a los fetos, puesto que finalmente se descubre que espera gemelos.
 Los Tleilaxu, mientras tanto, esperan chantajear a Paul en una pirueta final restaurando las memorias originales del ghola Hayt, creado en los tanques axlotl a partir de células de su amigo y maestro Duncan Idaho. Hayt fue regalado como presente a Paul con objeto de envenenarlo psíquicamente y crear en él un dilema ético tras la muerte durante el parto de Chani, su amada concubina: la restauración de sus memorias originales hacen posible su resurrección como una ghola.


3.-Hijos de Dune.

Nueve años después de la muerte de Chani, del final de la conspiración contra los Fremen, y de que el Emperador Paul Atreides, Muad'dib, ciego y solo, caminara hacia el desierto siguiendo la tradición fremen que aseguraba una muerte rápida, Alia, hermana de Paul y con poderes prescientes similares a los de su hermano, se ha casado con el ghola de Duncan Idaho y se sienta en el trono de Arrakis como Regente Imperial, así como tutora y guardiana de los gemelos nacidos en el momento de morir Chani: Leto y Ghanima.
A pesar de los años, la conspiración para destruir el poderío Atreides continúa con Wencisia Corrino, la tercera hija del ya muerto Shaddam IV, y las tribus fremen malditas del antiguo asentamiento Jacurutu. Planean enloquecer a Alia con especia, asesinar a los gemelos con tigres de Laza y arrojar al Imperio al caos. Y una voz que viene del desierto profundo, el Predicador, un anciano ciego que denuncia la corrupción del sueño de Muad'dib enfrentándose a Alia, que sospecha que esa voz pertenece a su desaparecido hermano Paul.
Mientras Alia, viéndose completamente sola contra las hordas de sus antepasados y la religión de Muad'Dib, desesperada por la pérdida de sus facultades prescientes, consume cantidades cada vez mayores de melange y cae cada vez más en la Abominación, estado de posesión inducido por la presión de sus Otras Memorias y que culmina con la aparición en su psique de su abuelo materno, el viejo Barón Vladimir Harkonnen. Preocupada por la situación y aconsejada por sus Hermanas Bene Gesserit regresa a Arrakis Jessica, la madre de Paul y Alia y abuela de Leto y Ghanima, los herederos del Imperio, dispuesta a poner a prueba la humanidad de los mismos, pre-nacidos por el consumo masivo de melange durante su embarazo al igual que sucedió con su tía Alia.
Los gemelos, prescientes como lo eran su padre y su tía, tienen frecuentes visiones de un futuro funesto para la raza humana. Tendrán que hacer un sacrificio y tomar una decisión: vivir y morir como humanos, o salvar el Imperio y caminar a través de la oscuridad siguiendo un hilo de luz que garantiza la supervivencia de la humanidad durante eras, la "Senda de Oro" que Muad'Dib rechazó. Tras sucumbir a la trampa y eliminar los tigres laza enviados a matarlos por Wensicia, Leto fingirá su propia muerte y se adentrará en el desierto, enfrentándose a diversas pruebas como las pruebas de posesión a manos de los Jacurutu, tribus fremen renegadas en el pasado, aferradas a las antiguas costumbres y enfrentadas al nuevo Imperio de los Atreides.
Ghanima, tras un proceso de autohipnosis, bloquea todo recuerdo del plan en su mente y vuelve a la corte convencida de la muerte de su hermano a manos de los Corrino. Tras el proceso, descubre que sus Otras Memorias son acalladas por el bloqueo, evitando así la Abominación. El Barón Harkonnen, que domina cada vez más la psique de Alia, la induce a organizar un atentado contra la vida de su madre, Jessica. Ésta escapa con la ayuda de aliados fremen, y es "secuestrada" por Duncan Idaho y llevada a Salusa Secundus, el nuevo planeta sede de la Casa Corrino, antiguo planeta de castigo y entrenamiento de los Sardaukar Imperiales. Allí, Jessica adiestrará en las artes Bene Gesserit a Farad'n, hijo de Wensicia y heredero de la Casa Corrino, tal como hiciera con su propio hijo.
Leto va rompiendo uno a uno los hilos que le separan de la Senda de Oro. Las enormes cantidades de esencia de especia que le obligan a consumir para mantenerlo en trance le fuerzan a crear una alianza entre las Memorias de sus antepasados más fuertes para enfrentarse a la Abominación. Empachado de esencia de especia escapa de Jacurutu y se enfrenta al desierto desnudo. Recuerda un antiguo juego infantil fremen y busca truchas de arena, que se extienden sobre su piel buscando la humedad y la esencia de especia en su sangre, descubriendo que se convierten en una segunda piel, una armadura que amplifica sus movimientos y su fuerza, una simbiosis con el gusano. "Mi piel no será mi piel".
Una boda entre Farad'n y Ghanima, promovida por la Bene Gesserit en espera de reanudar su plan genético, podría solucionar los problemas de las dos Casas, Atreides y Corrino. Ghanima acepta esperando matar en la noche de bodas a Farad'n, cuyo adiestramiento con Jessica le lleva a realizar el juramento Bene Gesserit. Leto por su parte se adapta cada vez más a su nueva piel de gusano, y busca en el desierto a su padre, Paul Muad'dib, el Predicador.
Llegada la fecha de la boda, los acontecimientos se precipitan. La poseída Alia, Farad'n y Jessica esperan a Ghanima para la boda, mientras contemplan al Predicador morir a manos de los sacerdotes tras su último sermón dirigido contra Alia. En ese momento entran Ghanima y Leto, que desvela su plan secreto a todos despertando de ese modo a su hermana del bloqueo autoinducido y se enfrenta con Alia, que sucumbiendo a la posesión y en un esfuerzo por librarse, se lanza por una ventana al vacío.
La Senda de Oro está asegurada. Con Ghanima y Farad'n a su lado, Leto II asume el poder y desvela su nueva naturaleza: durante los milenios siguientes su piel de truchas de arena le cambiará lentamente y se convertirá en el Dios Emperador, que regirá el imperio y la raza humana modelándola y preparándola para su maduración final.

4.-Dios Emperador.

Al final de Hijos de Dune, Leto II acepta el manto de divinidad de los Fremen y se transforma a sí mismo en un monstruo del desierto, un híbrido hombre-gusano de arena, como aquellos que dominan la ecología del planeta Arrakis (conocido como Dune) durante milenios. Este es un acto que su padre, Muad'Dib, había rehusado llevar a cabo. Leto acepta éste esencialmente terrible precio para salvar a la Humanidad de la trampa presciente que su padre había desencadenado. Dios emperador de Dune es la crónica de los intentos de Leto de consumar la Senda de Oro.
En Hijos de Dune Paul Atreides y Leto II tienen la visión de de que la humanidad podría extinguirse si se mantiene confinada en el Imperio del Universo Conocido. A pesar de que el Imperio tiene una población de muchos billones, la sola existencia de Leto II demuestra que la humanidad aún está confinada dentro de un espacio que puede ser controlado por una sola persona o facción. Aunque rara vez se menciona directamente, a menudo se sugiere que esta falta de exploración y crecimiento podría causar la eventual destrucción de la humanidad.
 El conflicto entre el deseo de paz de la humanidad y su necesidad real de inestabilidad es el tema central de toda la serie después del primer libro de Dune. El objetivo declarado del Dios Emperador Leto II es "enseñar a la humanidad una lección que recuerden en sus huesos": que el abrigo de la seguridad equivale a pronunciar una sentencia de muerte, aunque pueda llevar mucho tiempo.

Además de las causas internas, de la caída de la humanidad, hay un "gran enemigo" externo que amenaza a la humanidad en las visiones de Leto.
Leto II ha visto a través de su poderosa presciencia algunos de los posibles y, finalmente, mortales peligros para la humanidad en general, que le obligan a conducir a la humanidad por su Sendero de Oro, es decir, congelar la tradición hasta que pierda sentido, una forzada tranquilidad controlada militarmente y estancamiento cultural y tecnológico, que provoquen al final de su reinado un estallido hacia nuevos espacios, nuevas tecnologías, nuevas formas de cultura que serán conocidos como la Dispersión.

Personajes

Los personajes principales se listan a continuación por grupos o alianzas. Estas alianzas pueden cambiar a lo largo de la serie de novelas, o revelarse de modo distinto.

Casa Atreides

La Casa Atreides es una de las Grandes Casas del Imperio de Universo Conocido. Sus miembros tienen un papel principal a lo largo de toda la saga. Se sugiere en la novela que las raíces de la línea Atreides están en la mitológica casa griega de los Atreus. En la Ilíada de Homero, los hermanos Agamenón y Menelao son llamados los Atreides, o hijos de Atreus. El primer Atreides en la cronología de la saga es Vorian Atreides, hijo humano del cymek Agamenón que se une a la Liga de los Nobles en la trilogía Leyendas de Dune de Brian Herbert y Kevin J. Anderson, ambientada en los tiempos de la Yihad Butleriana.
La Casa Atreides tiene su feudo en el planeta Caladan, y se destaca por su nobleza de espíritu, su proverbial justicia y virtud hacia su pueblo. Estas virtudes despiertan la lealtad más incondicional en sus siervos. La principal industria de Caladan es el cultivo de Arroz Pundi. También posee otras industrias menores derivadas de la agricultura y la pesca, así como la construcción de yates de recreo y otras embarcaciones. Inexpugnables en Caladan, sus tropas están altamente entrenadas: la familia ha desarrollado incluso un lenguaje de batalla propio. Los colores de la Casa Atreides son el verde y el negro, y su símbolo es un halcón rojo.

Duque Leto Atreides, jefe de la Casa Atreides

Dama Jessica, Bene Gesserit y concubina del Duque, madre de Paul y Alia.

Paul Atreides, el único hijo vivo y heredero de la Casa Atreides.

Alia Atreides, hermana pequeña de Paul, nacida tras la muerte de su padre.

Leto Atreides, el hijo de Paul Muad'Dib y Chani, muere en un asalto Harkonnen.

Thufir Hawat, mentat y Maestro de Asesinos de la Casa Atreides.

Gurney Halleck, guerrero trovador completamente leal a la Casa Atreides.

Duncan Idaho, Maestro Espadachín de la Casa Atreides, graduado en la Escuela Ginaz.

Dr. Wellington Yueh, Doctor Suk de la Casa Atreides.

Casa Harkonnen

La Casa Harkonnen aparece con especial relevancia en la novela, y tiene también una presencia importante en las trilogías Preludio a Dune y Leyendas de Dune, de Brian Herbert y Kevin J. Anderson. Härkönen es un nombre familiar finlandés: härkä significa "toro" y rauta significa "hierro". Se desconoce si estas palabras están relacionadas intencionadamente o no con los apellidos Harkonnen y Rautha de algunos miembros de la Casa. El símbolo de la Casa Harkonnen en la novela es un grifo azul.

El origen de la casa se encuentra en Xavier Harkonnen, militar amigo de Vorian Atreides durante la Yihad Butleriana, y Abulurd Harkonnen, su nieto y primer Barón de la Casa Harkonnen, cuya traición a Vorian Atreides dio origen a la ancestral enemistad que enfrenta a las dos Grandes Casas desde la Batalla de Corrin. El planeta feudo de los Harkonnen es Giedi Prime, anteriormente rico en recursos naturales, que bajo el dominio opresivo de los Harkonnen es sobreexplotado industrialmente convirtiéndose en una devastación contaminada. Aparte del control de la producción de especia melange en Arrakis, la Casa Harkonnen posee otras industrias importantes como la extracción de obsidiana azul, la cerveza negra Harkonnen o las plantaciones de tubérculos Krall.

Siridar Barón Vladimir Harkonnen, jefe de la Casa Harkonnen.

Piter de Vries, Mentat pervertido y Maestro de Asesinos de la Casa Harkonnen.

Feyd-Rautha Harkonnen, sobrino y heredero del Barón.

Glossu "la Bestia" Rabban, también llamado Rabban Harkonnen, sobrino mayor del Barón.

Iakin Nefud, Capitán de la Guardia.

Casa Corrino
.
La Casa Imperial Corrino es la regente del Imperio. Fue fundada tras la Batalla de Corrin, fin de la Yihad Butleriana, cuando Faykan Butler decide cambiar su apellido en honor a la victoria de los humanos sobre las Máquinas pensantes. Poco después, asumiendo simultáneamente los cargos de Virrey y Gran Patriarca, se declara a sí mismo Emperador de la Humanidad.
El planeta ancestral de la Casa Imperial Corrino es Salusa Secundus, sede del poder imperial desde la Yihad Butleriana. Debido a una agresión atómica por una Casa Renegada, la Casa Corrino y el Trono del León de Oro se trasladaron a Kaitain. Como resultado del ataque, Salusa Secundus quedó devastado a nivel ambiental. Designado como Planeta Prisión Imperial, sus duras condiciones solo permitían la supervivencia del más fuerte, lo que permitió a la Casa Corrino desarrollar la más temida de las unidades militares del universo, los Sardaukar, guerreros fanáticos cuya sola mención acallaba a cualquier posible disidente en el Imperio.
La ambición, las traiciones y las conjuras son habituales en la familia Corrino. El Padishah Emperador Shaddam IV asesinó a su hermano Fafnir para asegurar su ascenso al trono, y posteriormente envenenó a su padre Elrood IX para acelerarlo.

Shaddam IV, Padishah Emperador del Universo Conocido.

Princesa Irulan Corrino, hija mayor y heredera del Emperador, educada por la Bene Gesserit e historiadora.

Conde Hasimir Fenring, un eunuco genético, consejero y mejor amigo del emperador. Casado con Dama Margot Fenring.

Bene Gesserit

La Bene Gesserit es descrita como una orden femenina cuyos miembros siguen un condicionamiento físico y mental extraordinario para adquirir "poderes" y habilidades que pueden fácilmente parecer mágicos a los extraños. Debido a su secretismo y habilidades incomprensibles son llamadas a menudo "brujas" por sus enemigos. Las Reverendas Madres visten una malla negra y una túnica larga y suelta por encima llamada Aba.
Adiestradas en el planeta escuela Wallach IX, las habilidades y funciones de las Bene Gesserit son muy variadas y abarcan todos los aspectos de la estructura del imperio: concubinas para las Grandes Casas, Decidoras de Verdad, establecedoras de religiones, el brazo de la Bene Gesserit llega a todos lados. Su completo adiestramiento físico y marcial, su agilidad, velocidad y precisión las convierten en adversarios temibles en el cuerpo a cuerpo.

Reverenda Madre Gaius Helen Mohiam, Decidora de Verdad del emperador, antigua mentora de Dama Jessica.

Dama Margot Fenring, Bene Gesserit casada con el Conde Hasimir Fenring.

Fremen

Los Fremen son las tribus libres de Arrakis, también conocido como Dune, el planeta desierto que es la única fuente de especia melange en el universo conocido. Los fremen llegaron a Arrakis en tiempos de la Yihad Butleriana como Nómadas Zensunni, una secta religiosa caída en desgracia. Con el paso de los milenios, las increíblemente duras condiciones de Arrakis los conducen a convertirse en un pueblo nacido para la supervivencia, los Free Men (hombres libres) de Dune, nombre que acabó acortándose en Fremen.

Stilgar, Naib (siervo de Sietch) Fremen, líder del Sietch Tabr; un gran guerrero y un político hábil.

Chani, guerrera fremen concubina de Paul Atreides. Es hija de Liet-Kynes.

Liet-Kynes, hijo fremen de Pardot Kynes, Liet es una figura reverenciada entre los fremen.

Pardot Kynes, planetólogo Imperial destinado a Arrakis, considerado un Umma (hombre santo o profeta) entre los fremen. Se casó por el rito fremen con Frieth, hermana de Stilgar.

Sayyadina Ramallo, líder espiritual de los fremen, antigua Bene Gesserit.

Harah, viuda de Jamis, guerrero fremen que muere en una lucha ritual a muerte con Paul. Este se hace cargo de ella como sirvienta y posteriormente se casa con Stilgar.

Otheym, guerrero Fedaykin.

Esmar Tuek, líder de los contrabandistas que traba amistad con Gurney Halleck.


ANEXO.



Arrakis.


Arrakis es un planeta ficticio ideado por Frank Herbert en su serie de novelas de la saga de Dune. También conocido como Dune por su geografía compuesta casi en su totalidad por un desierto de dunas de arena, Arrakis es presentado en las novelas como el centro alrededor del cual gira el universo de Dune en muchas formas.
Lugar de refugio de las tribus fremen, descendientes de antiguos refugiados zensunni, Arrakis es el único lugar donde se encuentra la melange, producida por los gigantescos gusanos de arena que habitan en sus desiertos; bajo el reinado de Paul Muad'dib Atreides se convierte en capital imperial y también centro del Imperio Galáctico de Leto II, el Dios Emperador.
Arrakis es el tercer planeta del sistema Canopus, en la constelación del Navío Argo, en nuestra galaxia. Su superficie está cubierta por un inmenso desierto, a excepción de los diminutos casquetes polares, de los que se extrae parte del agua que luego se distribuye en los enclaves poblados. El resto del agua se extrae del aire por medio de trampas cazadoras de viento. La fuerza de la gravedad es de nueve décimas en comparación con la Tierra.

Fauna y flora.

Los gusanos de arena son los más grandes exponentes de la fauna indígena, sólo cactus, palmeras, dátiles y otras especies propias del desierto como el ratón canguro o halcones del desierto pueden sobrevivir en los asentamientos de rocas dispersos y cercanos a la muralla escudo, una cordillera que protege en la parte norte del planeta a una vasta superficie en la que se encuentran los asentamientos humanos. La capital, Arrakeen, se encuentra dentro de esta área protegida tanto del ataque de los gusanos como de las temibles tormentas de arena del desierto.

Más detalles de Arrakis
arakis

El resto del planeta es habitado no sólo por estos cómodos ciudadanos, sino también por los Fremen, tribus que vinieron al planeta miles de años atrás y que se han adaptado a vivir en el árido desierto. Y es precisamente en los enclaves de roca donde sus comunidades (llamadas sietch) han proliferado.
Estos fuertes guerreros han logrado, gracias a la especia, crecer en el comercio y tráfico, pero además son humanos de muchísima resistencia, que han logrado usar a los masivos gusanos de arena como medio de transporte, y leer en las señales del viento y la arena cuando viene una tormenta coriolis. Dichas tormentas son llamadas así por ser causadas por el efecto coriolis del planeta y fuerzas centrífugas. Estas fuerzas hacen que las tormentas sean megaciclones y que literalmente conviertan la carne y los huesos en polvo en pocos minutos.
Es en este ambiente en que Paul Atreides consolida su poder y vence a las fuerzas del Imperio del universo conocido.


Anillo Ducal de  Atreides.







El anillo ducal era un gran anillo de sello usado como símbolo del cargo por el duque de la Casa Atreides . Como se ve en la película de 1984, el anillo era un artículo que el barón Vladimir Harkonnen codiciaba, jurando que después de matar al duque Leto Atreides I, tendría el anillo como trofeo. Cuando Leto Atriedes fue envenenado por Wellington Yueh, Yueh tomó el anillo con la intención de dárselo a Paul. Baron Harkonnen estaba molesto con Piter de Vries por matar a Yueh antes de descubrir dónde estaba ubicado el anillo.







Paul Atreides usó el anillo después de que él y su madre Jessica escaparan al Desierto Profundo de Arrakis, como tributo a su padre muerto y como símbolo de unión para los Fremen.

Idioma












Dune: ciencia ficción reaccionaria y narrativas del colapso.

Habitualmente se entiende que la ciencia ficción, precisamente por su carácter especulativo, es un género con una relación particular con el progresismo y la izquierda. Sin que esto sea necesariamente falso, la realidad es que la historia del género está llena de grandes figuras y obras notables con relación directa con posturas reaccionarias e incluso con el fanatismo religioso.

Hace poco revista Jacobin publicaba un artículo firmado por Chris Dite y titulado «What Draws Us to the Reactionary Darkness of Dune?». Al contrario de lo que nos tienen acostumbrados titulares de este estilo, Dite plantea la pregunta de forma honesta y procede a contrastar la popularidad de la novela entre la izquierda radical y la contracultura de los años sesenta con las posturas abiertamente reaccionarias de su autor, Frank Herbert, libertario incorregible, miembro de la Asociación Nacional del Rifle (NRA) y partidario de Richard Nixon y Ronald Reagan. 
Las particularidades de la ideología política de Herbert no tendrían demasiada trascendencia si no se pudiera decir que estas se trasladan a su obra pero, como suele ser lo más habitual, una lectura detenida de Dune muestra que esto, en el libro, es en gran parte cierto.

Pese a todo no es muy difícil entender el impacto que tuvo la novela, publicada por primera vez por entregas en 1963, en los crecientes movimientos contraculturales y psicodélicos de la década en los EEUU y más allá. Al fin y al cabo, Dune contiene una mezcolanza sugerente de temas que se despertaban en la mentalidad radical del momento: el antiimperialismo, el orientalismo mistificante y el uso de la psicotrópica especia para la transformación de la conciencia, tanto individual como política.
 La novela recurre a Paul Atreides, su joven protagonista, como inesperado mesías de los fremen, el pueblo autóctono del planeta desértico Arrakis, también llamado Dune. Las resonancias de esta narrativa con los movimientos de liberación poscolonial de Vietnam o Argelia eran más que evidentes en un momento donde el maoísmo y el nacionalismo negro empezaba a tomar fuerza en los EEUU, donde los musulmanes más famosos del país eran Malcolm X y Muhammad Ali y donde las religiones orientales empezaban a abrirse paso en la contracultura, si bien todavía bajo una mistificación ingenua.
 Mucho había cambiado desde que, apenas diez años atrás, la sutil alegoría racial de Richard Matheson en su Soy leyenda (1954) era lo más radical que uno podía encontrarse en la literatura especulativa popular.

Habitualmente se entiende que la ciencia ficción, precisamente por su carácter especulativo, es un género con una relación particular con el progresismo y la izquierda. Sin que esto sea necesariamente falso, la realidad es que la historia del género está llena de grandes figuras y obras notables con relación directa con posturas reaccionarias e incluso con el fanatismo religioso. 
Orson Scott Card,  (24 de agosto de 1951) autor de la famosa saga de El juego de Ender, es un mormón fervientemente homófobo que ha sido partidario de numerosos candidatos republicanos y mostró su apoyo la Guerra de Irak. 
L. Ron Hubbard (Tilden, Nebraska, 13 de marzo de 1911-Creston, California, 24 de enero de 1986),  podría haber pasado a la historia como uno de los autores de ciencia ficción más prolíficos de todos los tiempos, pero hoy en día es más conocido por haber fundado la Iglesia de la Cienciología. 

El profundo pánico xenófobo de H.P. Lovecraft (Providence, 20 de agosto de 1890-Providence, 15 de marzo de 1937es reconocible en multitud de sus relatos. Pero el caso más señalado seguramente sea el de Robert A. Heinlein  ( Butler, Misuri; 7 de julio de 1907 - Carmel, California; 8 de mayo de 1988) , a quien Fredric Jameson consideraba «a mi pesar, el mejor escritor de ciencia ficción de EEUU». Heinlein fue un feroz anticomunista y militarista de posguerra cuyas novelas, muchas entre las más populares y galardonadas de su tiempo, se deslizan entre un nietzscheanismo aristocrático a lo que puede ser descrito perfectamente como posiciones filofascistas.

El caso de Heinlein es especialmente interesante no ya por ser un pionero de la ciencia ficción literaria sino porque el particular carácter de la adaptación cinematográfica de su novela Starship Troopers de la mano de Paul Verhoeven, director de Robocop (1987) y Desafío Total (1990). La novela, publicada en 1959 y ganadora en 1960 del premio Hugo (el más prestigioso dentro de la ciencia ficción literaria), es un claro alegato militarista que pese a todo tiene problemas para equilibrar su apasionado elogio de la disciplina y el uniforme con un latente libertarianismo que conduce a momentos de individualismo extremo y obsesiva sospecha ante todo lo que tenga un deje de colectivo. 

La política de Heinlein, aunque confusa, no deja muchas dudas en dónde se inserta dentro del panorama ideológico de las primeras etapas de la Guerra Fría en los EEUU. La adaptación de Verhoeven, estrenada en 1997, ironiza con el militarismo de Heinlein hasta convertirlo en una parodia de sí mismo. 
Si bien, como explica M. Keith Booker, «es un indicador del extremismo de la ideología de Heinlein que Verhoeven, en su retrato distópico de la Federación militarista, no exagera la visión de Heinlein, sino que de hecho apenas hace de mediador.» [1]

 Sin embargo, también es fundamental apuntar al contraste en los contextos de producción y recepción de la novela y de la adaptación, la primera en un punto álgido de paranoia anticomunista y el pánico nuclear y la segunda rodeada del difuso sentido de triunfo neoliberal que inundó los años noventa tras la caída de la URSS y que llevó a Fukuyama a declarar «El Fin de la Historia», la alianza definitiva y supuestamente imbatible entre el capitalismo y la democracia liberal [2]. Lo que en un primer contexto parecía servir como alegato belicista en el segundo resuena como parodia de un Imperio cuyo militarismo ahora parece histriónico, si bien esta muerte por ridículo rápidamente encontraría su resurrección de la mano del 11-S y la así llamada «Guerra contra el terror».

Dune.

No es de extrañar por tanto que hoy en día nos volvamos a preguntar por las particularidades del supuesto mensaje político de Dune en el momento en el que se estrena la primera entrega de una nueva adaptación de mano del director canadiense Denis Villeneuve, cuyo solemne y monumental estilo no podía estar más lejos del histrionismo satírico de Verhoeven, y en un contexto político y social particularmente distinto al de la publicación de la novela de Herbert. Es posible argumentar que el mensaje político de Dune es más matizable y complejo (por no decir confuso) que el de la novela de Heinlein.
 No cabe duda de que el retrato de los Fremen cae en una representación estereotípica del Otro como figura orientalizada, mistificada y dotada de una conexión aparentemente mágica con la naturaleza, tan increíble como la conversión de Paul en mesías yihadista que combina de forma sorprendente la figura del “white savior” con una confusión entre revolución anticolonial y alzamiento fundamentalista. La verdad es que Herbert tampoco es acrítico con el mesianismo fanático de Paul, quien poco a poco se va convirtiendo, a medida que avanza la saga, en el genocida más sangriento de la historia del Universo.

Todo se vuelve más complicado, si bien más interesante, con el supuesto mensaje ecologista de la novela. Villenueve ha expresado que su interés por adaptar la obra maestra de Herbert precisamente por la actualidad que él percibe en su mensaje. 
Para el director canadiense, Dune “trata sobre la necesidad de los humanos de labrarnos un destino para cambiar el mundo, y es una especie de llamada a la acción para cambiar las cosas, específicamente para la juventud», como declaró en una entrevista. «Tenemos que cambiar nuestras formas de vivir», continúa Villeneuve, «Tenemos la necesidad de cambiar la forma en la que nos relacionamos con la naturaleza y con el mundo, y eso requiere mucho coraje y valores. Y creo que Dune es una llamada a eso.»

Aunque lo más preocupante pueda ser lo vagas que resultan estas extrañas alusiones de Villenueve a la necesidad de cambiar, la realidad es que la novela y por extensión la película contiene su particular crítica a la sociedad extractivista y al statu quo como para poder pasar como una épica de transformación radical ante la amenaza del colapso que, por razones evidentes, es un discurso tan necesario de disputar hoy en día. 
Es cierto que el retrato de los fremen es ciertamente orientalista y que su relación con la naturaleza cae en una romantización muy lejana de un ecologismo materialista y resolutivo, pero también que su figuración de la sociedad galáctica, como un imperio colonialista decadente, puede tener sus resonancias con una agencia revolucionaria que contiene un fuerte elemento de, al menos, reconocimiento de la relación particular entre la actividad humana y su entorno.

Pero Dune no solo resuena en nuestro momento por sus connotaciones ecologistas, sino por su relación particular con un omnipresente sentido de inminencia del colapso que no solo incluye la crisis ecológica. No cabe duda de que la última década ha visto, desde la crisis de 2008 en adelante, una profundización de la desconfianza ante las instituciones de las democracias liberales, que son percibidas como aparatos decadentes e ineficientes, mientras los regímenes totalitarios se demuestran más capaces en la gestión del capitalismo. 
El supuesto Fin de la Historia de Fukuyama, donde el capitalismo y la democracia liberal mantenían una supuesta sinergia imbatible, parece hoy en día más que finiquitado. 
Esta desconfianza en el establishment ha alimentado numerosos e importantísimos movimientos de izquierda por todo el globo, pero la realidad es que también ha servido para el reordenamiento de un repliegue etno-nacionalista que ha auspiciado el mayor auge de la extrema derecha en mucho tiempo. La nueva amenaza de que, frente al fracaso de la democracia liberal y del capitalismo tardío de mantener sus promesas, la respuesta sea el advenimiento de una ola reaccionaria y tanatopolítica donde, por la aún pegajosa imposibilidad de pensar lo segundo frente a lo primero, el pronóstico político es más bien el fin del mundo que el fin del capitalismo. 
El sentimiento agobiante de colapso va mucho más allá de la crisis ecológica (aunque esta sea buena parte del mismo), e incluye la amenaza de que la escasez y la turbulencia social pueda ser coaptada por políticas sanguinarias como el exterminismo del que habla Peter Frase [3]. Se trata de algo aparentemente peor que el realismo capitalista de Fisher: ya no sólo somos incapaces de imaginar un sistema económico diferente, sino que podemos predecir como una posibilidad muy real el retraimiento de nuestro sistema político a las políticas sanguinarias del fascismo y del totalitarismo cibernético.

Creo que no es difícil entender, en este panorama, donde se encuadra la narrativa de Dune. La crítica a las anquilosadas instituciones decadentes, un cinismo político general sobre la necesidad del conflicto armado y la idea de una confrontación apocalíptica, de tintes mesiánicos y religiosos como reacción al colapso energético, forman sin duda parte del libro. Pero lo que quizás sea más importante es el tono de la adaptación cinematográfica de Villeneuve, de una solemnidad visual y auditiva espectacular, que con una precisión tan terroríficamente fina parece haber logrado capturar en la película la asfixiante tonalidad afectiva de inminente muerte colectiva. 
Lo realmente terrorífico de Dune es comprobar cómo es la ciencia ficción paralizante y opresiva, desde Under the Skin (Jonathan Glazer, 2013) a Aniquilación (Alex Garland, 2018) y en parte La llegada (2016) y Blade Runner 2049 (2017) del propio Villeneuve, la que mejor ha sabido capturar el sentimiento colectivo de catástrofe y desastre que nos asola y la que nos ha proporcionado la mayor parte del mejor cine de ciencia ficción de los últimos diez años.

Todo esto puede ser cierto, y podríamos discutir mucho más sobre las particularidades del relato de Dune que la hacen más o menos expresiva de una conciencia ecologista o de un ecofascismo mesiánico. La realidad es que seguramente este debate no tenga mucha cabida en estas líneas y que, como con tantas otras cosas, la recepción y el legado de la adaptación cinematográfica escape a nuestro control. 
Nada de esto ha de confundirse con un moralismo inoperante que pretenda hacer sentir culpable a nadie por ir al cine. Dune es perfectamente disfrutable como lo que seguramente sea antes que nada: un espectáculo visual y sonoro encumbrado por el formidable estilo, y un pensamiento moralista que reduzca todo al binarismo de lo bueno y lo malo, o que pretenda sacar un exceso de lecturas morales a la estética, solo puede ser inoperante frente a la necesidad de comprender qué dicen las últimas apuestas de la industria cultural sobre el pronóstico de la inminente transformación radical del mundo (para bien o para mal). 
Parece acertado concluir que Dune, especialmente gracias a la majestuosidad formal de Villeneuve, ha sabido capturar con precisión una tonalidad afectiva general enfrentada a la inminencia del colapso, pero en el momento de querer dar salida a esa intuición trágica las cosas aparecen, por usar una palabra un tanto abusada, problemáticas. Si uno quiere tomar como válida la tesis de Jameson de que todo producto cultural, especialmente el comercial, tiene un contenido utópico implícito [4] (y yo sí considero cierta esta tesis), la película de Villeneuve seguramente no quede en un lugar muy halagador. 
Como síntoma, la espectacular visión catastrófica del director canadiense parece irrefutable. Como proyección utópica parece exactamente todo lo que es necesario combatir en el relato.

[1] M. Keith Booker, Monsters, Mushroom Clouds, and the Cold War. American Science Fiction and the Roots of Postmodernism, 1946-1964, (Westword: Greenwood Press, 2001), 55.

[2] Francis Fukuyama, El fin de la historia (Madrid: Alianza, 2015).

[3] Peter Frase, Four Futures (Londres y NuevaYork: Verso, 2016).

[4] Fredric Jameson, “Reification and Utopia in Mass Culture”, Social Text, no. 1 (1979), 130-148.

El realismo de Dune.

Una introducción al libro y la película.

Anyue Zhang 
26 de marzo de 2022


Es imposible capturar con precisión y por completo la esencia de Dune en cualquier forma de escritura más corta que el libro mismo. Hay una razón por la cual la adaptación cinematográfica reciente, que cubre solo la mitad del primer libro en un universo completo que se extiende a lo largo de 14 libros y 10 milenios, dura nada menos que 2 horas y 35 minutos.
Dune tiene lugar en varios planetas del universo en el año 10.191. Si no quieres hacer los cálculos, son 8169 años en el futuro. O, si estamos hablando de cuando Dune fue lanzado por primera vez en 1965, sería 8,226 años en el futuro. Sin embargo, no dejes que el escenario lejano del libro y la película te desanime: la trama clásica y el efecto general creado tanto por el libro como por la película evocan una época casi medieval en lugar de una futurista.

En esta era, los planetas del universo han sido colonizados por Casas (familias) y están gobernados por el emperador del Imperio (el nombre de la entidad que abarca los planetas y las Casas). Nuestro protagonista, Paul Atreides, proviene del planeta Caladan, conocido por su abundancia de agua. Es por eso que es inmediatamente un desafío para él y su familia adaptarse a Arrakis, apodado Dune, el planeta desértico del que acaban de ser puestos a cargo. Arrakis tiene una historia tensa debido a la subyugación de su pueblo indígena, los Fremen que habitan en la arena, por parte de la viciosa Casa Harkonnen. Lo que es tan especial de este planeta es que es el único lugar en el universo donde se puede encontrar "spice" o "melange", una sustancia que crea una visión intensificada, efectos alucinógenos y permite viajar por el espacio. Y desde el universo que Dune tiene lugar en es, bueno, un universo, no puede funcionar sin el viaje espacial y, por lo tanto, la especia. 

Durante unos breves 60 años, la Casa Harkonnen acumuló enormes cantidades de riqueza gracias a su brutal monopolio de las especias, por lo que rápidamente les quitaron el control de Arrakis y se lo entregaron a la Casa Atreides. Sin embargo, el Emperador también ha comenzado a temer a la Casa Atreides, cuyo poder rivaliza con el suyo. Por lo tanto, la Casa Atreides se ve obligada a aceptar el feudo de Arrakis y, por lo tanto, reavivar la disputa centenaria que se ha gestado entre ellos y la Casa Harkonnen. Convenientemente, esta disputa también ayudaría al Emperador a debilitar a la Casa Atreides como una amenaza para él.

lo que hace duna tan atemporal es su falta casi total de tecnología. Después de todo, todos los robots y las llamadas "máquinas pensantes" (también conocidas como computadoras) fueron destruidos en la "Yihad Butleriana". Lo que nos queda después de la plaga tecnológica es un universo que no está abarrotado de extravagantes láseres y metales; en cierto modo, es más antiguo que el mundo en el que vivimos hoy a pesar de tener más de 8 milenios en el futuro.
El Imperium es reconocible al instante en todos los sentidos; sus idiomas, religiones, culturas, vicios, problemas y políticas hacen eco de los nuestros. Si bien el lenguaje en el libro es denso a veces, solo se construye hacia el escenario antiguo e infinitamente complejo que es el Imperio. 

El vocabulario de Duma, construido a partir de las lenguas del mundo actual, evoca una historia aún más compleja que el mundo mismo. Deja al lector queriendo no solo más sobre la historia, sino también sobre cómo llegó a ser. El lenguaje de Dune da una respuesta tentativa a todas esas preguntas. A diferencia de otras novelas de ciencia ficción contemporáneas, la posibilidad de que se cumpla la premisa de este libro es muy real, ya que los problemas que la sustentan han plagado a la humanidad a lo largo de toda la historia.
Por ejemplo, duna toma la explotación, un concepto tan antiguo como el tiempo mismo, y lo entreteje en la historia y la historia del libro. Después de todo, es imposible ignorar el hecho de que Arrakis y su opresión de los fremen por los recursos naturales se basan en la historia colonial de nuestro mundo moderno. Además, sus referencias religiosas a mesías y “elegidos”, junto con la misteriosa y mística Bene Gesserit (una orden secreta de mujeres destinada a la manipulación política), evocan un mundo inquietantemente real.
 El conflicto interno de Paul es complejo y matizado: lucha por equilibrar su interés y aprecio por la cultura Fremen con el hecho de que su familia es fundamental en su opresión. Además, lucha con su papel de Muad'dib, o Elegido, ya que no está seguro de si podría asumir la responsabilidad de que los Fremen mueran por su causa o invoquen su imagen en su fanatismo. 
La lucha de Paul con su responsabilidad evita el cliché del héroe enteramente virtuoso; Paul es consciente del hecho de que incluso cuando asciende a una posición de poder apoyada por los Fremen, al final, todavía no puede desligarse de sus bases directamente imperialistas. Dune plantea la pregunta actual de si los sistemas de opresión pueden cambiarse efectivamente a través de las mismas estructuras que causan la opresión en primer lugar o si el cambio a largo plazo solo puede ocurrir a partir de una revolución radical.
El comentario de Dune sobre sistemas de explotación como el capitalismo se aleja de los vicios que normalmente se abordan en el género de ciencia ficción (consumismo llamativo y contaminación) y examina la naturaleza humana más profunda que influye en estos sistemas. Por ejemplo, las representaciones del planeta natal fuertemente industrializado de los Harkonnen, Giedi Prime, y su sistema brutalmente eficiente (ultracapitalista, incluso) para obtener especia en Arrakis hablan del efecto deshumanizador o alienante de la codicia, la raíz de otro problema que ha impregnado nuestro mundo a lo largo de la historia.
Si bien la historia es compleja, los personajes, a veces, permanecen planos. Paul sufre cambios mínimos de actitud o perspectiva, e incluso cuando lo hace, se enmarcan en la idea de que siempre estuvo destinado a cumplir un destino determinado. Por lo tanto, cualquier desarrollo que experimentó Paul fue solo 'natural' y no implicó ninguna evolución en su carácter. Aún más planos son los personajes femeninos de Dune ; Lady Jessica (la madre de Paul) es siempre la figura maternal cariñosa y Chani, el eventual interés amoroso de Paul, es tan simple y agrega tan poco a la trama que bien podría ser eliminada por completo, si no fuera por la vista seductora y exótica que brinda. a Pablo del desierto. 
En mi opinión, lo único que le agrega Chani a Dune(la película) es el hecho de que Zendaya la interpreta. Con todo, el hecho de que los personajes sean planos no resta mucho valor al libro; su atractivo proviene del mundo magistral que crea Frank Herbert. ¿Y qué son los personajes sino servir como motores del mensaje del libro?
Quizás lo que más diferencia a Dune del género de ciencia ficción es el hecho de que toda la novela gira en torno a las especias, que, de nuevo, solo se pueden encontrar en Arrakis. Describirlo anteriormente como "permitiendo viajes espaciales" disminuye su uso real; La especia es lo que impulsa al Imperio hacia adelante al servir como el medio por el cual la gente "encuentra su camino" físicamente, pero también metafóricamente a través de las alucinaciones inducidas por la especia. De esta manera, todo en el universo está ligado a, o proviene de, Dune .. Incluso aquellos que no estén interesados ​​en el tema del libro en sí pueden encontrar un comentario fascinante sobre lo interconectado que está todo realmente, y quizás cómo todo lo que existe puede surgir de una entidad, ser o concepto.
No sorprende que Denis Villeneuve, el director de Dune , haya sido un fanático de los libros durante toda su vida; la película captura a la perfección todas las complejidades que ofrece el libro y, al igual que el libro, deja al público con ganas de más.
Aunque ha habido críticas a Dune. La duración de (2 horas y 35 minutos) combinada con su ritmo lento, como fanático del libro, vi la película en el borde de mi asiento. Si bien se apoyó mucho en los efectos especiales, Villeneuve se aseguró de filmar en paisajes naturales (Jordania, los Emiratos Árabes Unidos y Noruega) y la iluminación para que la película pudiera conservar la tangibilidad del libro. Además, los escenógrafos de la película se inspiraron en la arquitectura y los monumentos antiguos en lugar de crear diseños completamente nuevos y futuristas. El impresionante paisaje natural de la Tierra y nuestra arquitectura histórica se traducen maravillosamente en la película; los escenarios realistas solo se suman al realismo de Dune como un futuro plausible para el mundo en que vivimos ahora. 
Finalmente, Hans Zimmer crea una banda sonora que se aleja de la típica orquesta occidental que respalda las películas de ciencia ficción. En cambio, la partitura de Dune se basa en diferentes culturas y los instrumentos que utilizan, como gaitas y variaciones de flautas y tambores. Además, Zimmer enfatiza el único instrumento que nunca cambiará o dejará de usarse: la voz humana.
Lo que más distingue a la película es su aura de ensueño y su evitación de clichés sobre la naturaleza humana que son tan frecuentes en las típicas películas de ciencia ficción. Con todo, esto tiene que ver con el hecho de que la película se basa casi por completo en el libro.
La armonía es quizás el tema subyacente de la película y el libro. ¿Recuerdas las especias, la droga adictiva esencial y mortal que permite una visión mejorada? Sin revelar demasiado sobre el libro y la película, es esencial comprender que la especia, lo único que le da valor a Arrakis, depende de la existencia de los gusanos de arena: las criaturas que son una de las cosas que hacen que el planeta sea tan inhóspito en El primer lugar. Los gusanos de arena no solo son parte integral de la especia, sino que, aunque amenazan la vida de los Fremen que viven en el desierto más allá de la protección de los muros de protección de Arrakeen (la capital de Arrakis), los gusanos de arena se utilizan como medio de transporte, incluso son venerados. 
El nombre Fremen para esta especie es Shai-Hulud, traducido aproximadamente como 'La Cosa de la Inmortalidad'. Además, el Imperio, y en menor escala, la convivencia entre los Fremen y sus ocupantes, dependen del frágil equilibrio sostenido por esta precaria armonía entre las personas y la naturaleza, la vida y la muerte. 
En la película, la armonía es fomentada como tema por la edición meticulosa; no solo los planos se cortan al ritmo de la música, sino que forman un ritmo ellos mismos. joe walker,El editor de Dune describe la película como "un trabajo masivo de ritmo" que busca "pagar su deuda a la imaginación del libro". El ritmo formado por la armonía entre el gusano de arena y la especia, la vida y la muerte, los sueños y la realidad, son capturados por el ritmo formado por cada toma sucesiva. Quizás la edición de Dune alude al comentario principal tanto de la película como del libro; la vida se trata de armonía y falta de ella.
Sí, la película es extremadamente larga y aparentemente no llega a nada (a menos que ya hayas leído el libro y sepas lo que sigue). Si bien la crítica de su ritmo lento es válida, esto permite la creación de una adaptación visualmente impresionante, narrativamente compleja y precisa de un libro complejo. 



Dune', la religión y la Biblia Católica Naranja.

Merece la pena que nos detengamos un momento en el que quizá es el tema central de la novela de Frank Herbert junto a la lucha contra o con el desierto: la religión.
Jacobo Negueruela
15/10/2022 

El escritor estadounidense Frank Herbert escribió a principio de los años 60 la novela de ciencia ficción Dune. No es este el lugar para analizar los méritos literarios de Herbert y Dune, ni de sus numerosas secuelas, en cambio sí tiene interés el que nos detengamos un momento en el que quizás, pese a todo, es el tema central de la novela junto a la lucha contra o con el desierto. Me estoy refiriendo, claro, a la religión.
Para cualquiera que conozca la historia del islam y haya leído el Corán, Dune pierde automáticamente mucha de su novedad, pero lo esencial no es si Herbert se inspiró profundamente en la historia de Mahoma, sino cuál era su visión de la religión en aquel momento para alguien inteligente e informado que escribía desde los EEUU.
En los apéndices de la novela hay una parte que se titula la religión de Dune y allí se encuentran algunas de las ideas y visiones más interesantes que Herbert tenía sobre lo religioso en general y el impacto que esto tenía en el trasfondo de su novela. Junto a las bene gesserit, que tanta presencia tienen en la obra y que al parecer están inspiradas en los jesuitas (también esto nos hace comprender mejor hasta qué punto el mundo protestante tiene un concepto terriblemente deformado de los jesuitas) quizás los tres eventos religiosos más importantes de la misma son la yihad butleriana, la propia yihad del protagonista Paul Atreides y la Biblia Católica Naranja (B.C.N.). Recordemos que por los años que Herbert escribía su obra, la Iglesia católica estaba celebrando su concilio Vaticano II, del que tanto se ha derivado en la religión de las últimas décadas.

¿Pero por qué es interesante la B.C.N.?

 Porque este texto sagrado se habría creado por una comisión de sabios ecuménica que trataría de crear un texto religioso básico para la humanidad. Y ciertamente, algunos de los textos del concilio Vaticano II, así como el hecho de que se invitara a observadores prácticamente de todas las religiones y, desde luego, de todas las confesiones cristianas mayoritarias, recuerdan mucho a este proceso. Incluso se logró que, en algunos textos importantes del concilio, un concilio que se ha llamado pastoral y no dogmático, pero que curiosamente tiene en su frontispicio una constitución dogmática, apareciesen referencias a que el Espíritu Santo está presente en toda tradición religiosa humana.

Igualmente, Herbert, prevé el rechazo que la B.C.N., el texto de agregación que los «padres conciliares» o los 121 sabios crearon para su universo. Y fue rechazado por muchas de las comunidades de creyentes que recibieron a sus delegados cuando estos volvieron a sus lugares de origen, analizando esta reacción bajo el signo del fanatismo y la limitación de estas personas. La idea de que una élite de religiosos ilustrados imponga un consenso religioso universal de amor y armonía basado en las necesidades y la historia del hombre no está tan lejos de la realidad como parece, incluso según algunas propuestas de templos conjuntos para las religiones abrahamánicas, junto con las vigilias de oración interreligiosas y la creación de una ética universal, es algo que llevamos viendo desde entonces y, por cierto, ha sido desde el siglo XVII el proyecto de la masonería.
Herbert, del que se ha dicho que pertenecía esta organización (aunque desconozco si es verdad o no) sabía muy bien que dicho proyecto tendría que enfrentarse a dos fuerzas fundamentales, la Iglesia Católica y el Islam. Pero lo interesante es que hace partir ese proceso de renuncia a los viejos contenidos de la fe de la propia Iglesia Católica y su Biblia Naranja, quizás haciéndonos entender el peso que la infiltración de la masonería tenía ya entonces en la Iglesia y que desde entonces no ha dejado de crecer.
Al final la enseñanza religiosa que podemos sacar de todo esto es si ante la deriva en este sentido de falso ecumenismo de parte de la jerarquía y del pueblo muy trabajado ya por estas ideas, que pone las necesidades de los hombres por encima de la verdad (no es casual que lo primero que hizo la comisión preparatoria de la B.C.N. fuera definir que ninguna tradición religiosa era revelada), no tendremos que apelar al famoso, pero detestado sensus fidei de la iglesia para que, al menos algunos, aunque pocos, sigan manteniendo el depósito de la fe.
 ¿Estaremos viviendo los tiempos de la gran apostasía de la que nos habla el libro del Apocalipsis? 

No, eso es imposible, cuentos de viejas, alucinadas visiones vaya a usted saber de quién, casi tanto como que Dios se encarnase en un varón judío hace 2022 años.


Frases de Dune.


-“Un hombre demasiado popular provoca los celos de los poderosos”.

-“Sin embargo, como alguien observó en su tiempo, con una palanca adecuada puede moverse incluso un planeta”.

-“¿Qué es el hijo, sino la extensión del padre?”.

-“Cualquier camino, si se sigue hasta el fin, no conduce exactamente a ningún lugar. Escalad tan sólo un poco la montaña para comprobar si es una montaña. Desde la cima de la montaña, no podréis ver la montaña.”

-“La proximidad de una cosa deseable hace tender a la indulgencia. Ahí acecha el peligro”.

-“La grandeza es una experiencia transitoria. Nunca es consistente. Depende en parte de la imaginación humana creadora de mitos”.

-“No tendré miedo. El miedo mata la mente. El miedo es la pequeña muerte que conduce a la destrucción total. Afrontaré mi miedo. Dejaré que pase sobre mí y a través de mí;; y cuando haya pasado, giraré mi ojo interior para escrutar su camino. Allá donde haya pasado el miedo ya no habrá nada. Solo estaré yo”.

-“Qué es lo que desprecias? Por ello serás conocido”.

-“Pesada es la piedra y densa la arena; pero no son nada al lado de la furia de un idiota”.

-“La más alta función de la ecología es la comprensión de las consecuencias”.

-“No debemos depender del valor individual, piénsalo bien, sino de la valentía de todo un pueblo”.

-“Cuando religión y política viajan en el mismo carro, los viajeros piensan que nada podrá detenerles en su camino... Su movimiento es acelerado… rápido y más rápido. Dejan a un lado todos los obstáculos, y no piensan que un precipicio se descubre siempre demasiado tarde”.

-“¿Cuántas veces el hombre encolerizado niega rabiosamente aquello que le dice su conciencia?”.

 “La educación viene de las ciudades, la sabiduría del desierto.”


 “Es horrible pensar cómo tanta gente cree que no puede aprender, y cómo más gente aún cree que el aprender es difícil.”

 “Todos los seres humanos son propensos al error, y todos los líderes son seres humanos.”

 “El hecho de que no podáis imaginar una cosa no la excluye de la realidad.”

 “Cada experiencia lleva en sí misma su lección.”

 “La verdad sufre cuando es sometida a un análisis excesivo.”

. “La proximidad de algo deseable te tienta a la excesiva indulgencia. En ese camino se encuentra el peligro.”

 “Si confías solo en tus ojos, tus otros sentidos se debilitan.”

 “Una buena causa no hace que una guerra sea justa.”

 “Nada en la religión es simple.”

“Pesada es una piedra y pesada es la arena, pero la ira del necio es más pesada que ambas.”

 “Cuando la ley y el deber son una sola cosa, unida a la religión, uno pierde algo de su conciencia. Entonces, uno es algo menos que un individuo completo.”

 “Es bien sabido que la represión hace florecer la religión.”

 “Un proceso no se puede entender deteniéndolo. El entendimiento debe moverse con el flujo del proceso, debe unirse y fluir con él.”

 “El respeto por la verdad es casi el fundamento de toda moral.”

 “¡Cuántas veces el hombre encolerizado niega rabiosamente aquello que le dice su conciencia!”

“Salvar a uno de un error es un regalo del paraíso.”

 “Debería haber una ciencia del descontento. La gente necesita tiempos difíciles para desarrollar músculos psíquicos.”


Saber demasiado nunca simplifica las decisiones.”

. “La corrupción lleva infinitos disfraces.”

 “La grandeza es una experiencia transitoria.”

“Las tareas difíciles necesitan caminos difíciles.”

 “La redacción de la historia es principalmente un proceso de diversión. La mayor parte de los relatos históricos distraen la atención de las secretas influencias que se hallan detrás de los grandes acontecimientos.”

 “El universo está lleno de puertas.”

 “¿Qué es lo que desprecias? Por ello serás conocido.”

 “Debería haber una palabra para los recuerdos que se niegan a sí mismos.”

 “Por mucho que busquemos la verdad, el conocimiento de ella en uno mismo suele ser desagradable. Y no sentimos simpatía alguna hacia el que nos la dice.”

 “No hay escapatoria, pagamos por la violencia de nuestros antepasados.”

. “¡Conoce tu propósito!”

“Los corazones de todos los hombres moran en la misma soledad.”

. “Para conocer bien una cosa, debes conocer sus límites. Tan sólo cuando es llevada más allá de su tolerancia puede ser vista su auténtica naturaleza.”

 “La culpa comienza como un sentimiento de fracaso.”

“El concepto de progreso actúa como un mecanismo de protección destinado a defendernos de los terrores del futuro.”

 “No hay ningún secreto en el equilibrio. Lo único que necesitas es sentir las olas.”

 “Si deseas la inmortalidad, niega la forma. Todo cuanto posee forma, posee mortalidad. Más allá de la forma se encuentra lo informe, lo inmortal.”

 “En lo profundo del inconsciente humano hay una necesidad generalizada de un universo lógico que tenga sentido, pero el universo real siempre está un paso más allá de la lógica.”

. “Cuando la religión y la política viajan en el mismo carro, los jinetes creen que nada puede interponerse en su camino. Sus movimientos se vuelven precipitados, cada vez más rápidos. Dejan de lado todos los pensamientos sobre obstáculos y olvidan que el precipicio no se le muestra al hombre a ciegas hasta que es demasiado tarde.”

 “Existe un límite a la fuerza que ni siquiera los más poderosos pueden aplicar sin destruirse a sí mismos. Juzgar este límite es el auténtico arte de gobernar. Usar mal este poder es un pecado fatal.”

 “Los imperios no sufren de falta de finalidad en el momento de su creación. Es luego cuando se produce ésta, cuando ya están establecidos y sus objetivos iniciales son olvidados y reemplazados por vagos rituales.”

 “Las leyes supresoras tienden a fortalecer lo que prohíben. Este es el punto preciso sobre el cual todos los legalistas de nuestra historia han basado su seguridad en el trabajo.”

“Cualquier camino, si se sigue hasta el fin, no conduce exactamente a ningún lugar. Para comprobar si es una montaña, escaladla tan sólo un poco. Desde la cima de la montaña, no podréis ver la montaña.”

 “¿Has oído hablar de los animales que se devoran una pata para escapar de una trampa? Esta es la astucia a la que recurriría un animal. Un humano permanecerá cogido en la trampa, soportará el dolor, y fingirá estar muerto para coger por sorpresa al cazador y matarlo, y eliminar así un peligro para su especie.”

“No debo temer. El miedo es el asesino de la mente. El miedo es la pequeña muerte que conduce a la destrucción total. Me enfrentaré a mi miedo. Permitiré que pase sobre mí y por mí. Y cuando haya pasado, volveré el ojo interior para ver su camino. Donde el miedo se ha ido no habrá nada. Solo yo quedaré.”

 “La burocracia destruye la iniciativa. Hay pocas cosas que los burócratas odien más que la innovación, especialmente la innovación que produce mejores resultados que las viejas rutinas.

 “Es una característica humana que cuando nos enfrentamos con nuestros problemas personales, las cosas más profundamente íntimas son las que mejor resisten el examen de nuestra lógica. Tendemos a buscar las causas a nuestro alrededor, acusando a todo y a todos, salvo la cosa bien real y profundamente enraizada en nosotros.”

Nota final.

Luego de vencer a los Harkonnen, Paul Atreides, el protagonista, debe tomar el control del Imperio del Millón de Planetas; pero no puede hacerlo solo. Ha de casarse con Irulan Corrino, hija del emperador Shaddam. Será un matrimonio solo de nombre, pues Paul ama a otra mujer, Chani. Y aquí empieza el razonamiento de Lady Jessica, madre de Paul, quien en su momento no pudo ser la esposa del padre de Paul, por motivos políticos:

-“¿Tan poco conoces a mi hijo? -susurro Jessica-. Mira a esa princesa inmóvil, allí, tan orgullosa y segura de sí misma. Dicen que tiene pretensiones literarias. Esperemos que puedan llenar su existencia, porque va a tener muy poca cosa más. -Se le escapo una amarga sonrisa-. Piensa en ello, Chani: esa princesa tendrá el nombre, pero será mucho menos que una concubina… nunca conocerá un momento de ternura por parte del hombre al que estará unida. Mientras que a nosotras, Chani, nosotras que arrastramos el nombre de concubinas… la historia nos llamara esposas”.



Biblioteca personal.

La ultima obra de literatura que compre para mi biblioteca fue la colección Dune, poniendo fin a mi colección de libros de literatura en general. Los libros que tengo son.

1.-Dune.
2.-El mesías de Dune.
3.-Los hijos de Dune.
4.-El dios emperador de Dune.
5.-Los herejes de Dune
6.-Casa capitular de Dune.
7.-Casa Atreides
8.-Casa Corrino
9.-Casa Harkonnen.

Epitafio

"Con la compra de los últimos libros de la serie literaria Dune, pongo fin a mi biblioteca literaria, la comencé en la década del 90, con la compra de las primeros especies, ademas de los libros  que  compro mi padre en la educación media, y que conserve en biblioteca, son  20 años visitando la librería la Chilena, la feria del libro y libreros de viejo de san diego y torres tajamar, tantos recuerdos de personas que conoci, todos quedaran en mi memoria. 
Espero que no sea en vano, comienzo una nueva etapa de mi vida, espero que sea feliz, como anterior. "

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